Rocío Figueroa: “Jesucristo fue víctima de abusos sexuales”
La teóloga peruana aporta sanación a las víctimas del Sodalicio con una nueva teología
“Durante su Pasión, el Señor fue obligado a desvestirse delante de 500 soldados y probablemente también fue crucificado desnudo”
“Si sigues a Jesús y ves a las víctimas, verás el rostro de Jesús en las víctimas, que Jesús sufrió lo mismo”
“La realidad es que Jesús murió desnudo. La finalidad no era solo matar a la víctima, sino también humillarla, humillarla sexualmente”
Jesucristo fue víctima de abusos sexuales, y ya va siendo hora de que la Iglesia lo admita, según la teóloga y superviviente del Sodalicio en Perú, Rocío Figueroa. Por al menos tres razones. Porque la tesis es plenamente consistente con los relatos de los Evangelios. Porque reconocerlo podría ayudar a la Iglesia a fomentar de cara al futuro ambientes más seguros para los niños y otras personas vulnerables, y también a replantearse su visión “platónica y negativa” de la sexualidad en general. Pero sobre todo, porque admitir que Jesucristo sufrió agresiones de este tipo puede ayudar a otras víctimas a curarse y a sanarse, sabiendo que el hombre que se venera en el cristianismo como “hijo de Dios” padeció los mismos dolores que ellos.
Figueroa, profesora de teología sistemática en el Good Shepherd College de Auckland, Nueva Zelanda, habló con Crux con ocasión de la presentación del nuevo estudio que ha escrito junto con el teólogo David Tombs“Reconociendo a Jesús como víctima de abuso sexual: respuesta de sobrevivientes del Sodalicio en el Perú”. La también investigadora externa en el Centro de Teología y Asuntos Públicos en la Universidad de Otago explicó que el estudio analiza las reacciones de ocho víctimas del Sodalicio de Luis Fernando Figari a la idea de que Jesucristo fue víctima de abusos.
“No quisimos hacer conclusiones generales”, apuntó la teóloga, a propósito de lo que calificó como un estudio de pequeño tamaño “no cuantitativo, sino cualitativo”. “Quisimos profundizar en las respuestas de los supervivientes“.
La “humillación sexual” del Señor
No fue un mero ejercicio retórico presentar al Señor como víctima a estos supervivientes, sino todo lo contrario. Los mismos Evangelios describen con todo lujo de detalles los abusos que sufrió. “Jesús fue obligado a desnudarse” durante su Pasión, recordó Figueroa, explicando que los romanos “le obligaron tres veces a desvestirse, y ello en frente de un grupo de 500 soldados”. Nada más y nada menos que un ejercicio de “humillación sexual”.
“También era una práctica común crucificar a los prisioneros totalmente desnudos”, profundizó la teóloga, recordando que en el Evangelio de Juan los soldados le quitan la ropa al Señor y se la reparten. “La realidad es que Jesús murió desnudo. La finalidad no era solo matar a la víctima, sino también humillarla, humillarla sexualmente”, aclaró, poniendo en entredicho la representación de Jesús en la cruz cubierto por un paño. “Quizás sintieran que era demasiado escandaloso, demasiado fuerte, demasiado chocante ver a un Jesús tan humano, tan realista”, especuló la teóloga acerca de por qué surgió la tradición del llamado “lienzo de pureza”.
Crucifixión de Cristo. 1890. Max Klinger.
Museum der Bieldesde
Ver el rostro de Jesucristo en las víctimas
¿Cómo acogieron entonces los supervivientes del Sodalicio entrevistado por Figueroa y Tombs este relato de Jesucristo como víctima de abusos? Aunque les conmocionó la idea, explicó Figueroa, coincidieron en que fue probablemente lo que pasó desde un punto de vista histórico. Y aunque algunos supervivientes observaron que presentar a Jesús como víctima poco les va a ayudar a las víctimas que ya no se consideran cristianos, todos se pusieron de acuerdo en que el relato puede ayudar, y mucho, a la Iglesia como institución.
Según relató la teóloga, los supervivientes “dijeron que el problema es que la Iglesia nunca se ha enfrentado a la realidad de la sexualidad de una forma saludable [y] si [obispos y curas] no pueden ver también la sexualidad de Jesús, la sexualidad de los seres humanos, no pueden ver la perversión que es el abuso sexual”. “Si sigues a Jesús y ves a las víctimas, verás el rostro de Jesús en las víctimas, que Jesús sufrió lo mismo”, explicó Figueroa.
“Una consolación grande”
Y es que hasta que la Iglesia se humille y admita la realidad de los abusos que sufrió el hombre al centro de su fe, culto y doctrina no habrá sanación ni solución a la crisis de agresiones sexuales por la que actualmente atraviesa, alertó Figueroa. “Si vemos a Jesús en su realidad humana, que él sufrió humillación sexual y sintió lo que siente una víctima, es poderoso. Sintió vergüenza en su cuerpo. Sintió escarnecido, vulnerable, lo que siente una víctima cuando su cuerpo está expuesto sin respeto”.
Pensar así, al menos, ha ayudado a la teóloga, quien admitió que la idea de un Jesucristo abusado le “consoló”. “Cuando estás en la crisis, piensas que Dios te abandonó”, confesó, acerca de lo que sufrió ella. “Así que, cuando ves que Jesús sufrió, Jesús sabe lo que yo he vivido, es una fuente de consolación grande”.
Fuente Religión Digital
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