Castillo: ” Los obispos españoles hablan de la homosexualidad y se callan la pederastia” , por Antonio Castillo
De su blog Teología sin censura:
“¿No tienen nada que decir nuestros prelados cuando en España y en la Iglesia española se van a tomar decisiones que pueden tener consecuencias de enorme importancia para los ciudadanos, sean o no sean creyentes?”
“¿Cómo se explica que el episcopado español, no se callara cuando Franco dio un golpe de Estado y puso en marcha una guerra cruel y una dictadura que costó tantos miles de muertos y tanto sufrimiento en España?”
Una de las cosas, que más me llaman la atención en este momento, es el silencio de los obispos españoles, en una situación como la que estamos viviendo en este país, en vísperas de unas elecciones generales. ¿No tienen nada que decir nuestros prelados cuando en España y en la Iglesia española se van a tomar decisiones que pueden tener consecuencias de enorme importancia para los ciudadanos, sean o no sean creyentes?
Como es lógico, al hablar de este asunto, no pretendo – ni debo pretender – que las autoridades religiosas le digan a la gente a quién deben votar. Eso pertenece al ámbito de la vida privada, Y nadie tiene por qué entrometerse en la privacidad de los demás.
Pero, tan cierto como lo que acabo de decir, es el hecho patente de la gravedad del momento que estamos viviendo, no sólo en España, sino en Europa y en el mundo entero. Es más, ni siquiera sólo en el ámbito mundial. No hay que ser un sabio, para darse cuenta de que también la conciencia religiosa se juega mucho en este momento y en las próximas elecciones. La religiosidad no se puede disociar de la conducta ética y de la conciencia moral en asuntos de extraordinaria gravedad, como son muchas de las cosas que se van a decidir con el voto que cada cual va a depositar en las urnas de los inminentes comicios.
¿Un documento episcopal?
Sinceramente, comprendo que, para amplios sectores de la ciudadanía, haya comportamientos del episcopado español que la gente de buena voluntad no entiende. Ni puede entender. A no ser que yo, al hablar de esta manera en este momento, me esté pasando de listo o me esté adelantando, cuando en realidad la Conferencia Episcopal Española tiene ya preparado un documento que va a responder a las muchas y muy graves preguntas que los ciudadanos – y más en concreto los creyentes – se hacen en estos días. Me sentiría feliz, si es que me estoy equivocando. Y dentro de unos días o quizá unas horas, nos encontramos con un excelente informe de nuestro episcopado que nos expone sus puntos de vista en los asuntos nacionales que más nos preocupan en España ahora mismo.
Pero, si es que tal documento ni está preparado, ni se piensa preparar, entonces – como creyentes y como personas que quieren ser fieles al bien de la Iglesia – me atrevo a pedirles a nuestros obispos que piensen en algunas cuestiones, que las conoce todo el mundo. Por ejemplo, ¿cómo se explica que el episcopado español, no se callara cuando Franco dio un golpe de Estado y puso en marcha una guerra cruel y una dictadura que costó tantos miles de muertos y tanto sufrimiento en España? ¿cómo se puede entender que, en contraste con lo anterior, el episcopado español se calló la noche en que el coronel Tejero pretendió dar otro golpe de Estado y liquidar la democracia que costó tanto sufrimiento y tanta discreción?
Por supuesto, todos sabemos que, en este momento, no está en juego ni una guerra civil ni la restauración de una dictadura. Pero, tan cierto como lo que acabo de decir, es que en España estamos asistiendo (desde hace ya años) a escándalos políticos, económicos y sociales que claman al cielo. Escándalos que, por parte del episcopado español, no han tenido más respuesta que el silencio. Los obispos españoles hablan de la homosexualidad como se callan la pederastia. ¡Por lo que más quieran!, señores obispos, ¿no es ya hora de que tengan la valentía y la libertad que han tenido (y tienen) tantos ciudadanos, que han dado sus vidas por defender las verdades de las que están convencidos millones de ciudadanos, que han defendido en tiempos pasados y siguen defendiendo en este momento los derechos, la dignidad y la libertad de España quienes más la necesitan?
Y termino diciendo que, si digo estas cosas, no es por odio a la Iglesia o por resentimiento hacia sus pastores. Se trata de todo lo contrario. Si hablo así del episcopado español, lo hago por lo mucho que quiero y le debo a la Iglesia católica, que tanto bien me ha hecho por más que en ella y por ella haya sufrido bastante más de lo que muchos se imaginan.
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