Inicio > Biblioteca, Iglesia Católica > ‘Invisibles’: las mujeres del Concilio, a través de la mirada de Isabel Gómez Acebo

‘Invisibles’: las mujeres del Concilio, a través de la mirada de Isabel Gómez Acebo

Jueves, 21 de noviembre de 2019

9788428557931La teóloga y colaboradora de RD publica su nueva novela en San Pablo

RD ofrece algunos extractos de la nueva obra de Gómez Acebo

También se las invitó a participar en todas las comisiones «que tuvieran importancia para ellas». Sin necesidad de ponerse de acuerdo, pensaron que no había nada en la Iglesia que no las concerniera, por lo que estaban dispuestas a personarse en todo”

“Algún obispo que las vio sentadas en la tribuna comentó con sorna que pensaba haber encontrado un puesto seguro alejado de las mujeres en San Pedro, pero que ahora el templo había dejado de serlo. ¿Se sentiría amenazado? ¿Qué peligro concebía este santo padre de unas religiosas vestidas con amplios hábitos, o de unas seglares con traje negro largo y mantilla cubriendo su cabeza?”

Un pequeño grupo de mujeres participó, casi de incógnito, en el Concilio Vaticano II. Nombradas en contra de la voluntad de muchos padres conciliares, se embarcaron en la gran aventura eclesial del siglo XX en medio de un ambiente hostil, machista y discriminador. Recibieron muchas veces un “no” por respuesta. Pero se enfrentaron a todas las trabas e hicieron escuchar su voz contra todo pronóstico. Su historia ha permanecido prácticamente invisible hasta nuestros días.

Isabel Gómez Acebo inaugura la colección de narrativa Parábola, de San Pablo con Invisibles. Las mujeres del ConcilioNovelando las peripecias que vivieron estas grandes desconocidas en una cita que debió cambiar la historia de la Iglesia, y que está todavía pendiente de hacerse realidad. A continuación, ofrecemos unos extractos del nuevo título de la teóloga y colaboradora de RD:

“El hogar familiar fue la casa de mi abuela en el barrio madrileño de Argüelles. Nadie sabía muy bien cómo se las arreglaba económicamente la mujer. Vivía de una pensión, y es poco probable que su hija migrante en Francia proveyera para los gastos de sus hijos (···) Como ingresaba una cantidad fija todos los meses, mi abuela me empujó a independizarme con el argumento de que una chica joven tenía que vivir su vida y no estar pendiente de una mujer mayor”

“Las personas mayores que viven solas tienen ganas de hablar… y de ser escuchadas.

La historia a la que se agarró ese jueves, y que iba a desarrollar a lo largo de unas cuantas semanas, pues era un tema largo, aparecía en una revista que tenía encima de la mesa y que hablaba del aniversario de un concilio. El concilio Vaticano II.

—¿Qué concilio, abuela?”

“Como superiora general de las Hermanas de Loreto, Mary Luke Tobin quiso cambiar el hábito por uno más moderno, para lo cual debía recibir la autorización del cardenal Antoniutti. Aprovechó su estancia en Roma y le llevó una foto, con una monja muy bien escogida, porque era más bien gordita y fea, para que viera cómo quedaría el hábito nuevo”

“Como mujer, Isabel, tienes que conocer que en esa asamblea eclesial de obispos, por primera vez en la historia, se admitieron mujeres, es verdad que sin derecho a voz ni a voto, pero estuvieron presentes y con posibilidad de maniobrar entre bambalinas. Nos llenamos de ilusión pensando que este hecho suponía una ventana entreabierta y que el futuro traería más protagonismo eclesial femenino dentro de la Iglesia. Pero no fue así”

“Madame Monnet se instaló en el hotel Columbus, muy cerca del Vaticano. Fue la primera auditora que se incorporó al Concilio. Aunque las invitaciones se mandaron a la vez, ella estaba viviendo en Roma. El matrimonio Álvarez Icaza alquiló un apartamento grande en la vía de la Croce, esquina a la vía Boca del León. Tenían 10 hijos, pero solo llevaron a las dos pequeñas a Italia. Su hogar se convirtió en una casa familiar para muchos padres conciliares”

“También se las invitó a participar en todas las comisiones «que tuvieran importancia para ellas». Sin necesidad de ponerse de acuerdo, pensaron que no había nada en la Iglesia que no las concerniera, por lo que estaban dispuestas a personarse en todo lo que pudieran”

“El lugar donde fueron ubicadas era la tribuna de San Andrés, colocada a la derecha del altar y opuesta a la tribuna donde se sentaban los observadores protestantes”

“Algún obispo que las vio sentadas en la tribuna comentó con sorna que pensaba haber encontrado un puesto seguro alejado de las mujeres en San Pedro, pero que ahora el templo había dejado de serlo. ¿Se sentiría amenazado? ¿Qué peligro concebía este santo padre de unas religiosas vestidas con amplios hábitos, o de unas seglares con traje negro largo y mantilla cubriendo su cabeza? ¿O era una bromita pronunciada en un entorno masculino? Como también se las veía por los pasillos, en uno de los encuentros que tuvo con ellas el padre Henry de Lubac, regaló a sus colegas una frase: «Mon Dieu, les dames»”

“Como superiora general de las Hermanas de Loreto, Mary Luke Tobin quiso cambiar el hábito por uno más moderno, para lo cual debía recibir la autorización del cardenal Antoniutti. Aprovechó su estancia en Roma y le llevó una foto, con una monja muy bien escogida, porque era más bien gordita y fea, para que viera cómo quedaría el hábito nuevo. El prelado, sin mirarla apenas, cogió una pluma con la que trazó una línea que bajaba la manga hasta la muñeca, la falda hasta el suelo y el velo cubría el nacimiento del pelo (···) En la clausura, el prelado, consciente de las malas relacio-nes que habían tenido los dos, se le acercó para decirle: «Sor, yo lo hacía todo en nombre de la Iglesia», a lo que la monja respondió: «Eminencia, yo también lo hacía en nombre de la Iglesia»”

Fuente Religión Digital

Biblioteca, Iglesia Católica , , , ,

Comentarios cerrados.

Recordatorio

Cristianos Gays es un blog sin fines comerciales ni empresariales. Todos los contenidos tienen la finalidad de compartir, noticias, reflexiones y experiencias respecto a diversos temas que busquen la unión de Espiritualidad y Orientación o identidad sexual. Los administradores no se hacen responsables de las conclusiones extraídas personalmente por los usuarios a partir de los textos incluidos en cada una de las entradas de este blog.

Las imágenes, fotografías y artículos presentadas en este blog son propiedad de sus respectivos autores o titulares de derechos de autor y se reproducen solamente para efectos informativos, ilustrativos y sin fines de lucro. Por supuesto, a petición de los autores, se eliminará el contenido en cuestión inmediatamente o se añadirá un enlace. Este sitio no tiene fines comerciales ni empresariales, es gratuito y no genera ingresos de ningún tipo.

El propietario del blog no garantiza la solidez y la fiabilidad de su contenido. Este blog es un espacio de información y encuentro. La información puede contener errores e imprecisiones.

Los comentarios del blog estarán sujetos a moderación y aparecerán publicados una vez que los responsables del blog los haya aprobado, reservándose el derecho de suprimirlos en caso de incluir contenidos difamatorios, que contengan insultos, que se consideren racistas o discriminatorios, que resulten obscenos u ofensivos, en particular comentarios que puedan vulnerar derechos fundamentales y libertades públicas o que atenten contra el derecho al honor. Asimismo, se suprimirá aquellos comentarios que contengan “spam” o publicidad, así como cualquier comentario que no guarde relación con el tema de la entrada publicada. no se hace responsable de los contenidos, enlaces, comentarios, expresiones y opiniones vertidas por los usuarios del blog y publicados en el mismo, ni garantiza la veracidad de los mismos. El usuario es siempre el responsable de los comentarios publicados.

Cualquier usuario del blog puede ejercitar el derecho a rectificación o eliminación de un comentario hecho por él mismo, para lo cual basta con enviar la solicitud respectiva por correo electrónico al autor de este blog, quien accederá a sus deseos a la brevedad posible.

Este blog no tiene ningún control sobre el contenido de los sitios a los que se proporciona un vínculo. Su dueño no puede ser considerado responsable.