Hace unos días, el ministro de seguridad de Uganda había llamado “terroristas” a las personas LGBT+ en un visceral ataque contra un candidato presidencial y sus partidarios. Pero, en un paso màs de esta escalada homófoba, la semana pasada, el gobierno de Uganda anuncio que las condenas con pena de muerte volverán a ser vigentes, cinco años después de que las anularan. Según fuentes, con esto quieren frenar el aumento de relaciones sexuales no naturales del país.
Uganda, donde las relaciones llamadas “contra natura” son castigadas con cadena perpetua por una ley de la época de la colonización británica, adoptó en diciembre de 2013 una nueva legislación que reprime sobre todo la “promoción de la homosexualidad” y vuelve obligatoria la denuncia de homosexuales.
Simon Lokodo, ministro de Ética e Integridad del país, comunico a Reuters Foundation que la homosexualidad no es natural en la cultura de los ugandeses. Según Lokodo, “las personas gay han hecho ‘reclutamientos’ en los colegios, sobre todo en los más jóvenes, creando la falsedad de que la gente nace gay”.
Actualmente el Código Penal de Uganda está limitado, solo el acto homosexual esta criminalizado. Lokodo ha explicado que el gobierno quiere aclarar que toda persona que se dedique a promocionar o reclutar para cualquier cosa relacionada con la homosexualidad, deben ser condenados a muerte.
Se espera que esta ley, respaldada por el presidente del país, Yoweri Museveni, vuelva a estar en vigor antes de que acabe el año, su votación se producirá en las próximas semanas.
Uganda, no es el único país africano que castiga duramente la homosexualidad. Las relaciones sexuales entre personas del mismo sexo se siguen considerando tema tabú, el considerado un delito muy grave, en algunos países siguen aplicando la ley colonial británica, en la que especifica que el sexo homosexual se castiga con cadena perpetua.
La respuesta por parte de los partidarios de los derechos LGTB, han informado que volver a criminalizar a los homosexuales solo va a provocar ataques contra los homosexuales. Ya en su momento, cientos de personas LGTB se vieron obligados a huir del país y ahora se espera que vuelva a ocurrir lo mismo.
Lokodo, ha expresado que existe cierta preocupación por la reacción internacional ante este movimiento de su gobierno. Pero ha afirmado que no se asustaran ante el chantaje.
En otros países los movimientos para restringir los derechos LGTB han provocado protestas y sanciones de otros países. En Brunei, tuvieron que extender una moratoria sobre la pena de muerte a quienes practicaran sexo homosexual, por la condena de celebridades por la ley de azotar y lapidar hasta la muerte. En Tanzania, unas declaraciones de un funcionario el año pasado, llevaron a la retención de nueve millones de euros en ayudas por parte de Dinamarca.
La difícil situación del colectivo LGTB en Uganda
La situación de las personas LGTB en Uganda es muy complicada. El artículo 145 del Código Penal castiga con penas que pueden llegar hasta la cadena perpetua a aquellos que «tengan conocimiento carnal contra natura con otra persona». El mero intento de mantener relaciones homosexuales o lo que se denominan «prácticas indecentes» se castiga con hasta siete años de prisión.
El año pasado el Orgullo LGTB de Uganda tuvo que ser cancelado tras amenazar el Gobierno de este país africano con detenciones masivas. Unas amenazas que, unidas al antecedente de 2016 (cuando la policía ugandesa interrumpió la celebración y detuvo a varios activistas), llevaban a los activistas LGTB ugandeses a dar prioridad a su seguridad.
Pero esta durísima normativa no parece satisfacer a los LGTBfobos. La presidenta del Parlamento, Rebecca Kadaga, insistía también en reintroducir un proyecto de ley que endurecía el trato penal a la homosexualidad, con la pretensión de establecer la pena de muerte en determinados casos, y a la cual ella misma llegó a llamar «un regalo de Navidad». El proyecto fue aprobado por el Parlamento en diciembre de 2013, pero finalmente fue invalidado por el Tribunal Constitucional a causa de una falta de procedimiento: se había votado sin el quórum necesario.
Y aunque por el momento parece que este proyecto ha quedado aparcado, lo que no dejan de sucederse son los ataques a la libertad de reunión y asociación. En 2015, de hecho, se aprobó una ley, y esa sí está en vigor, que permite al gobierno tener un control férreo sobre las ONG y asociaciones del país, pudiendo no autorizar sus actividades e incluso disolverlas si no se adecuan al «interés público» o si son «contrarias a la dignidad del pueblo de Uganda». Las asociaciones LGTB ya avisaron de su peligro, ya que los activistas que trabajen en una organización que no cuente con el visto bueno del gobierno pueden llegar a ser encarcelados. Ello supone llevar la lucha por los derechos LGTB a la ilegalidad.
Por fortuna, el Tribunal Constitucional de Uganda aliviaba un poco la presión a finales de 2016, al declarar contraria a derecho la normativa que impedía a determinados grupos, marcados en la ley como «inmorales o socialmente inaceptables», la posibilidad de reclamar ante la Comisión de Igualdad de Oportunidades en los casos de discriminación. Entre los colectivos señalados tan ignominiosamente se encontraban el de las personas LGTBI (para quienes fue diseñada especialmente la norma), los trabajadores del sexo o las personas que viven con el VIH. Pero conviene tener en cuenta que no todo depende del marco jurídico: la sociedad civil ugandesa también es fuente de ataques homófobos. Un ejemplo es el intento de linchamiento a un grupo de hombres homosexuales o los ataques que reciben los activistas que intentan llevar adelante la lucha.
La valiente e importantísima labor del activismo LGTB de este país se veía reconocida, en todo caso, a finales de 2017, cuando el Gobierno Vasco reconocía con el Premio René Cassin 2017 el activismo LGTB de la asociación africana Sexual Minorities Uganda.
En fin, si ponemos en el buscador el nombre de Uganda… el horror es cotidiano.
Fuente Reuters/Cristianos Gays
General, Homofobia/ Transfobia.
Homofobia/Transfobia, Pena de Muerte, Simon Lokodo, Uganda
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