Se calcula que unos 10,000 estadounidenses LGBT+ han sido protegidos de la terapia de conversión después de que las prohibiciones estatales hicieran que la desacreditada práctica fuera ilegal para los menores en 18 estados, según un estudio.
El Instituto Williams de la UCLA informó que en los siete años transcurridos desde que California se convirtió en el primer estado en prohibir la terapia de conversión para menores, miles de niños de entre 13 y 17 años se han librado de la terapia dañina, aunque miles más están en riesgo mientras que sigue siendo legal en la mayoría de los estados.
El estudio estima que alrededor de 16.000 jóvenes LGBT de entre 13 y 17 años de edad recibirán terapia de conversión de un profesional de la salud autorizado antes de cumplir los 18 años, y aproximadamente 57.000 más se someterán al tratamiento de un asesor religioso o espiritual.
La terapia de conversión es “una serie de prácticas peligrosas y desacreditadas que afirman falsamente que cambian la orientación sexual o la identidad o expresión de género de una persona”, según Human Rights Watch (HRW). Se ha practicado en los EE.UU. durante más de un siglo, a menudo utilizando técnicas de aversión como las descargas eléctricas, el calor o las náuseas inducidas.
California fue el primero en hacerlo en 2012, no sin controversia. Le siguieron el también estado de Nueva Jersey (varios meses después), Washington D.C. (cuyo Consejo legislativo aprobó la norma por unanimidad en 2014) y más tarde se sumaron los estados de Oregon, Illinois, Vermont, Nuevo México, Rhode Island, Nevada, Connecticut, Washington, Hawái, Maryland, Delaware y New Hampshire, Nueva York, Colorado y Massachusetts, cuyo texto entró en vigor el pasado 8 de abril tras la firma del gobernador republicano Charlie Baker. En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Y el pasado junio Maine.
Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales.
En abril se les unía Puerto Rico, estado asociado a los Estados Unidos, aunque en este caso lo hacía mediante una orden ejecutiva firmada por su gobernador, Ricardo Roselló, después de que la Cámara de Representantes puertorriqueña rechazara tramitar un proyecto de ley aprobado por el Senado. Hay además numerosos condados y ciudades que haciendo uso de sus competencias locales han promulgado normas similares. Denver, precisamente la capital de Colorado, lo aprobó por ejemplo el pasado enero por decisión unánime de sus concejales.
Pero en el resto de los estados donde es legal, los padres pueden obligar a sus hijos a participar en la terapia en contra de su voluntad. Esta práctica nociva se compara a menudo con la tortura y está relacionada con un mayor riesgo de depresión, suicidio y drogadicción.
La opinión pública está cambiando
Al realizar encuestas de opinión pública a nivel nacional, el estudio de la UCLA encontró que la mayoría de las personas en los EE.UU. apoyan poner fin al uso de la terapia de conversión en menores de 18 años.
El estudio agregó que una encuesta nacional de 2019 realizada por Ipsos/Reuters encontró que el 56% de los adultos de EE. UU. apoyan que es ilegal que los profesionales de la salud mental realicen la terapia en menores de 18 años, en comparación con una minoría (18%) que piensa que debería ser legal.
El 10 de junio, Alemania anunció planes para prohibir la práctica en el transcurso del año, y el Ministro de Salud, Jens Spahn, dijo: “La homosexualidad no es una enfermedad, por lo que no necesita ser tratada. La investigación científica desde finales de la década de 1940 ha sido notablemente consistente en que la orientación sexual y la identidad de género son notablemente resistentes a los esfuerzos por cambiar”, dijo a NBC News Catherine Lugg, profesora de la Graduate School of Education de la Universidad de Rutgers. “Desde la década de 1970, ninguna organización médica creíble ha afirmado que uno puede cambiar -o, por implicación, debería cambiar- su orientación sexual y/o identidad de género”.
Una tendencia creciente a la prohibición
Además de Austria, Alemania y Malta, país donde la ley lleva en vigor desde 2016, también Irlanda y el Reino Unido están dando pasos en la misma dirección. En España, mientras tanto, la prohibición de este tipo de intervenciones ha sido ya contemplada en varias normas autonómicas y es una de las disposiciones que preveía la prometida ley en favor de la igualdad y no discriminación de las personas LGTBI (aunque el PP intentó «colar» una proposición alternativa, en forma de enmienda a la totalidad, que no contemplaba este aspecto). Un proyecto que naufragó con la convocatoria de elecciones anticipadas.
En cualquier caso, conviene recordar que el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de toda España, emitió ya en 2017 un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen «curar» la homosexualidad carecen de fundamento. No es ninguna novedad, pero en estos momentos en los que la promoción de este tipo de intervenciones parece reverdecer en nuestro país (y no solo debido al escándalo de la diócesis de Alcalá: otros casos recientes como el de la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen así parecen indicarlo) toda aclaración es bienvenida. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
Mientras tanto, el Parlamento Europeo ha exigido la prohibición de estas terapias. En 2018, el Parlamento Europeo adoptó un texto no vinculante en el que se pedía a los miembros de la UE que prohibieran esta práctica, y Malta y España fueron los primeros en tipificarla como delito.
No” rotundo de los especialistas a las “terapias” reparadoras.
“Terapias” reparadoras: no solo inútiles, también peligrosas
La comunidad médica mundial en su inmensa mayoría condena estas prácticas y lucha para que los gobiernos las prohíban. Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
En definitiva, la aplicación o recomendación de este tipo de prácticas van, hoy en día, en contra del conocimiento médico actual y de la lex artis que obliga a todo profesional sanitario.
Respecto al reto que suponen aquellas personas adultas que movidas por su fe religiosa conservadora acuden por voluntad propia a las consultas para cambiar su orientación sexual, ya desde hace años la Asociación Americana de Psicología recomienda ser “honestos” con ellos respecto a su eficacia, considerando que el objetivo en estos casos debe ser favorecer, sin imposiciones, la aceptación de la propia realidad. Posibles estrategias que sugería Judith Glasshold, la presidenta del comité que en 2009 revisó la evidencia disponible hasta esa fecha, eran insistir en determinados aspectos de la fe religiosa, como la esperanza y el perdón, frente a la condena de la homosexualidad, sugerir el acercamiento a confesiones religiosas que sí aceptan la realidad LGTB o, los casos más recalcitrantes, valorar la adopción del celibato como estilo de vida sin pretender cambiar la orientación.
Fuente Cromosomax/Cristianos Gays
General, Homofobia/ Transfobia.
"Terapias" reparadoras o de conversión, California, Estados Unidos, Human Rights Watch (HRW), Instituto Williams
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