Del griego “euxaristos”: decir bien, acción de gracias, la Eucaristía es mucho más que lo que “sabemos, sentimos y hacemos…”. Es lo que Somos.
Reflexionando sobre lo liberador que es vivir la sencillez y pobreza como servicio, la pregunta que emerge es dónde mirar para aprender a Ser, y el pan hecho vida. La vida hecha pan es la genialidad que Jesús nos regala como síntesis y símbolo para que empecemos a despertar al pan que somos esencialmente.
Hemos hablado y escrito tanto del pan que estos días, preparando este texto al “chuf chuf” del silencio oracional, del paseo, del estudio, de la Escucha… Me he sentido invitada a buscar en mi vida alguna experiencia o imagen que también me hable de Eucaristía, sin pretender obviar y menos ser irreverente con el eterno pan de Amor que ES. Tal vez para captar más hondamente otros aspectos de su significado.
Si tuvieras que explicar a alguien tu experiencia, en palabras tuyas, qué es Eucaristía más allá de alimento, presencia, amor…
Te invito a hacer silencio por unos momentos y a sentirlo antes de contárnoslo. Te invitamos, si quieres, a que nos lo cuentes y junto con lo de otras personas, lo colgaremos aquí.
Yo hice este tiempo de preparación varios días, y ayer, regresando de un paseo largo en silencio, después de unos días convulsos… emergía una imagen que en mi vida es potente: la manera en que Dios se ha hecho pan, también, la veo en la imagen de Éxodo 19,4: “Vosotros visteis como os tomé sobre alas de águila y os he traído a mí…”
Nos dicen que el modo que tiene el águila de enseñar a volar a sus polluelos es dándoles la seguridad de su solidez en pleno vuelo; cuando considera que el momento ha llegado, se retira, dejando en el aire a los pequeños, para que tengan que agitar sus alas en un entrenamiento, sin más protección que la presencia segura del águila volando debajo. Mientras, ell@s hacen todo lo que saben, incluso lo que no sabían que saben, para ejercitar su don, su potencial, su carisma: volar.
Para mí Eucaristía es como la vida que me da Amma águila. Me considera águila como ella, me alimenta y capacita para volar alto, y despertar a otr@s al alto vuelo.
Algo así como el “coaching”: entrenamiento personalizado, acompañamiento personal y confidencial. Presencia que te ayuda a descubrir tus caminos, tus fuerzas y debilidades… pero en nuestro caso mucho más ya que hay una identificación total con la coach.
Piensa en los jóvenes, tal vez lo de lavar pies, o compartir pan no les toca mucho. Pero lo del coaching inspirado en la belleza arrolladora y potente del águila danzando con los polluelos despertándoles… ¡flipante!
Luego está la Eucaristía celebrativa, donde tenemos que reinventar la rueda para que sea como Jesús nos la dejó. El coach nos dijo que hiciéramos lo que él hacía, claro, hoy.
Por mi parte intento enseñar-compartir como volar, como reconocer la silueta de Amma águila volando debajo, protegiendo, indicando, respetando. Compartir vuelo, es importantísimo, para levantar del suelo a los que quieren volar.
Gracias por compartir tu experiencia.
Magda Bennásar Oliver, sfcc
Fuente Fe Adulta
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