Tecnología y vida espiritual
Del blog Amigos de Thomas Merton:
“ La tecnología no se opone en sí misma a la espiritualidad ni a la religión. Pero presenta una gran tentación. Por ejemplo, cuando se usan muchas máquinas en el trabajo monástico (y está muy bien que se usen), puede haber un amortiguamiento del espíritu y de la sensibilidad, un embotamiento de la percepción, una pérdida de vitalidad, un descenso del tono, una fatiga y laxitud general, una propensión a la inquietud y a la sensación de culpa que probablemente sufriríamos menos si, sencillamente, saliéramos a trabajar con las manos en los bosques o en los campos.
Entonces la aceptación de la laxitud y del enervamiento se propone como un sacrificio, y claro que puede ser un sacrificio. Es el destino de los pobres, y nosotros hemos de compartir ese destino. Pero el simple hecho de que estas nuevas rutinas agoten y fatiguen la naturaleza, aturdan nuestras percepciones y disminuyan nuestra vitalidad espiritual, se trata erróneamente como algo por sí mismo «sobrenatural». Hacerlo así es equiparar lo sobrenatural a lo innatural, el sacrificio a la frustración, y eso lleva lógicamente a la absurda proposición de que, en la práctica, hemos de sacrificar la misma vida espiritual.
Hemos de desprendernos de la vida espiritual, pero hemos de seguir viviéndola. Y el propósito de ese desprendimiento es solo hacernos capaces de vivirla en un nivel más alto. Resignarnos a la degradación y la ruina de nuestra vida espiritual no es un sacrificio que podamos ofrendar como agradable a Dios”.
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Thomas Merton
Conjeturas de un espectador culpable
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