Repartirlo entre vosotros
“Cuando vayas subiendo saluda a todos. Seguro que son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando” (Papa Francisco)
14 de abril. Domingo de Ramos:
Isaías 43, 16-21 Ofreceré agua en el desierto, ríos en el yermo, para apagar la sed de mi pueblo (v 20)
Lc 22, 14-23
Y tomando la copa, dio gracias y dijo: Tomad esto y repartirlo entre vosotros
En evangelio de Juan, Jesús se ha convertido en el “pan de vida” (6, 35) y el “pan vivo que bajó del cielo” (6, 51)
Tengo un pariente cercano que un día sintió la Llamada de África; dejó su sobresaliente título colgado de un muro aquí en Madrid, hizo las maletas y se marchó a Turkana en 2015.
Lo que dice el Salmo 21, 6 parece escrito para Pablo:
“Grandezas es su prestigio por tu victoria,
le has conferido honor y majestad.
Le has otorgado bendiciones incesantes,
le colmas de gozo en tu presencia”.
Los ha dejado a todos herederos -convecinos, ganado, huertos, chozas- herederos de toda su personal fortuna. Lo ha repartido entre ellos, fiel al mandato de Jesús en Lucas 22, 17: “Tomad esto y repartirlo entre vosotros”.
Y no sólo a su cabeza, a sus manos, a su corazón y a sus pies, sino también a todos sus convecinos y familiares: chozas convertidas en casas, pozos para sacar agua para los cuerpos y los campos: ¡Fecunda cosecha en los yermos desiertos del que sana desahuciadas hambrunas de los pastores del pueblo nilótico keniata!
En el prefacio de su libro Lo pequeño es hermoso, Michael Shumacher (1969), expiloto alemán de automovilismo de carreras, dice en el Prefacio de su libro:
“¿Vamos a seguir aferrándonos a un estilo de vida que crecientemente vacía el mundo y desbasta a la naturaleza por medio de su excesivo énfasis en las satisfacciones materiales, o vamos a emplear los poderes creativos de la ciencia y la tecnología, bajo el control de la sabiduría en la elaboración de formas de vida que se encuadren dentro de las leyes inalterables del universo y que sean capaces de alentar las, más altas aspiraciones de la naturaleza humana”.
Y eso es lo que el protagonista de nuestro artículo de esta semana hizo, como también lo hizo hace dos mil años otra ilustre figura: Jesús de Nazaret el galileo.
Papa Francisco dijo “Cuando vayas subiendo saluda a todos. Seguro que son los mismos que vas a encontrar cuando vayas bajando”.
En mi libro Variaciones Goldberg, he dedicado a Pablo, brillante Ingeniero de Caminos que un día dejó su patria y se marchó a África para ayudar a los keniatas, este Poema, que en mi parecer expresa cuanto él ha hecho y sigue haciendo.
Pablo Moñino Lostalé
La oscuridad de tu piel, África,
se tornó blanca
el día que un ingeniero sabio
amaneció en Turkana.
Amaneció con un brillante expediente bajo el brazo
y una ilusión de oro sobre alma,
que tu llevaste en tu exigua maleta
desde tu patria, España.
Tus blancas manos llenas de proyectos,
diseñaron caminos y trazaron albas
que dieron luz a tus ensueños,
y encendieron en tu gente esperanza.
Amasaron el barro de tus campos,
yermos antes de tu llegada,
y con graneros llenos, tu sonrisa, Pablo,
iluminó la oscuridad de tu piel africana.
De tu piel africana y la de tu mujer Fridah,
que se fundió contigo en amorosa mirada.
……………………………..
Entregaste sin límite tu vida a los más pobres,
¡Misionero Seglar de Cuerpo y Alma!
Vicente Martínez
Fuente Fe Adulta
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