Retorno
En primer lugar, debemos comprender bien lo que se dice aquí a propósito del retorno. Sabemos que el retorno se encuentra en el centro de la concepción judía del camino del hombre: tiene el poder de renovar al hombre desde el interior y de transformar su ámbito en el mundo de Dios, hasta el punto de que el hombre del retorno es ensalzado por encima del zaddik perfecto, el cual no conoce el abismo del pecado. Ahora bien, retorno significa aquí algo mucho más grande que arrepentimiento y penitencia; significa que el hombre que está extraviado en el caos del egoísmo -en el que él mismo era siempre la meta prefijada- encuentra, a través de un viraje de todo su ser, un camino hacia Dios, a saber: el camino hacia la realización de la tarea particular a la que Dios le ha destinado precisamente a él, ese hombre particular.
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Martin Buber,
Cammino dell’uomo,
Magnano 1990, p. 51
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