Corpus Christi
Dios viene a nosotros, para saciar nuestra sed, a través de la Eucaristía y del hermano pobre, el que no tiene ropa, el sin techo o el enfermo. (Teresa de Calcuta)
23 de junio 2019. FESTIVIDAD DEL CORPUS CHRISTI
Lc 9, 11b-17
Comieron todos y quedaron satisfechos
Celebramos la fiesta del amor y, como escribió Joaquín García-Escudero en Apuntes sobre las emociones, “El amor, como la compasión, están cimentados en la empatía, y si para el budismo la compasión es el estado en el que se desea que nadie sufra, el amor es el estado en el que se desea que todos alcancen la felicidad.
Existe un AMOR con mayúsculas que supone el amor supremo de la filantropía y de la solidaridad. Su cualidad más destacada es la gratuidad porque se da indiscriminadamente y sin esperar nada a cambio. Cuando la mente se encuentra en este estado amoroso, el cerebro desencadena los circuitos de recompensa y emerge un sentimiento de alegre felicidad que podemos detectar en las personas que se dedican a hacer el bien ayudando a los demás.
Esta clase de amor es más bien escaso porque requiere una anulación del egoísmo que no es lo que se lleva en la sociedad actual”.
Decir te amo no es suficiente, hay que pasar de letra a la música y degustar el concierto, pues lo que realmente apreciamos es escuchar un entrañable ¡Te Amo!, pero con voz de hechos.
Tan solo de esta manera tiene para nosotros sentido aquello de Pan del Cielo que, según Lc. 9, 17 “Comieron todos y quedaron satisfechos”.
Un triticum panem cultivado en campos personales y un vitis vinífera, guardado con mimo en las cubas de nuestras ancestrales bodegas.
“La Eucaristía hace madurar un estilo de vida cristiano. La caridad de Cristo acogida con el corazón abierto nos cambia, nos transforma, nos vuelve capaces de amar, no según una medida humana, siempre limitada, sino según la medida de Dios, o sea sin medida”, dijo el Papa Francisco.
Teniendo en consideración que, como dijo Teresa de Calcuta, “Dios viene a nosotros, para saciar nuestra sed, a través de la Eucaristía y del hermano pobre, el que no tiene ropa, el sin techo o el enfermo”.
PAN DEL CIELO
Un día el Dios cristiano se hizo carne,
y dijo que su carne era pan vivo,
para que, quien lo coma, en él se encarne
y viva de un manjar definitivo.
Y es un pan verdadero; el Pan del cielo,
un pan de solidaria unión fraterna,
de comunión total modelo,
porque anticipa ya la vida eterna.
Un pan que se fracciona y se reparte,
una copa de vino envejecido,
una mesa en que todo se comparte,
donde todo en común, siempre es servido
Sacramento de amor y de unidad,
sacramento que me habla del hermano
y de mutua fraternidad y caridad;
sacramento que define al cristiano.
José Luis Martínez SM
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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