Dos chicos agreden a otro por defender a una pareja gay en Granada
Un par de jóvenes agredieron a otro la pasada madrugada del sábado por defender a una pareja gay que estaba siendo objeto de burlas en la puerta de una discoteca en Granada. Según recoge Ideal, la víctima presenta una rotura en un hueso en la cavidad ocular derecha.
Nuevo delito de odio por homofobia. Según ha informado Ideal, un joven de 23 años fue agredido brutalmente en la madrugada del pasado viernes por defender a una pareja gay que estaba siendo objeto de burlas por estar besándose en la puerta de una discoteca granadina. «Intenté hacer algo bien y me dieron de hostias», ha señalado el joven, que a raíz de los golpes sufrió una rotura en un hueso en la cavidad ocular derecha
Según relata el diario granadino, los hechos tuvieron lugar alrededor de la cuatro de la madrugada del pasado viernes, en la puerta de una conocida discoteca granadina ubicada en la calle Duquesa. Carlos —el joven agredido— se encontraba allí de fiesta con unos amigos y, en un momento dado, salió fuera del local para tomar algo de aire. Al salir, vio a dos chicos que estaban besándose y, junto a ellos, a un par de jóvenes que estaban molestando a la pareja por ese hecho.
Indignado, decidió llamarles la atención y fue entonces cuando fue él quien se convirtió en el objeto de los insultos y la violencia de los acosadores. «No recuerdo muy bien qué les decían, pero tuve el impulso simplemente de decirle a la pareja que se fuera para evitar que estas personas les molestaran más. En el momento en el que me metí, los individuos comenzaron conmigo», ha declarado a Ideal la víctima, que recibió varios puñetazos por parte de los matones.
La pareja de chicos a la que defendió huyó del lugar rápidamente, pero él decidió hacer frente a la chulería de los homófobos agresores. «Reconozco que a mí se me calienta el pico. Por eso cuando empezaron a increparme por haberme metido, no me quedé callado y les respondí», ha explicado el joven, que no recuerda con exactitud todos los detalles de la agresión, ya que había bebido esa noche. «Todo fue muy rápido y fuerte. Me apoyé creo en la pared y cuando todo acabó emprendí mi camino a casa».
Carlos, que a raíz de los golpes sufrió varias heridas y comenzó a sangrar bastante, empezó a caminar, hasta que se topó con un grupo de personas que le convencieron para ir al centro de salud más cercano. Poco después, tuvo que ser atendido en el Hospital de Traumatología de Granada, donde pasó toda la noche y parte del día siguiente.
Según el diagnóstico, como resultado de la salvaje agresión, el joven —que el sábado presentó una denuncia ante la Policía— ha sufrido una rotura en un hueso en la cavidad ocular derecha y, aunque ya le han dado el alta en el Hospital de Traumatología de Granada, continúa con el párpado muy inflamado. A pesar de las secuelas físicas, eso sí, tiene claro que lo volvería a hacer: «La pareja a la que molestaba se fue, y de verdad es que nunca intervine con la intención de pelearme, solo para tratar de que no hubiera problemas».
Por desgracia, lo ocurrido este fin de semana no supone un hecho aislado. Sin ir más lejos, hace unos días nos hacíamos eco del caso de dos jóvenes menores brutalmente agredidas por parte de tres tipos que las vieron besándose en un parque de la localidad coruñesa de Carballo. Mucho por hacer aún para tratar de erradicar el repunte en los niveles de homofobia social en España.
Fuente Ideal
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