Jens Spahn (derecha) con su esposo Daniel Funke
El Bundestag alemán ha aprobado un proyecto de ley para prohibir, en menores de edad, las mal llamadas «terapias» reparadoras o de conversión que pretenden modificar la orientación sexual o la identidad de género. La medida fue una iniciativa del Gobierno de gran coalición entre democristianos y socialdemócratas y contempla penas de hasta un año de cárcel y sanciones de hasta 30.000 euros para los infractores. Alemania se convierte en el segundo Estado europeo, tras Malta, en vetar estas infames prácticas. Los activistas saludan la medida pero advierten de sus limitaciones.
Alemania ha prohibido la terapia de conversión traumatizante para personas menores de 18 años e introdujo sanciones para los adultos, lo que avergonzó al Reino Unido y a los EE. UU. El jueves por la noche, 7 de mayo, el Bundestag aprobó una ley que prohíbe por completo cualquier llamada “terapia” que tenga como objetivo cambiar la orientación sexual de los menores, y el crimen conllevará una pena de prisión de hasta un año.
El «Proyecto de ley de protección frente a los tratamientos de conversión» quedó aprobado el pasado jueves con los votos a favor de la CDU/CSU de Merkel, sus socios de coalición del SPD y los liberales del FDP. Se trata de una medida que había planteado por primera vez en 2008 el exdiputado verde Volker Beck, cuyo partido ya presentó en 2013 una proposición de ley que rechazó la entonces coalición de Gobierno entre democristianos y liberales. La actual iniciativa la ha impulsado el ministro de Sanidad, el también abiertamente gay Jens Spahn (CDU). Aunque reconocen el avance, los activistas LGTBI no se muestran del todo convencidos y advierten de las carencias de la nueva norma, que han motivado también la abstención de Los Verdes y Die Linke (La Izquierda).
Según Badische, el conservador ministro de salud alemán, Jens Spahn, gay y católico casado con Daniel Funke, enfatizó: “La homosexualidad no es una enfermedad. Por lo tanto, el término terapia es engañoso “.
El texto aprobado contempla la prohibición de las pseudoterapias de conversión en menores de edad, aunque con una salvedad un tanto ambigua: los tutores legales del menor aún podrán autorizar estos pretendidos tratamientos si ello no supone «una grave violación de sus obligaciones parentales». Una formulación que no comprenden en Los Verdes, que exigían la retirada de esta excepción y la elevación de la edad de protección de los 18 a los 26 años. La norma solo contempla la prohibición de las «terapias» reparadoras en adultos si se producen en una persona sujeta a ella involuntariamente, mediante coerción, amenazas o engañobajo engaño, coacción o amenazas. El rechazo de la enmienda verde provocó la abstención de este grupo parlamentario.
La nueva ley prevé penas de hasta un año de prisión y multas de hasta 30.000 euros por infringirla. Cualquier publicidad de la práctica desacreditada y traumatizante también ha sido prohibida, castigándose con sanciones la publicidad y la promoción de las pseudoterapias. A pesar de las carencias del texto, Alemania se convierte en el segundo país de Europa en vetar estas peligrosas prácticas en menores de edad.
Se ha demostrado que los intentos de cambiar la orientación sexual o la identidad de género tienen un impacto severo en la salud mental de las personas LGBT +, aumentando la ansiedad, la depresión y los pensamientos suicidas.
Una encuesta realizada en el Reino Unido el año pasado encontró que una de cada cinco personas que habían recibido terapia de conversión más tarde intentó suicidarse.
Otro estudio, publicado en 2019, encontró que “las personas transgénero que están expuestas a los esfuerzos de conversión en cualquier momento de sus vidas tienen más del doble de probabilidades de intentar suicidarse en comparación con aquellas que nunca han experimentado los esfuerzos de los profesionales para convertir su identidad de género”.
Según Reuters, el ministro de salud Spahn, quien es el político gay más destacado del partido demócrata cristiano, dijo el jueves: “Quiero una prohibición que sea sólida, incluso si se lleva ante los tribunales. Los jóvenes se ven obligados a tomar terapias de conversión, por lo que es muy importante que encuentren apoyo en la existencia de esta ley: una señal clara de que el estado no quiere que esto suceda”.
Sin embargo, la prohibición no llega lo suficientemente lejos para algunos partidos políticos en Alemania. El Partido Verde pidió la prohibición completa de la terapia de conversión para cubrir a los jóvenes de hasta 26 años. Los legisladores verdes dijeron: “Solo los menores deben ser protegidos de esta charlatanía que pone en peligro la vida. Como mínimo, los jóvenes de entre 18 y 26 años necesitan una protección comparable, como lo demuestran las experiencias de salida y la dependencia de muchos jóvenes de sus familias”.
Si bien la prohibición de la terapia de conversión de Alemania podría ir más allá, avergüenza a países como los EE. UU. y el Reino Unido, mientras que muchos estados de EE. UU. Han prohibido la práctica, Estados Unidos no tiene una prohibición federal de la terapia de conversión y aunque todas las principales organizaciones de salud del Reino Unido han denunciado la práctica como pseudociencia perjudicial, sin embargo, el Reino Unido aún no ha aprobado una prohibición de la terapia de conversión.
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Las últimas noticias acerca de este esperpento de las falsas “terapias” fue que Canadá prohibirá las «terapias de conversión» a nivel nacional. Poco antes, la asociación española Abogados Cristianos se querella contra Ignacio Aguado por hacer pública la multa a la coach de terapias para personas LGTBI, y que, ante la protesta ciudadana, el Ministro de Educación de Israel se retractaba de su apoyo a las terapias de “curación” para gays.
Una tendencia creciente a la prohibición
En Europa la pionera fue Malta, que aprobó una ley en 2016. Irlanda y el Reino Unido también están dando pasos en esta dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que prevé la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI, que se discutió en el Congreso de los Diputados (aunque el PP intentó «colar»una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que naufragó con la convocatoria de elecciones anticipadas.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias.
En EE.UU., gran aliado de Israel, California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut, Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire, Nueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor el pasado 8 de abril tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker.
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y el pasado 8 de mayo, la Cámara de Representantes de Maine aprobó el proyecto de ley 1025 por 91 votos a favor (de demócratas, independientes y cinco republicanos) frente a 46 en contra (todos ellos republicanos). Su tramitación continuó en el Senado, donde salió adelante el día 21 de mayo por 25 votos afirmativos (de los demócratas y cinco republicanos), frente a 9 contrarios (todos republicanos).
Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales.
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales, así como el estado de Utah.
No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
«Nada que Curar», la guía que ayuda a combatir con información científica las denominadas terapias de conversión
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Fuente Pink News/Cristianos Gays
General, Historia LGTBI
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