Nuevas denuncias de abusos contra Tony Anatrella, el “experto gay” del catolicismo francés
El “psiquiatra de la Iglesia” ya fue suspendido por el arzobispo de París
Revela que cuando tenía 14 años el conocido como “psiquiatra de la Iglesia” le pidió que le enseñara su pene y le masturbó
Fue solo el comienzo de los “tratamientos corporales” contra la homosexualidad a los que Anatrella también sometió a otros hombres, “sesiones de relajación en calzoncillos” o masajes desnudos incluidos
Era el “experto gay” del catolicismo francés. Un “psicoanalista” que ha sido uno de los mayores impulsores de la represión de los homosexuales en la Iglesia en los últimos años. Pero monseñor Tony Anatrella también es un abusador de menores y de adultos, según las numerosas denuncias que han ido acumulándose contra este sacerdote en los últimos 15 años y que resultaron en su suspensión el pasado julio por el arzobispo de París. A estas denuncias, se suma ahora una nueva queja de un hombre que alega que el cura le masturbó cuando tenía 14 años.
Pascal B., hombre que tiene actualmente 58 años y con problemas de audición desde niño, ha revelado a La Croix que su madre le mandó a Anatrella, el conocido “psiquiatra de la Iglesia”, en 1974, cuando él tenía 14 años. Pascal había tenido problemas con la policía y le afectaba el alcoholismo de su padre, quien años después se separaría de su madre y se convertiría en el secretario del propio Anatrella, un trabajo que sigue teniendo. El cura era por aquel entonces el capellán del instituto Arago en París. Al final de su primera cita, aegún Pascal, el sacerdote -que se ha cosechado fama por sus “tratamientos corporales” contra la homosexualidad- le pidiera que le mostrara su pene y procedió a estimularle.
“¿Qué le pude decir?“, lamentó Pascal. “No le dije nada, sino que me vestí sin mirarle. Me sentí totalmente perdido y aplastado”. El hombre afirmó que trató de reprimir el recuerdo y continuó acudiendo a las actividades que Anatrella organizaba en el instituto. El cura luego le propondría “una sesión de relajación en calzoncillos”.
El instituto no sería la última vez que Pascal coincidiría con Anatrella. Años después, tras caer en las garras de las drogas y la ideación suicida, el hombre se limpió y se casó. Cada uno de sus tres hijos fue bautizado por el “psicoanalista”, a quien Pascal también acabaría acudiendo cuando su matrimonio empezaría a desintegrarse. No fue hasta Anatrella le sometió a su “terapia corporal” -masajes desnudos incluidos- que Pascal atrevió a contar su abuso a su familia.
Aunque Pascal no pudo denunciar a las autoridades civiles las agresiones que sufrió a manos de Anatrella por la prescripción de los posibles delitos, sí las ha denunciado al arzobispo de París, que ha confirmado a La Croix que su testimonio ha sido enviado al Vaticano, donde se mantiene abierto el expediente del sacerdote en vista de su posible laicización.
Por su parte, a través de su defensor canónico Anatrella sigue rechazando todas las acusaciones en su contra, y tiene hasta finales de junio para interponer en la Signatura Apostólica un recurso contra su suspensión, el cual ya fue rechazado en primera instancia.
Fuente Religión Digital
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