Reflexión del Sábado Santo
Jesús murió para posibilitar nuestra divinización. La tierra está embarazada de resurrección.
Todo esto es un proceso, como el proceso de nuestras vidas, donde nuestras muertes posibilitan nueva vida. Nuestra vaciedad hoy es posibilidad, como este día es espacio de parar, silenciarnos, vivir en soledad en una espera gozosa que es esperanza de Vida Nueva.
En este día de Sábado estamos llamadas a dejar que Cristo se geste en nuestro interior, no el Jesús histórico que murió, sino el Cristo vivo que todos y cada uno llevamos en semilla en nuestro interior.
Es el día de transformación de la semilla en fruto, de la crisálida en mariposa, es el día de albergar al Cristo naciente en nosotros en nuestro interior, cuna de un tercer nacimiento en un mundo que necesita la comunión y la solidaridad.
Es el Cristo cósmico que es semilla de resurrección para toda la humanidad.
Para leer la reflexión completa, con las pautas de trabajo pincha aquí.
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Fuente: Monasterio Monjas Trinitarias de Suesa
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