Detienen a un colaborador de Dáesh con imágenes de una sede LGTBI de Las Palmas
El detenido ha sido puesto a disposición de la Audiencia Nacional y el juzgado central de instrucción número 6 ha decretado su ingreso en prisión preventiva
El detenido, que llevaba tiempo siendo investigado por sus conexiones con entornos yihadistas online, había experimentado recientemente un incremento de su radicalización, lo que ha precipitado su detención.
El arrestado fue este viernes a disposición de la Audiencia Nacional e ingresó en prisión preventiva por orden del Juzgado Central de Instrucción número 6.
La investigación policial ha podido determinar que en los últimos meses el arrestado había fotografiado la sede de una asociación LGTBI de la isla, un colectivo hacia el que había mostrado una especial aversión y al que dirigía comentarios ofensivos. La comunidad LGTBI ha sido reiteradamente señalada por DAESH como uno de sus objetivos.
El detenido, que era muy activo en internet, participando en múltiples chats de contenido yihadista radical, alababa los atentados terroristas del 11-S en Estados Unidos, del 11-M en Madrid o el cometido en agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils (Tarragona).
Mantenía asimismo conversaciones online en las que elogiaba las conductas de otros yihadistas conversos en el extranjero y les animaba a cometer acciones terroristas en sus países.
De hecho, el detenido había mantenido contacto con otros yihadistas conversos que fueron detenidos en Colombia y Argentina en el año 2018 gracias a las informaciones proporcionadas por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional.
El arrestado decía haberse convertido al islam en 2004 a raíz de los atentados del 11-M, pero se jactaba de llevar una estética occidental, sin rastro de signos de radicalidad en sus vestimentas o en su rostro, para evitar ser detectado o levantar las sospechas de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad.
En el registro practicado en su domicilio los agentes han encontrado gran cantidad de material sobre el terrorismo yihadista: vídeos con juramentos a DAESH por parte de otros yihadistas, vídeos con ejecuciones y material gráfico en donde se aprecian armas, vestimentas de combate y otros materiales de guerra.
La investigación se ha desarrollado por investigadores de la Comisaría General de Información de la Policía Nacional, en colaboración con Brigada Provincial de Información de Las Palmas de Gran Canaria, bajo la supervisión del Juzgado Central de Instrucción número 6 y la coordinación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional.
El Daesh/ISIS, un infierno para la comunidad LGTB
Siria e Irak, hace años estados de tradición laica (vinculada al baazismo) en los que las personas LGTB podían encontrar pequeños espacios de libertad, han acabado por convertirse para ellas en un infierno. En Irak, la homosexualidad fue legal hasta 2001, cuando Sadam Hussein, para contentar a los sectores religiosos, decidió castigarla con cárcel y, en caso de reincidencia, con pena de muerte. Tras la invasión, la situación se sumió en un estado de confusión. La entonces autoridad administrativa estadounidense ordenó en 2003 retrotraer los códigos penal y civil a la situación vigente en los 70, pero la diversidad de autoridades existentes según la zona del país, así como el papel preponderante que los líderes religiosos alcanzaron, facilitó que la persecución de las personas LGTB fuera en aumento. En los años sucesivos la situación no hizo más que empeorar, y las denuncias sobre el secuestro, la tortura y el asesinato de homosexuales, involucrando además a las fuerzas de seguridad, no hacían sino aumentar en todas las zonas del país.
En el área suní de Irak, la situación de descontento con el régimen surgido de la invasión, unida a la difusión de las ideas religiosas más radicales, terminó por cristalizar en el surgimiento del Estado Islámico, que también controla ya una parte importante de Siria. En este último país, la revuelta contra el régimen de Bashar al-Asad, alentada en sus inicios desde los países occidentales (y de la que ya en 2013 conocíamos sus consecuencias para los homosexuales sirios) ha confluido en el mismo fenómeno. En este caso, además, el propio régimen de Asad utilizó la persecución de los homosexuales como un instrumento de propaganda contra los rebeldes.
El Estado Islámico o Daesh, finalmente, ha hecho de la persecución de las personas LGTB, y muy singularmente de los varones que mantienen relaciones con otros hombres o que son percibidos como homosexuales, uno de sus principales elementos de propaganda. Cada cierto tiempo son difundidas imágenes de ejecuciones. A finales de julio, por ejemplo, era difundido un vídeo en el que se podía ver como dos jóvenes, supuestamente acusados de mantener relaciones homosexuales, eran arrojados desde lo alto de un edificio en Palmira (Siria) y posteriormente lapidados. A finales de junio, otros cuatro hombres eran arrojados también desde lo alto de un edificio en Deir ez-Zor, también en Siria, muertes que activistas islamistas aprovecharon para “celebrar” a su modo en redes sociales la sentencia del Tribunal Supremo de los Estados Unidos a favor del matrimonio igualitario.
Antes ya habíamos recogido la ejecución de dos hombres a los que además se les dijo, pocos segundos antes de ser lapidados hasta la muerte, que habían sido “perdonados”. Tras ser conducidos a una explanada con los ojos vendados y abrazarse a uno de sus verdugos, fueron lapidados hasta la muerte por una horda enfervorecida que continuó lanzándoles piedras incluso cuando era ya evidente que habían fallecido. Ocurrió en un lugar indeterminado de Siria. O el degollamiento de cuatro jóvenes en Mosul, ciudad iraquí en manos de los islamistas en la que semanas antes otros dos hombres eran arrojados desde lo alto de un edificio. O la muerte de otro joven arrojado al vacío en Raqqa (Siria); la muerte por lapidación de dos hombres, también en la provincia siria de Deir ez-Zor; el asesinato de otro hombre en un lugar indeterminado, arrojado también desde lo alto de un edificio, o el asesinato de otro hombre de unos cincuenta años arrojado al vacío en Tal Abyad (Siria), luego lapidado al sobrevivir a la caída.
Son solo algunas de las muertes que han trascendido. Por razones obvias, resulta imposible disponer de información contrastada sobre estos asesinatos y torturas. Como otras veces hemos destacado, resulta imposible disponer de información contrastada sobre estos asesinatos. En realidad es difícil saber si se trata de personas LGTB o simplemente de opositores al Estado Islámico a los que se acusa de serlo como pretexto para asesinarlos y utilizar sus muertes como propaganda. Organizaciones en favor de los derechos LGTB hacían en enero un llamamiento a la prudencia, con objeto de no exacerbar el miedo de las personas LGTB que viven en la zona y causar daños mayores. Sin embargo, cada vez resulta más difícil pensar que no asistimos simplemente a un proceso de exterminio, máxime cuando hay testimonios que aseguran que los islamistas se hacen pasar por homosexuales como “gancho” para así atrapar a sus víctimas.
Fuente Agencias/Cristianos Gays
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