Invitación a aprender.
Educar la mente sin educar el corazón, no es educación en absoluto (Aristóteles)
25 de agosto 2019.
DOMINGO XXI DEL TO
Is 66; 18-21
Pero yo vendré para reunir a las naciones, naciones de toda lengua: vendrán para ver mi gloria
Sal 116
Alabad al Señor todos los pueblos, alabadle todas las naciones
Lc 13, 22-30
Camino de Jerusalén, Jesús recorría ciudades y aldeas enseñando
En el salmo responsorial de la misa se dice: “Id por todo el mundo y proclamad el Evangelio”. En ambos textos, se pone énfasis en la idea de que la doctrina de Jesús debería llegar al mundo entero, sin distinción alguna de pobres o de ricos: “ciudades y aldeas”.
“El texto, escribe Jose Enrique Ruiz de Galarreta en Evangelios de Lucas y Juan, Jesús no contesta a lo que le preguntan, sino a lo que deberían haberle preguntado”. Perfecta estratagema.
En nosotros, congregados de todas las partes del mundo, se han cumplido todas las profecías, y nos hemos sentado a la mesa del reino. Pero no podemos quedarnos egoístamente encerrados en nosotros mismos, sino que debemos sentirnos llamados a llevar a los demás cuanto tan generosa como gratuitamente hemos recibido. Banquete y alimentos que nos nutrirán satisfactoriamente el resto de los días.
En unos versos de la poesía china, Wang Wei nos lo dice de esta manera:
MANANTIAL DE LAS PEPITAS DE ORO
If you drink every day of spring
gold nuggets,
live ten thousand at least.
Bebiendo diariamente de tan prodigioso manantial, jamás podría sucedernos lo que Mark Twain dice del primer hombre, en Diarios de Adán y Eva: “Me harta tener que preocuparme del asunto y, por otra parte, no sirve de nada”.
Dos vientos corren en el mismo sentido, pero cada uno de ellos tiene sus personales fronteras. Derribarlas, podría producir una tormenta, que arrasaría los propios sentimientos a su paso.
¿No es éste el camino que Jesús nos pedía recorriéramos? Al menos deberíamos intentarlo: Es lo que han hecho los grandes pedagogos de la Historia: enseñar desde el corazón, no desde los libros.
“No me parecía descabellada la idea de que un día se presentara, con la teatralidad propia de un actor o un cantante de ópera, disfrazado de Lohengrin , cantando un aria solemne”, escribe Sándor Márai en La herencia de Eszter, queriéndonos decir con ello que hay que dejar que cada uno sea como Dios le hizo.
Khalil Gibran dijo en su libro El Profeta, que hay que predicar la palabra, pero sin imponerla a nadie. Todos tienen derecho a ser mutuamente respetados, a que nadie les expolie en sus derechos.
EL MAESTRO
Nuevamente Almitra habló y dijo:
“¿Qué tienes que decirnos del matrimonio, Maestro?” Y esta fue su respuesta:
Nacisteis juntos y juntos permaneceréis siempre. Mas dejad que en vuestra unión crezcan los espacios, y dejad que los vientos del cielo dancen sobre vosotros. Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una prisión. Mejor es que sea un mar que se meza entre las orillas de vuestra alma.
Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis solo de una. Compartid vuestro pan, más no comáis de la misma hogaza. Cantad y bailad juntos; alegraos, pero que cada uno de vosotros conserve la soledad para retirarse a ella a veces. Hasta las cuerdas de un laúd están separadas, aunque vibren con la misma música.
Ofreced vuestro corazón, pero no para que se adueñen de él. Y permaneced juntos, pero no demasiado, porque los pilares sostienen el templo, pero están separados. Y ni el roble ni el ciprés crecen el uno a la sombra del otro.
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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