Cirujano Metin Çakır. (Clínica Karlsruhe Helios)
Un cirujano cardíaco turco residente en Alemania fue despedido de su trabajo después de describir la homosexualidad como una enfermedad.
Estas declaraciones se producían en la misma semana en que el principal clérigo musulmán de Turquía dijo que las personas homosexuales traen “enfermedad y descomposición”.
Según Birgun, Metin Çakır, trabajaba en la clínica Karlsruhe Helios en Karlsruhe, Alemania, pero el lunes 27 de abril publicó en Twitter esta demoledora afirmación: “Como médico, me gustaría decir que la homosexualidad y la transexualidad son enfermedades”.
La dirección de la clínica actuó inmediatamente y lo despidió al día siguiente afirmando que : “Las declaraciones en cuestión no son consistentes con los principios de acción en Helios”.
La cuestión podría parecer una simple “anécdota” del típico homófobo recalcitrante, aunque eran graves por proceder de un médico… sin embargo, los comentarios del cirujano cardíaco se hacían eco de las declaraciones hechas en su país natal esta semana por Ali Erbaş, un importante clérigo musulmán en Turquía.
Erbas, quien encabeza la Dirección de Asuntos Religiosos de Turquía (Diyanet), pronunció un sermón el 24 de abril para dar comienzo del Ramadán en el que afirmó que: “El Islam maldice la homosexualidad. La homosexualidad trae consigo enfermedades y decadencia al linaje. Trabajemos juntos para proteger a las personas de tal maldad “.
Clérigo turco Ali Erbaş (Foto oficial: Dirección de Asuntos Religiosos)
Aunque los comentarios incendiarios del clérigo, así como la sugerencia de que los homosexuales son de alguna forma responsables de la propagación de la enfermedad, han sido condenados por grupos de derechos humanos y el Colegio de Abogados de Ankara, también fueron defendidos por el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y funcionarios de su partido.
El presidente Erdogan entró en el tema en un discurso público el lunes 27 de abril, declarando que “un ataque contra el jefe de Diyanet es un ataque contra el estado”. Y añadió que: “Lo que dijo fue totalmente correcto”.
Los aliados del presidente dentro de su Partido de la Justicia y el Desarrollo de derecha han ido más lejos en sus ataques contra grupos LGBT +. Así, el funcionario del gobierno Ömer Çelik alababa al clérigo por “defender los valores islámicos” y denunciando la “mentalidad fascista” de aquellos que, según él, están atacando. “El derecho más natural de las personas a poder hablar de acuerdo con el sistema de valores en el que creen”.
Reuters informa que los fiscales han lanzado una investigación sobre el Colegio de Abogados de Ankara, sobre las afirmaciones de que su condena al clérigo es un insulto a los valores religiosos.
Erdoğan y la Turquía de la represión, el silencio y la LGTBfobia
Técnicamente es legal ser gay en Turquía, pero las personas LGBT + en el país tienen pocos derechos legales y enfrentan un estigma extremo, y los desfiles del Orgullo a menudo son brutalmente reprimidos por la policía y en los últimos tiempos, Turquía ha visto un aumento en la retórica homofóbica
En Cristianos Gays hemos informado de la involución de derechos y de visibilidad pública del colectivo LGTB en Turquía.
En 2013 nos hacíamos eco de la histórica manifestación del Orgullo de Estambul, en la que participaron más de 15.000 personas (siendo la más multitudinaria hasta la fecha). Pero las ediciones de 2015 y 2016, en cambio, eran reprimidas violentamente por las autoridades. En 2015, según los organizadores del Orgullo, la marcha fue «prohibida de repente por la oficina del Gobernador de Estambul, a causa del mes de Ramadán, sin ningún aviso».
Una circunstancia que, siendo exactamente igual, no impidió la manifestación en 2014 (un año en el que el Tribunal Constitucional de Turquía reconocía por primera vez que llamar “pervertidos” a las personas LGTB es lenguaje de odio). En 2016 la Policía turca disolvía violentamente la Marcha del Orgullo Trans de Estambul. Fue prohibida por el gobernador, que justificaba su decisión por “la seguridad de nuestros ciudadanos, en primer lugar, de los propios participantes”, pero desde el activismo LGTB se contempló como una claudicación ante las amenazas de grupos de extrema derecha nacionalista e islamistas. Una semana después, el Orgullo LGTB de Estambul correría la misma suerte. En agosto de 2016, la activista trans Hande Kader era brutalmente vejada y asesinada, después de haberse posicionado en primera fila durante el reprimido Orgullo Trans.
Una situación que se repetía en 2017, cuando tras las amenazas de un grupo ultranacionalista, y lejos de asegurar el ejercicio del derecho de manifestación del colectivo LGTB, el gobernador de Estambul prohibía la manifestación del Orgullo cediendo al chantaje de los extremistas. Cientos de valientes activistas desafiaron la prohibición y salieron a las calles, pero fueron duramente reprimidos.
En febrero de este mismo año publicábamos que los tribunales administrativos 4º y 13º de Ankara, respectivamente, rechazaban los recursos de apelación de las organizaciones igualitarias Kaos GL y Pink Life (o Pembe Hayat), que pretendían acabar con la prohibición de celebrar actos LGTB, impuesta por el gobernador de Ankara, Ercan Topaca. Para la justicia, que se posicionaba a favor de la oficina del gobernador, «la prohibición no causará resultados irrecuperables», dictaminando que tal decisión «no es ilegal».
El último intento de fomentar el sentimiento homofóbico en Turquía sigue a un pánico moral provocado por una serie de Netflix ambientada en el país. Los rumores de un personaje gay en Love 101, lanzado en Netflix este mes, desató un torrente de furia del estado.
El presidente del Consejo Supremo de Radio y Televisión, Ebubekir Sahin, dejó en claro: “No toleraremos transmisiones que sean contrarias a los valores nacionales y espirituales de nuestra sociedad”. En línea, las publicaciones han acumulado miles de “me gusta” acusando a Netflix de “tratar de normalizar la inmoralidad”, calificando al gigante gigante del “enemigo del Islam” por transmitir el programa durante el Ramadán. No había ningún personaje gay visible cuando Love 101 debutó el 24 de abril, y los fans no tenían claro si el rumor era falso o si se tomó la decisión de editar el programa después de la reacción violenta.
Sin embargo, existe un creciente apoyo a la inclusión en el país. Una encuesta realizada el mes pasado encontró que el 45 por ciento de las personas en Turquía piensan que las personas LGBT + deberían tener los mismos derechos, un aumento del 36 por ciento del año anterior.
Desde el fallido intento de golpe de estado en Turquía, en julio de 2016, el presidente del país, Recep Tayyip Erdoğan, lo ha utilizado para acallar cualquier voz crítica que le resulte molesta. Ha despedido a miles de funcionarios públicos, acusándolos de golpistas, ha perseguido a periodistas y medios de comunicación críticos con el Gobierno y a políticos de la oposición y se ha detenido a activistas LGTB como Levent Pişkin o Uğur Büber. Solo en 2016, se imputaron cargos por “terrorismo” a 47.000 personas.
Como culminación del proceso de concentración de poder, el pasado abril Turquía aprobaba en referéndum convertirse en un estado presidencialista por un 51,41% de los votos. Erdoğan concentraba así toda la capacidad ejecutiva, junto a la potestad de elegir jueces de los tribunales superiores y disolver el Parlamento.
Con los dos mandatos de cinco años, aprobados como el plazo máximo que un presidente tendrá posibilidad de ejercer el cargo bajo la nueva Constitución, Erdoğan podría mantener su poder casi absoluto hasta 2029 (las próximas elecciones presidenciales no tienen lugar hasta 2019). Una situación altamente preocupante para el respeto de los derechos humanos y del colectivo LGTB en Turquía.
Fuente Pink News/Cristianos Gays
General, Homofobia/ Transfobia., Islam
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