Vida en el amor (II)
Del blog Nova Bella:
El monje es una pasión pura,
y es pura pasión,
sin ninguna otra cosa en él
más que pasión
y locura de amor.
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Del blog Nova Bella:
El monje es una pasión pura,
y es pura pasión,
sin ninguna otra cosa en él
más que pasión
y locura de amor.
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De su blog Punto de Encuentro:
| Gabriel Mª Otalora
A primera vista, puede parecer un contrasentido formular una utopía posible cuando el neologismo creado por Tomás Moro tiene el significado etimológico de “lugar que no existe” o “lo que no puede ser”. Sin embargo, “utopía” también puede señalar una inexistencia de “algo que todavía no es”, por tanto no imposible que ocurra.
A pesar de que Moro fue un personaje del siglo XVI, su utopía nace del anhelo de perfecta felicidad que anida el corazón humano. La historia que narra en su isla ideal incluye críticas a la injusticia social, económica y política de la Inglaterra renacentista, que fue la realidad en la que le tocó vivir, aunque se ha convertido en un arquetipo universal. Lo que logra Tomás Moro con este mensaje universal es abrirnos a una esperanza posible que seduce en cualquier tiempo porque se puede ver como una vivencia anticipada. Es como un horizonte que da sentido al presente, aquí y ahora, un imán que nos atrae, una lejanía próxima, real. Es lo que todavía no es, no lo que no puede ser, desde una disposición interior y esfuerzos a diario por alejar el fatalismo pasivo.
Pensemos en una utopía que interpreta el presente desde un futuro deseable que no sabemos pero con el que contamos. El futuro es el fin y el presente es el medio. No estamos ante algo imposible o ilusorio, sino ante una realidad que se puede crear a base de tiempo y trabajo, día tras día, a veces por caminos llenos de dificultad. Tener fe en una utopía así impulsa a la acción y refuerza esa creencia. Cierto es que la historia está llena de movimientos utópicos llenos de odio y sangre en nombre de ideales que pretendían una sociedad perfecta, consecuencia de haber caído en el principal peligro utópico: aceptar la deshumanización en sus medios y/o en sus fines.
El contrapunto lo tenemos en nuestras acciones de fe y amor. Hay que recordar la historia larga de las utopías heroicas llenas de humanización; comenzando por todos los avances espectaculares de la Humanidad gestados en el seno de utopías que partían de situaciones presentes con escenarios futuros aparentemente imposibles. Personas como Gandhi, Luther King, Mandela y muchos otros sin relevancia social alguna que demuestran cada día que, por imposible que pueda parecer una postura utópica solidaria, cuando alguien se atreve a vivirla radicalmente desde el sentido que aquí le damos, puede lograr resultados extraordinarios. Esto es una constante aunque al principio nadie crea los resultados que logran quienes se lo proponen. Cabe preguntarse, pues, cuál va a ser la siguiente utopía a transformarse en hermosa realidad: ¿concienciarnos de la enorme solidaridad habida en torno al colonavirus como actitud transformadora social, a mantener en lo sucesivo? ¿La paz justa entre palestinos e israelíes? ¿Salvar de morir a millones de personas cada día por falta de agua potable? La ONU afirma que solo se necesitarían menos de quince dólares por ciudadano…
Tomás Moro se esforzó por vivir la “utopía” del Evangelio; quiso comprometerse con su ejemplo por encima de las amenazas del poderoso de turno. La coherencia en su fe utópica le ayudó en sus amargos últimos años; primero le costó su prestigio político y personal y después, la vida. Pero quedó el fruto de su ejemplo y el fino sentido del humor del que hizo gala incluso cuando ya preso, rezaba así: “Señor, dame una buena digestión y, naturalmente, algo que digerir.”
La historia ha hecho famosos a muchos escritos utópicos dispares: Res pública de Cicerón, La ciudad del sol, de Campanella; La ciudad de Dios, de San Agustín, La nueva Atlántida de Bacon, Un mundo feliz, de Huxley; 1982, de Orwell… Y ha recogido realidades utópicas igualmente muy diferentes: el relato del Éxodo, la Revolución francesa o el fenómeno comunista. Pero cualquier utopía que no quiera quedarse en el terreno de lo ilusorio y peligroso, debe estar ligada a ideales positivos que aspiran a llegar a un “buen lugar” o eutopia. Es la manera de lograr aspiraciones parciales del anhelo de felicidad plena que habita en el ser humano. Nada que ver, por tanto, con las filosofías pesimistas o los afanes totalitarios propios de utopías entendidas como “lugares inexistentes”.
Por ser ilusorias y negativas, no queremos sociedades perfectas sin libertad, educación perfecta sin libertad, familias perfectas sin libertad. Sin libertad individual no hay verdadera humanidad ni sitio para la utopía posible. Solo cabe ver el futuro como “la pasión de lo posible” como llamaba Kierkeegard a la verdadera esperanza, una utopía en construcción donde las haya.
Los cristianos solemos hablar también de utopía cristiana, solo posible cuando nos implicamos en la mejora del mundo, luchando por la justicia, la paz y la igualdad, insertando todo ello dentro de un horizonte escatológico en el que Dios da sentido al encomendarnos continuar la Creación mejorando la existencia de su mano, a la escucha. La fe cristiana no supone una contemplación estática del devenir, sino que introduce la comprensión dinámica de la historia abocada a avanzar a pesar de los pesares. Conviene no olvidarlo cuando nos llega el decaimiento, las inconsecuencias o la tristeza de la aparente falta de avances. Lo cuenta muy bien la historia del Éxodo…
La celebración de Pentecostés, 50 días después del domingo de Pascua, se considera desde antiguo como el comienzo de la Iglesia, cuando el Espíritu Santo empujó a los primeros apóstoles a salir a la calle y proclamar el Evangelio. El texto más relevante, leído en todas las iglesias cristianas, es el de Hechos 2,1-11.
En realidad, este pasaje tiene dos partes:
a) vv. 1-4, que describe el descenso del Espíritu Santo a través de lenguas de fuego, sobre lo que se supone que es el grupo reconstituido de 12 apóstoles. Además, el arte cristiano temprano representa a una mujer en medio del grupo, ampliamente considerada como María, la madre de Jesús.
b) vv. 5-11: estos versículos describen un grupo amorfo de diversos países, culturas e idiomas, ninguno de los cuales había sido todavía evangelizado (según la cronología de los Hechos), que escuchan a los predicadores, cada uno en su propio idioma, reconociendo el mensaje de declaración del Evangelio, por lo que dan gracias a Dios.
Durante mucho tiempo me ha intrigado el hecho de que nunca he escuchado una homilía de Pentecostés centrada en los vv. 5-11. Y me pregunto por qué. En mi intento de responder esa pregunta por mí mismo, he descubierto que la teoría queer es enormemente útil. Así que, por favor, permítanme una digresión para presentar brevemente de qué trata la teoría queer.
La teoría queer
Asociada a menudo con los estudios LGBTQI, la Teoría Queer es una elaboración de la década de 1990, relacionada con la teoría crítica de la literatura, la historia y las ciencias sociales. (Varias páginas de la red darán más detalles). Su adopción de ideas sobre religión, teología y escritura es aún más reciente. El teólogo británico, Chris Greenough, ofrece una excelente descripción de las teologías queer (Queer Theologies: The Basics, Routledge 2020).
Según Greenough, mirar los textos sagrados desde la perspectiva queer, significa querer ir más allá de la rigidez del dogma, y poner al descubierto esa dinámica de poder que puede tolerar sólo una comprensión de la verdad. Greenough describe cinco dimensiones de este proceso:
lo queer se resiste a las ideas de categorización;
lo queer desafía la idea del esencialismo;
lo queer desafía lo “normal”;
lo queer elimina el pensamiento binario y los prejuicios;
lo queer denuncia y quiebra las relaciones de poder y las jerarquías (Greenough, 26).
El libro de los Hechos hoy
Considerado durante mucho tiempo como un resumen de lo que sucedió en la Iglesia primitiva, los estudiosos de las Escrituras ahora están planteando dudas sobre la fiabilidad histórica de este libro.
Lucas, el autor, está interesado sobre todo por Pedro y Pablo, a quienes describe como dos héroes destacados. Así como Lucas, en su evangelio, lleva a Jesús a Jerusalén para su triunfo final (su muerte y resurrección), también Lucas lleva a Pedro y Pablo a Roma, para culminar su esfuerzo misionero. Y en ese itinerario, el Pablo de Lucas a veces es representado de una manera que parece muy diferente del propio relato de Pablo en sus cartas auténticas. Más que la historia de la fe, lo que interesa a Lucas es el aspecto heroico de la evangelización.
Vayamos ahora al acontecimiento de Pentecostés, para el que Lucas trae de vuelta a los apóstoles originales, ahora reconstituidos como un grupo de Doce. El grupo tiene dos reuniones. En primer lugar, Hechos 1,12-14: los Once (menos Judas), junto con María, la madre de Jesús y “las mujeres”. En segundo lugar, Hechos 2,1-4: el grupo reconstituido de Doce solamente. Parece que Lucas necesita que los apóstoles reconstituidos, vueltos, pongan una base apostólica sólida para sus dos héroes patriarcales: Pedro y Pablo. ¿Pero volvieron todos? Tengo serias dudas, a pesar de la profunda fe eclesial que tenían.
El experto bíblico James Carroll, afirma que el relato de Lucas en Hechos puede compararse con una novela histórica con intención ideológica, a lo que otro biblista, Sean Freyne, agrega: “El análisis literario reciente de los escritos de Lucas tiende a considerar su narración de esos nuevos comienzos como un relato idealizado y simbólico, con poco o ningún contenido histórico”. La teóloga Elizabeth Johnson afirma que Hechos no contiene una imagen representativa del liderazgo de la Iglesia en las primeras décadas; sólo cuenta una historia parcial.
Además, recordemos que Lucas escribió Hechos después del 80 EC, momento en el cual los seguidores del Camino se habían separado de sus orígenes judíos, y ahora se esforzaban por establecer una identidad superior y diferente.
El evento mismo
Cada elemento de Hechos 2,1-4 está tomado de las Escrituras hebreas (Antiguo Testamento).
Pentecostés se basa en el A.T: la fiesta del Grano Nuevo (la cosecha), asociada con Moisés que recibe la Ley en el monte Sinaí, 50 días después del éxodo de Egipto. Según la tradición, Dios habría dado la Ley en los 70 idiomas de la humanidad… Filón afirma que cuando fue dada la Ley, cayó fuego del cielo, y una voz que salía de las llamas se convirtió en un discurso articulado. Por otra parte, algunos comentaristas sugieren que el relato de Pentecostés puede entenderse como una antítesis del relato de la Torre de Babel.
El hecho de que Lucas haya tomado prestados del A.T. los ingredientes principales y los esté usando aquí para su propio propósito, no debe alarmarnos; todos los escritores del Evangelio, y otros de aquel tiempo, hicieron lo mismo. Sin embargo, nos obliga a preguntar: ¿Lucas está describiendo algo que sucedió, o está creando él mismo la escena? Pero, en realidad, aunque Lucas invente él mismo lo que escribe, según los estándares del tiempo está dentro de los límites normales del periodismo profesional.
Una vez más, debemos recordarnos a nosotros mismos: Lucas está haciendo esto para dar una base sólida a sus dos grandes héroes, Pedro y Pablo. Con ese propósito, quiere traer de vuelta a los (reconstituidos) Doce, y someterlos a una experiencia profunda y transformadora, para sacarlos de la desorientación e incredulidad que sufrieron debido a la trágica pérdida de Jesús, su líder. Y a partir de ese nuevo “inicio”, pueden reanudarlo donde había quedado interrumpido, proclamando ahora con valentía a Jesús como Señor y Salvador.
Para el teórico queer, todo parece demasiado ordenado como para ser verdad. El aposento del piso de arriba huele a clausura eclesiástica. Y parece que hay demasiado deseo de poder patriarcal y de dominio. Ya en los capítulos iniciales de Hechos vemos a Pedro realizando obras milagrosas semejantes a las atribuidas a Jesús… Una imagen que está ya muy lejos de aquel bipolar y reaccionario Pedro que vimos en los evangelios.
En este momento, el teórico queer se impacienta y quiere pasar al material que el predicador tiende a omitir, a saber, Hechos 2,5-11. Este grupo tan diverso es realmente increíble. De una forma u otra, pueden escuchar todo lo que se dice y, al parecer, pueden comprender el significado, como el de las poderosas obras de Dios (v. 11). Pero según Hechos, ninguno de ellos ha sido bautizado ni evangelizado. Entonces ¿qué está pasando?
Aquellos de nosotros que tenemos algún conocimiento y experiencia del método ignaciano de discernimiento espiritual podemos ver fácilmente los paralelos. Las personas de este grupo están dotadas de una escucha profunda, un discernimiento centrado en el corazón, y están asombrados y admirados por el divino mensaje de vida. Éstas son precisamente algunas de las características centrales del discernimiento ignaciano, que, según quienes han estudiado durante mucho tiempo ese método, no se pueden poseer a menos que una persona esté primero profundamente imbuida del Espíritu Santo de Dios.
Ésta es la ruptura que el teórico queer estaba intentando provocar: ¡estas personas ya tenían la plenitud del Espíritu Santo! Por eso son tan brillantes en el arte del discernimiento. Entonces, ¿de dónde sacaron el Espíritu Santo? No es necesario ser teólogo/a o biblista para responder.
Según el Libro del Génesis, el Espíritu Santo está trabajando plenamente en la Creación desde tiempos inmemoriales. En palabras del teólogo australiano Denis Edwards: “lo que necesitamos es una teología holística del Espíritu, una que comience no con Pentecostés, sino con el origen del Universo, hace 13 mil setecientos millones de años”. En consecuencia, el Espíritu Santo también está trabajando plenamente en los corazones de todos los humanos, a menos, por supuesto, que bloqueemos u obstaculicemos esa gracia por algo como el miedo irracional, que los doce bien podrían estar experimentando.
¡Ahora ves mi decepción por no haber escuchado nunca una homilía sobre Hechos 2,5-11! De esto se trata. Este es el Espíritu que sopla donde quiere, renovando la faz de la tierra y despertando sueños poderosísimos incluso en los corazones de los no bautizados. ¡Qué mensaje tan asombroso!
¡No es de extrañar que el teórico queer se sienta tan disgustado de que hayamos ignorado o callado esto por tanto tiempo!
¿Dónde están las mujeres?
¡Pero el teórico queer ha notado algo aún más extraño! Según el teólogo, Christ Greenough
(114), “los enfoques queer en los estudios bíblicos respiran aire fresco en textos saturados de patriarcado, misoginia y negatividad hacia las personas transexuales y homosexuales”. En este caso es con la misoginia con lo que tenemos que lidiar. ¿Qué ha sucedido con las mujeres a las que se hace referencia en Hechos 1,14? ¿Por qué están excluidas de aquella clausura eclesiástica del segundo piso?
¿Por qué las hemos hecho invisibles?
Seguramente, Lucas ha tenido que haber oído hablar de María Magdalena y sus co-discípulos, su destacado testimonio en la Muerte y Resurrección de Jesús, y su papel crucial en el desarrollo de la Iglesia en sus primeras décadas, ¿una buena visión de conjunto de lo que tenemos en Romanos 16?
¿Por qué quiere ignorar o suprimir esa información? Ésta es la respuesta de la teóloga Elizabeth
Johnson:
Deseando impresionar a sus lectores del Imperio Romano con la confiabilidad de este nuevo movimiento, Lucas constantemente presentaba varones en los papeles de liderazgo público y, para cumplir con los estándares del imperio, mantiene a las mujeres bajo control en posiciones inferiores, como de apoyo. Teniendo ojos principalmente para varones de élite, desplaza a las mujeres a un trasfondo insignificante, ignorando los roles de liderazgo que de hecho tenían. En consecuencia, Hechos no trasmite una imagen representativa realmente del liderazgo en la Iglesia de las primeras décadas. Sólo cuenta una parte de la historia. (Elizabeth Johnson, Truly our Sister, 300).
Pentecostés es una fiesta queer
Los teólogos queer, Colby Dickinson y Meghan Toomey, en 2017 escriben: “Una teología queer nos llama a ir más allá de lo que se conoce, a superar lo establecido y a dejar totalmente de controlar tales estructuras”. En una línea similar, el teórico queer, David Halperin, en 1995, afirma: “Queer es, por definición, lo que está en desacuerdo con lo normal, con lo legítimo, con lo dominante. No hay nada en particular a lo que queer se refiera necesariamente. Es una identidad sin esencia”.
Ambas citas iluminan lo que he estado intentando en estas reflexiones, sintiendo un llamado a “ir más allá de lo que sabemos”, “pasar de lo establecido”, “no hay nada en particular a lo que necesariamente se refiera”, “una identidad sin una esencia”. Para algunos, eso sonará como una deconstrucción mordaz, y algunos preguntarán con razón: “¿qué vamos a dejar en pie?”.
Y esto es lo que me atrae hacia la sabiduría del queering. En el mismo proceso de deconstrucción, estamos también involucrados en la reconstrucción. Recuerda que, en física cuántica, el vacío es un vacío fértil, lleno de posibilidades. Los místicos lo sabían mucho antes que los físicos. Por lo tanto, no me estoy deshaciendo de Pentecostés (¡al menos, todavía no!). Me sorprende que el evento descrito en Hechos 2,1-4, en realidad nunca sucedió (“una identidad sin esencia: Halperin”).
¡Pero la experiencia de Hechos 2,5-11, nunca deja de suceder! Y en palabras de Halperin, ¡ésa es la esencia!
¡Esa es la esencia, ese increíble Espíritu potenciador cósmico que necesitamos celebrar el domingo de Pentecostés! ¡La homilía debe estar en Hechos 2,5-11, en el reconocimiento profundo del Espíritu, que sopla donde quiere, demoliendo cualquier clausura eclesiástica! En medio del coronavirus, necesitamos la sabiduría y la guía de ese Espíritu potenciador. A medida que enfrentamos la “nueva normalidad”, más que cualquier otra cosa, sugiero que necesitemos una nueva teología del Espíritu Santo, ¡y quizás, cuanto más anormal sea, mejor!
The Spirit and Covid-19
En todo el mundo, los gobiernos nos han estado advirtiendo que la resolución de esta pandemia está principalmente en nuestras manos. Los poderosos patriarcas del gobierno y de la ciencia creen que llegará una vacuna, pero mientras tanto, somos nosotros los que tenemos el poder de detener este virus, y podemos hacerlo por fidelidad a una variedad de comportamientos humanos modificados.
Nosotros, la gente, el pueblo, estamos exactamente en el mismo lugar en el que estaban los partos, los medos y los elamitas el primer día de Pentecostés. Nuestros altos patriarcas pueden tener lenguas de fuego en su cónclave cerrado de la habitación superior, ¡pero es a nosotros, los del piso bajo, a quienes se nos ha confiado la sabiduría para detener este virus! ¡Ahora bien, a eso es a lo que podríamos llamar, superqueer!
El poder está con la gente, pero también está ahí una enorme cantidad de dolor, vulnerabilidad, descoyuntamiento social, pérdida de empleos, inseguridad financiera, caos. Vale la pena recordar aquí la voz de otra teóloga queer (procesual también), Catherine Keller (de la Universidad de Drew, EEUU), y su profundo discernimiento de Génesis 1,2, cuando el Espíritu que saca poder creativo de la oscuridad de las profundidades (tohu vabohu): “La divinidad surge de esas profundidades rebeldes, sobre las cuales el lenguaje recupera el aliento… La teología necesita la deconstrucción del supremacismo sutil del espíritu occidental”.
Este no es el espíritu triunfalista de Hechos 2,1-4, sino lo que el teólogo Shelly Rambo (de la Universidad de Boston) llama el Espíritu Medio. Rambo, terapeuta de traumas convertido en teólogo (autor de Spirit and Trauma), se conecta con el Espíritu que permanece y siempre permanecerá, sin que importe cuánto tiempo duren las consecuencias del trauma. El Espíritu está trabajando en y a través del coronavirus, en medio de todo el dolor y el caos que produce. ¡Este es el Espíritu que persiste, no el que todo lo conquista!
Partos, medos, elamitas y compañía tenían buenas razones para alegrarse, siempre fortalecidos por el Espíritu queer de Dios. Sin embargo, no tenían todo resuelto. Hechos 2,12 nos informa que estaban a la vez asombrados y perplejos. ¿Era el Espíritu Medio en lugar del Espíritu Triunfante quien los acompañaba en su camino? ¡Ellos también tuvieron su trauma y sus luchas queer, sin embargo, aguantaron y sobrevivieron!
Entonces, por favor, en este domingo de Pentecostés de 2020, dejemos el aposento alto, dejemos a los patriarcas encerrados para controlar las lenguas de fuego. En cambio, ¡salgamos a las calles con los partos, los medos y los elamitas, y juntos aplaudamos una homilía diferente, para fundamentar nuestra esperanza y significado en estos tiempos llenos de Espíritu, ¡aunque tan inquietantes!
Fuente Fe Adulta
(Photo by Sara Krulwich/New York Times Co./Getty Images)
El pasado miércoles, 27 de mayo, falleció en Nueva York Larry Kramer, destacado escritor, dramaturgo y activista gay. Fue, además, una figura destacada en la lucha por los derechos de las personas con VIH/sida en Estados Unidos en los peores tiempos de la pandemia. Después de una vida intensa en la que Kramer tuvo que sobreponerse a importantes problemas de salud (sufrió las consecuencias del VIH y la hepatitis B, y en 2001 fue sometido a un trasplante de hígado ) una neumonía ha acabado con su vida a los 84 años.
Larry Kramer fue uno de los cofundadores, en 1982, de The Gay Men’s Health Crisis (GMHC), una de las primeras organizaciones de ayuda a enfermos de sida, cuando todavía ni siquiera había sido identificado el virus de la inmunodeficiencia humana. Años más tarde fue uno de los promotores de AIDS Coalition to Unleash Power (Act Up), con un planteamiento más radical y reivindicativo, y que alcanzó difusión internacional.
Pero Kramer fue además un importante escritor y dramaturgo. En 1969 fue nominado al Óscar al mejor guion por Mujeres enamoradas. En 1978, poco antes del estallido de la crisis del sida, publicó Faggots («Maricones»), novela ambientada en la Nueva York de la época, en la que Kramer retrataba una subcultura gay marcada por el uso de las drogas y el sexo compulsivo, y que recibió no pocas críticas de la propia comunidad homosexual. En 1993 fue finalista al Pulitzer en la categoría de obra dramática por The Destiny of Me, en la que seguía la evolución de Ned Weeks, el personaje protagonista de la que posiblemente es su obra más conocida, The Normal Heart.
The Normal Heart es una obra de teatro que retrata los comienzos de la pandemia de VIH/sida en la propia comunidad gay de Nueva York. Una obra en buena parte autobiográfica (es difícil no reconocer en Ned Weeks al propio Kramer) y que transcurre entre 1981 y 1984. Fue representada por primera vez en 1985, aunque en 2011 fue reestrenada en Broadway con un exitoso montaje que recibió cinco nominaciones a los Premios Tony (ganó tres galardones). Posteriormente fue adaptada a la pantalla en una versión dirigida por Ryan Murphy y protagonizada por un reparto de lujo (Mark Ruffalo, Jim Parsons y Julia Roberts, entre otros), que en 2014 se alzó con el Emmy a la mejor película para televisión.
Que la tierra te sea leve.
Fuente Dosmanzanas
Un conocido actor ha sido condenado a dos años de prisión en Turkmenistán por el simple delito de ser gay. El actor – que no ha sido nombrado públicamente – fue arrestado por primera vez en marzo de este año junto con su pareja y una docena de otros hombres bajo sospecha de homosexualidad. Durante la segunda mitad de marzo, unos doce hombres jóvenes fueron detenidos en Ashgabat, la capital del país, bajo la sospecha de comportamiento homosexual. Entre ellos se encontraba un conocido presentador de televisión que responde a las iniciales G. S., así como su pareja. Varios de los arrestados fueron puestos en libertad a cambio de depositar una cantidad de dinero. Dado el hermetismo que impera en el país, uno de los regímenes más impenetrables del mundo, la noticia no se conoció hasta mediados de abril.
Más de un mes después, ha trascendido que el juicio tuvo lugar el pasado 7 de mayo. Los que aún permanecían arrestados fueron sentenciados a dos años de prisión por «sodomía», un delito tipificado en el artículo 135 del código penal turcomano. G. S. se cuenta entre los condenados, que habrían firmado una confesión escrita. Tampoco ha obtenido su libertad el hijo de un diplomático. Se desconoce el número exacto de hombres que permanecen en prisión.
La república de Turkmenistán es una de las dictaduras más inaccesibles y represivas del mundo. Junto con Uzbekistán, son las dos únicas ex repúblicas soviéticas que contemplan penas de prisión para las relaciones sexuales entre hombres. La homosexualidad es ilegal en el país de Asia central, condenada con dos años de prisión y las opiniones contrarias a la LGBT+ están muy extendidas, lo que significa que las personas homosexuales suelen ocultar su identidad o huir del país. El artículo 135 del Código Penal de 1997, vigente desde el 1 de enero de 1998, establece en su Artículo 135. que “la sodomía, que es la relación sexual entre dos hombres, se castiga con una pena de prisión de hasta dos años como máximo”. En virtud de la legislación de Turkmenistán, las relaciones sexuales entre homosexuales se castigan con una pena de dos años de prisión, mientras que la reincidencia se castiga con cinco a diez años de cárcel. Sin embargo, la homosexualidad femenina no está prohibida. Dada la ley turcomana y las persecuciones sufridas, muchas personas LGBT solicitan asilo en el país vecino, Kirguistán, donde la homosexualidad es legal.
Ahora, este actor, ha sido condenado y sentenciado a dos años de prisión por su sexualidad, informa Turkmen News. El actor y los otros hombres arrestados fueron condenados, según se informa, sobre la base de confesiones firmadas a principios de este mes. El mes pasado, se informó que algunos de los hombres fueron liberados después de su arresto inicial después de que sobornaron a la policía.
Los pocos informes existentes sobre las condiciones de vida de la comunidad LGTB revelan un clima de acoso y extorsión a hombres gais y bisexuales a los que la policía localiza y engaña mediante el uso de aplicaciones de contactos. Según recoge el informe 2019 de ILGA sobre homofobia de Estado, ya en 2013 Amnistía Internacional ofrecía «información creíble sobre agentes estatales que atacan, hostigan y extorsionan a hombres homosexuales y que les obligan a ‘denunciar’ a otros hombres homosexuales y revelar sus identidades». En 2015, el documental Turkmenistán: la homosexualidad prohibida se estrenó en el Festival Internacional de Cine Documental de Oslo. La película documenta la historia de un joven del país acusado de «actos homosexuales» y condenado a prisión que cuenta su experiencia con el sistema de justicia local, desde el momento de su detención hasta su puesta en libertad, incluidos informes de amenazas, insultos, torturas y violencia sexual. El testimonio también hace referencia a cómo los médicos exponen a los sospechosos a procedimientos degradantes. De hecho, según una investigación realizada por Human Rights Watch en 2016, agentes de seguridad y personal médico someten a las personas detenidas por actos sexuales con personas del mismo sexo a exámenes anales forzados.
Turkmenistán es criticado por grupos de derechos de LGBT+ por leyes atroces. La organización de derechos LGBT+, Human Rights Watch, criticó a las autoridades de Turkmenistán por dictar sentencias de cárcel a los hombres. “En 2017, el Comité de Derechos Humanos de las Naciones Unidas señaló la criminalización de la conducta homosexual consensuada como ‘injustificable’ e instó al gobierno turkmeno a derogarla”, dijo la organización, según el Star Observer. “Turkmenistán se enorgullece de su buena reputación en las Naciones Unidas. El gobierno debe retirar inmediatamente todos los cargos contra los hombres condenados bajo estas leyes y liberarlos. Esta ley abiertamente discriminatoria, que viola las obligaciones internacionales de Turkmenistán en materia de derechos humanos, permite a la policía someter a los hombres homosexuales y bisexuales a hostigamiento, incluso con el fin de extorsionarlos, humillarlos y abusar de ellos. Turkmenistán también debería derogar el artículo 135 del código penal y proteger a las personas de la violencia y la discriminación basadas en la orientación sexual”.
Las personas LGBT+ en Turkmenistán se enfrentan al miedo y a la persecución en su vida cotidiana. La vida en Turkmenistán puede ser extremadamente difícil para los miembros de la comunidad LGBT+. Los hombres homosexuales y bisexuales pueden enfrentarse a hasta dos años de prisión por atreverse a amar, y la sociedad es en gran medida inaceptable para las identidades homosexuales.
El mes pasado, un hombre gay fue obligado a huir del país y a pedir asilo en un país europeo después de que fuera arrestado y golpeado por la policía porque tiene VIH. Hablando anónimamente con RadioFreeEurope en ese momento, dijo: “Primero me interrogaron. Luego empezaron a golpearme mal. Me dijeron: ‘Sabemos dónde contrajiste el VIH. Eres gay’. Les dije que no era verdad. Pero siguieron golpeándome”.
El año pasado, otro hombre gay desapareció en el país poco después de que afirmara en un mensaje de vídeo que tenía miedo de ser “llevado a la fuerza”. En 2019, el médico Kasym Garayev se convirtió en la primera persona en revelar públicamente su condición de gay, en un vídeo en el que denunciaba el acoso escolar y los intentos de suprimir su orientación sexual que había sufrido. Tras intentar huir a Turquía, su familia lo localizó y lo devolvió a Turkmenistán.
Fuente PinkNews
El grupo se dedicó a humillar y acosar laboralmente a su colega sin que la empresa tomara medidas
Un juzgado de Barcelona ha condenado a año y medio de cárcel y a pagar 44.275 euros en indemnizaciones a cinco vigilantes de seguridad de la estación de tren de Sants por humillar y acosar laboralmente a un compañero homosexual, entre los años 2002 y 2003.
En su sentencia, el juzgado de lo penal número 23 de Barcelona condena a los procesados por los delitos contra la integridad moral y lesiones psíquicas, con la agravante de discriminación, pero les rebaja la pena al aplicarles la atenuante de dilaciones indebidas por el tiempo que la causa estuvo paralizada en instrucción.
La sentencia condena además a los procesados a indemnizar con 30.000 euros a la víctima por los daños morales que le causaron, así como con otros 14.275 euros por los días que permaneció de baja laboral a consecuencia de los hechos, de acuerdo con la petición de la Fiscalía de Delitos de Odio, que solicitaba penas de dos años y medio de prisión para los vigilantes.
De esas indemnizaciones deberán responder las empresas de vigilancia para las que trabajaban los condenados, como responsables civiles subsidiarias por no haber impedido este caso de acoso laboral.
Según cree probado el juzgado, desde que en enero de 2002 entró a trabajar como vigilante de seguridad en la estación de Renfe de Sants, la víctima fue sometida a “constantes vejaciones consistentes en insultos, mofas y actos de ridiculización” por motivo de su orientación sexual, lo que acabó derivando en una situación de acoso laboral, en la que se le encargaban las tareas más penosas y se le intentaba perjudicar personalmente.
“Rata de alcantarilla”, “en Sitges solo hay mariconas y deberían esta colgadas del cuello”, “yo pego con porra y (el denunciante) con el bolso” o “los maricones no pueden ser vigilantes” son algunos de los comentarios vejatorios que dirigían los condenados a la víctima.
De hecho, el grupo de trabajo al que pertenecía el vigilante homosexual era conocido como los “sin aceite”, mientras que sus acosadores formaban parte de otro que se autodenominaba “los cabeza rapada o sin sangres”, un apelativo que según la sentencia obedecía a su “ideología o manera de trabajar”.
Para el juez, las conductas “insultantes y de menosprecio” con el denunciante eran continuadas en el vestíbulo de la estación de Sants, y especialmente en los vestuarios, lo que provocó “una situación de angustia” a la víctima, hasta el punto de que en más de una ocasión regresó a su casa con el uniforme para evitar encontrarse con sus acosadores.
Además, al denunciante se le aplicaron constantes cambios en el cuadrante de servicio y alteraciones de sus horarios laborales, sin que sus superiores adoptaran medida alguna para “remediar esa situación laboral”, lo que motivó que estuviera de baja médica entre febrero y mayo de 2002 por un trastorno de ansiedad.
Una vez se reincorporó al servicio en la estación de Renfe de Sants, según la sentencia, continuaron las conductas vejatorias: los condenados le colocaban lazos y pañuelos de color rosa en su taquilla personal, así como dibujos de contenido obsceno, y le dirigían todo tipo de “comentarios despectivos”.
La situación de acoso laboral empeoró, añade el juez, dado que el denunciante fue destinado por su jefe de equipo a servicios de “castigo”, como trabajar al descubierto bajo la lluvia o en las denominadas “estaciones muertas”, sin apenas pasajeros.
En otras ocasiones, el jefe de equipo no recogía el arma reglamentaria del vigilante al finalizar su servicio para provocar que perdiera el último tren de regreso a su casa de Sitges, una situación de “persecución laboral” que según el juez se prolongó hasta junio de 2003.
La víctima denunció entonces los hechos a la UGT, por lo que la empresa abrió una investigación que zanjó tras concluir que los hechos no habían quedado acreditados.
A raíz de una denuncia sindical a Inspección de Trabajo, la empresa de vigilancia fue sancionada con 12.000 euros por una infracción muy grave en materia de vulneración de derechos, pero posteriormente la multa fue revocada por el juzgado.
Mientras tanto, prosiguieron las amenazas, vejaciones y discriminaciones a la víctima, “consentidas plenamente por los superiores de la empresa”, según la sentencia, lo que le causó una nueva baja médica entre agosto de 2003 y enero de 2004.
Fuente Agencias
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