Tras la condena internacional, Brunéi extiende la moratoria a la pena de muerte para los homosexuales
El sultán de Brunéi, Hassanal Bolkiah en su alocución al inicio del Ramadán. Foto AFP
El país no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde 1957.
Este fin de semana, Hassanal Bolkiah, sultán de Brunéi, emitió una moratoria para la la pena de muerte incluida en una nueva reforma al Código Penal del sultanato, la cual podrá ser aplicada para la “sodomía”, violación y homosexualidad. La postergación de su aplicación es un “gesto de buena voluntad” por el inicio del Ramadán, una de las celebraciones más importantes del islam. Hassanal Bolkiah, que sucedió a su padre en el cargo cuando este abdicó del trono en 1967, comenzó a instaurar castigos basados en la sharia en 2014, en un plan por etapas que dio un paso más el pasado 4 de abril. Entonces entró en vigor una reforma del Código Penal que incluye la lapidación por adulterio y sexo entre hombres; la mutilación de la mano o el pie por robo; la pena capital por apostatar, blasfemar o difamar el nombre del profeta Mahoma, y la flagelación por abortar, entre otros castigos.
Brunéi extenderá la moratoria que aplica de facto a la pena de muerte a la sharia o ley islámica, un mes después de aprobar castigos como la lapidación para homosexuales o adúlteros por lo que afrontó una oleada de críticas y llamadas al boicot.
La decisión fue anunciada por el sultán Hassanal Bolkiah, en un discurso televisado este domingo por la noche con motivo del inicio del mes del Ramadán, en el que buscó clarificar “malas interpretaciones” sobre la implementación de la legislación islámica. En la alocución, inusualmente traducida al inglés y divulgada después por su gabinete, el sultán recordó que la moratoria sobre la pena de muerte por otros delitos -como asesinato con premeditación o tráfico de drogas- lleva aplicándose más de dos décadas, y subrayó que también se impondrá sobre los nuevos casos sujetos al castigo capital. El sultanato, situado en la isla de Borneo y próspero gracias a sus ricas reservas de petróleo y gas, no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde 1957. Alrededor de dos tercios de su población de 420.000 habitantes son musulmanes.
“Soy consciente de que hay muchas preguntas y percepciones erróneas respecto de la implementación de la Orden. Sin embargo, creemos que una vez que se hayan aclarado, el mérito de la ley será evidente”, indicó Bolkiah.
“No debería haber ninguna preocupación sobre la sharia ya que esta incluye la misericordia y bendiciones de Dios […], que jamás nos impondría leyes pensadas para infligir crueldad“, dijo el sultán en su alocución recogida hoy por la prensa estatal.
“Como es evidente, durante más de dos décadas, hemos practicado una moratoria de facto en la ejecución de la pena de muerte para los casos bajo la ley común. Esto también se aplicará a los casos bajo la SPCO que ofrece un alcance más amplio para la remisión”, destacó el sultán en su mensaje por el Ramadán.
“Como es evidente, en las últimas dos décadas hemos practicado una moratoria de facto a la ejecución de la pena de muerte en casos de ley común. Esto se aplicará también en los casos bajo la SPCO; la sharia que ofrece un amplio margen de exoneración“, añadió el sultán en su mensaje por el Ramadán.
El sultán, que sostuvo que la ley islámica persigue “preservar la moralidad y decencia pública”, aseguró además que Brunéi ratificará la convención de la ONU contra la tortura para “mantener nuestros compromisos y obligaciones internacionales”.
El nuevo ordenamiento incluye la lapidación por “delitos homosexuales” y adulterio; la mutilación de la mano o el pie por robo; la pena capital por blasfemia, difamar el nombre del profeta Mahoma y la apostasía; la flagelación por aborto; asimismo, criminaliza la doctrina de otras creencias a niños y prácticas de cualquier religión que no sea el Islam, entre otros.
Su entrada en vigor el pasado 3 de abril motivó la condena de organizaciones de defensa de los derechos humanos y la ONU, y llamadas al boicot a la cadena de hoteles de lujo propiedad del sultán por parte de celebridades como el actor George Clooney o el cantante Elton John.
Aunque el actual Código Penal contempla la pena de muerte, Brunéi no ha llevado a cabo ninguna ejecución desde 1957 y la última sentencia data de 2017 por un delito de narcotráfico.
Brunéi, sultanato situado en la isla de Borneo, próspero gracias a sus ingentes reservas de petróleo y gas, comenzó a introducir los castigos basados en la ley islámica en 2014.
Una campaña internacional de boicot a los negocios del sultanato llevó a la suspensión temporal de las penas más estrictas y castigos corporales prevista a finales de 2016.
El Ramadán, según la tradición islámica, conmemora cuando el profeta Mahoma empezó a recibir la revelación del Corán hace más de mil 400 años.
La doble moral del sultán
Bajo el yugo del sultán absolutista Muda Hassanal Bolkiah, Brunéi no ha firmado ni ratificado prácticamente ninguno de los principales tratados internacionales en materia de derechos humanos. Eso sí, repasando la trayectoria personal y el estilo de vida desaforado del jefe del estado, no parece que se aplique a sí mismo el rigor moral que exige a sus súbditos.
El sultán de Brunéi se ha casado tres veces y, aunque la religión islámica permite la poligamia para los hombres, está divorciado de dos de sus mujeres. Según la revista Forbes, en 2007, Bolkiah era la persona con la mayor fortuna de todo el mundo (estimada en 22 billones de dólares). El sultán lleva en el poder desde 1967 y consiguió la independencia de Reino Unido en 1984. Su patrimonio familiar ha ido creciendo progresivamente gracias a los beneficios que el país genera a raíz de las ricas explotaciones de petróleo y gas natural y a la falta de control del origen de sus ingresos.
Un litigio económico con su hermano menor Jefri, que acabó en el Privy Council de Londres (que sigue ejerciendo como una especie de tribunal de última instancia pese a la independencia) permitió conocer que el sultán derrocha el dinero a espuertas. Solo en 2007, gastó 1,26 millones de libras en un instructor de bádminton o 1,25 millones en acupunturistas y masajistas, por poner algunos ejemplos. Su palacio (más grande que el Vaticano) cuenta con bóvedas de oro y se calcula que posee cientos de automóviles de lujo, entre ellos varios Fórmula 1.
En definitiva, así es y así vive el hombre que se arroga el derecho, convertido en ley, de acabar con la vida de aquellos que comparten su amor y su sexualidad con personas de su mismo sexo en el “Estado de Brunéi, Morada de la Paz”.
El sultán, educado en el extranjero y dueño de una vida poco pía, ha defendido con ahínco su decisión de implantar preceptos de la sharia en la nación, un caso único en el sureste asiático. A sus 73 años, se ha casado en tres ocasiones y divorciado en dos, y hasta ahora era más conocido por sus extravagancias y derroches -como pagar a Michael Jackson para que cantara en su 50 cumpleaños o su colección de Ferraris- que por sus convicciones religiosas.
Con información de 20 minutos/Cristianos Gays.
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