¿Por qué nos has abandonado?
Del blog de Tomás Muro La Verdad es libre:
- Semana Santa.
Este año la Semana Santa “la llevamos puesta” y a cuestas. La celebraremos -¿celebrar?- en nuestra propia casa, en nuestra propia persona, en nuestros miedos y angustias personales y de la sociedad. La Semana Santa de este año es cuarentena, confinamiento, pandemia, es sufrimiento.
En cierto sentido este año nosotros estamos subiendo, como Jesús, a Jerusalén, al Calvario.
- Más allá de los medios informativos.
Tal vez esta, pudiera ser la pandemia más grande que el ser humano haya vivido no ya en la historia, sino en la evolución; y ello sobrecoge, abruma. Somos una “nada” en el universo, en la evolución, en la humanidad. Pero somos mucho para Dios.
Para la ciencia, la economía, para la política existen problemas, y han de tratar de intentar solucionarlos con la investigación médica, las medidas sanitarias, económicas, etc.
Para quien piensa y quien cree existe el misterio y las preguntas más radicales de la existencia humana.
Sería una pena que viviéramos este tiempo de desierto duro, de confinamiento únicamente con el divertimento, la distracción y los “WhatsApp”. El capitalismo tiene como método y objetivo que la gente no se entere que se aburre, por eso todo consiste en pasarlo lo mejor posible: viajes, internet, huidas, pero no pienses, no dejes que broten las grandes cuestiones de la vida.
Más allá del alud de informaciones de los medios de comunicación, más allá incluso de la misma medicina y de la ciencia, muy por encima del problema económico y de la crisis que pueda acarrear, esta situación nos sitúa ante el problema del misterio del ser humano, ante el misterio de la fragilidad humana, ante el misterio del sentido de la vida y de la muerte. En último término estamos ante el misterio de Dios.
Esta enfermedad de muerte nos sitúa también ante el silencio de Dios, ante la “ausencia de Dios”, ante el misterio de Dios. ¿Dónde está Dios?
- ¿Por qué nos has abandonado?
En el relato de la pasión y muerte de Jesús según San Mateo[1], las últimas palabras de Jesús en vida, en la cruz, Jesús muere sintiendo el abandono de Dios: Dios mío, Dios mío, por qué me has abandonado, (Mateo 27,46). Fueron las últimas palabras de Jesús (en la versión de Mateo).
Seguro que Jesús recitó muchas veces y por diversos motivos esas palabras (que son el salmo 21). ¿Por qué nos has abandonado?
También nosotros podemos experimentar el abandono de Dios.
Quizás nuestra oración hoy pueda ser un clamor a Dios: ¿Por qué nos has abandonado?
No es menos cierto que en el evangelio de Lucas Jesús muere confiando en Dios: Padre a tus manos encomiendo mi espíritu, (Lc 23,46).
Es momento de activar la esperanza
Nadie puede vivir sin preguntarse: qué será de mí –hoy mismo, mañana, pasado mañana, dentro de poco, dentro de algunos años, en el futuro lejano- qué será de mí mismo, de mi trabajo, de mis proyectos y de mis aspiraciones, de mi familia, de mis seres cercanos, de mis semejantes a los que estoy unido de algún modo. ¿Qué será del estado, de los desarrollos políticos, de nuestro planeta? ¿Qué será del universo?
La esperanza está vinculada inseparablemente a la existencia humana. El ser humano es esperante.
Este año, el domingo de Ramos leemos la pasión según S Mateo
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