Un cuento bonito.
El Ser Humano, esa majestuosa obra de Dios, con una vida completa por vivir, en medio de una hermosa creación, rodeado del verdor de la naturaleza, del canto de los pájaros, del colorido de las aves, de la frescura de las aguas de manantiales y páramos, pisando unas veces oro, petróleo, esmeraldas, flores o fina hierba; quien piensa, siente, se mueve, ama, se detiene o avanza; un ser muy misterioso en ocasiones, asombrado en otras; muy inteligente y libre; triste o alegre, negro, blanco, indígena, mestizo, peli negro, mono, peli rojo; lleno de sueños por vivir, y espacios por conquistar.
Ese maravilloso ser humano, quizás seas tú y/o esté también a tu lado, o esté confundido tras la mole de cemento, mirando el horizonte sintiéndose sin futuro, o perdido en decisiones incorrectas, tomadas pensando que estaba entre personas correctas, que nunca pensaron de forma correcta, pero fingieron estar pensando lo que parecía correcto; o es aquel que siente todo injusto porque no tiene de sobra o lo que tiene otro lo quiera también; o es el que estudio, acumuló títulos pero no se educó; o el que nació en muy buena posición, pero ahora toco fondo; o quizás sea un mariachi que te canta debajo de tu ventana; o un mesero que se esmera por caer bien para que lo veas y le asignes propina; o un profesor que se hizo a un grupo de alumnos que no quiere, pero le gusta estar aunque no esté a gusto; o es el docente entregado y afectuoso con sus alumnos; o tal vez no sé, cualquier ser humano jugando un rol o muchos que la vida le asigna como son: padre, esposo, hijo, amante, hermano, sacerdote, vigilante, zapatero, madre, cantante, activista, presidenta, gerente o jardinero; o político, dictador o estadista… ¿qué sabemos del corazón detrás del personaje?, pero las personas son más que el personaje y el ser humano que creo Dios es más que cualquier ser, es perfecto, es su imagen, contiene el amor de Dios en toda su expresión, pero ha querido siempre milagros, maná, pescado, mermelada y dulces; todo lo quiere, sin esfuerzo, quiere que le digan si, que le pongan alfombra roja, que se inclinen para celebrar su impetuoso ego que lo hace quedar mal, cada que se le sale la vanidad; que levita a cambio de caminar; que se ufana de estar entre los más “ricos” de la revista “X”, frente a la precariedad de tantos infantes sin porvenir, y tantas personas, sin recursos, sin agua, tapadas de basura.
¿Por qué el corazón de ese maravilloso ser humano, se corrompió, si todo era bueno, Dios creo el mundo y vio que todo era bueno?, el paraíso esta, los protagonistas están, la riqueza existe, la vida sigue su curso, extraigamos el talento que tenemos, esforcémonos por trabajar por la unidad, la sanación y salvación del mundo; este es el cuento bonito, hay que sentir compasión, ser responsable y hacer las cosas bien, mejor, para mejorar en sociedad, en humanidad; si es cuento bonito, todo está pero no estamos nosotros, estamos evadidos, distraídos, ensombrecidos, muy lentos en apoyar las causas justas y buenas, en decirle no a la deshonestidad, a la injusticia, a la hipocresía, a los gobernantes mediocres. Dios nos hizo libres, dignos, fuertes, sanos, y hemos dejado que la raza humana se humille, sin tener porque hacerlo…y es el mismo ser humano algunas veces quien le pone la lápida y lleva al fondo a otro ser humano, recordemos…”Jesús, alzando la vista, dijo: -Padre, te doy gracias porque me has escuchado. Ya sabía yo que siempre me escuchas, pero lo dije por la gente que está aquí presente, para que crean que tú me enviaste. Dicho esto, grito con todas su fuerzas: ¡Lázaro, sal fuera!.. Quítenle las vendas y dejan que se vaya –les dijo Jesús”. (Juan, 11, 41-44b).
Querido Ser Humano… haz tu mejor esfuerzo ahora, ayuda, avanza. Gracias.
Yolanda Salamanca Pinilla
Fuente Fe Adulta
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