Un joven argelino de 21 años ha sido degollado por ser bisexual
Assil Belalta en una foto colgada en su cuenta de Instagram
Nos olvidamos en mayor medida de la situación de las personas LGTB en el resto del mundo, obcecados en nuestros propios problemas a nivel nacional, tanto colectivos como individuales.
Y es cuando nos llegan noticias como las del asesinato de carácter lgtbfobo de Assil Belalta, a tan solo 1.000 kilómetros de nuestro país, que recibimos una cruel descarga de realidad, una realidad que nos obliga a volver a levantarnos para seguir la lucha.
Assil era un joven argelino de 21 años, guapísimo, radiante de juventud y con toda su vida por delante. Estudiaba medicina en la facultad de Alger, y se declaraba bisexual de forma pública y orgullosa en sus redes sociales.
Ayer, mientras volvía a la residencia universitaria donde vivía, a Assil le siguieron dos personas, que le cortaron el cuello sin ningún tipo de piedad, escribiendo “Es gay” en la pared con su propia sangre, según informa el grupo activista LGTB+ argelino Alouan en su página de Facebook.
Cientos de estudiantes se manifestaron esta mañana en los exteriores de la Facultad de Medicina Ziania de Alger para rendirle homenaje a Assil, a parte de un minuto de silencio y una cadena humana entre la facultad y el campus de la universidad.
La faculté de médecine d’Alger en colère après le meurtre du jeune Assil pic.twitter.com/hAlbZHewaF
— Observ’Algérie (@ObservAlgerie) 11 de febrero de 2019
Pese a que la constitución de Argelia garantiza la igualdad para todos sus ciudadanos, el respeto a los derechos humanos y la libertad de credo y opinión, tanto la homosexualidad como la bisexualidad se consideran “prácticas ilegales e indecentes”.
Allí, las personas LGTB se enfrentan a penas de prisión que van desde los seis meses meses hasta los tres años años, dependiendo además de la edad de los “acusados”.
Descansa en paz Assil. La lucha del colectivo seguirá con más fuerza que nunca.
ILGA: Argelia sí se encuentra entre los países con homofobia de Estado
Basta con acudir al informe anual sobre Homofobia de Estado que publica ILGA (Asociación Internacional de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Trans e Intersex) para saber que el Código Penal argelino castiga los actos de homosexualidad con pena de prisión de 2 meses a 2 años y con multa de 500 a 2.000 dinares argelinos. Cuando alguno de los autores fuera menor de 18 años de edad, la pena impuesta se agrava hasta los 3 años de prisión y los 10.000 dinares de multa. Por otra parte, también se castiga con prisión de 2 meses a 2 años y multa de 500 a 2.000 dinares a «quien cometiere atentado al pudor en público» y en el caso de que «el atentado al pudor consistiere en un acto contra natura con una persona del mismo sexo», la pena será prisión de 6 meses a 3 años y la multa de 1.000 a 10.000 dinares.
No solo eso: el Código Penal también castiga a quien difunda cualquier tipo de material «que atente contra la decencia» con penas de 2 meses a 2 años y multa de 500 a 2.000 dinares. Según el informe de ILGA, «esto va más allá del alcance de la regulación típica basada en el comportamiento, y sigue una línea que se acerca más a las normas sobre ‘propaganda’ de identidades no heterosexuales como las de Medio Oriente o el Norte de África».
El informe de ILGA recoge como ya en 2016 Reino Unido rechazó una solicitud de asilo interpuesta por un hombre gay argelino, basándose en parte en la falta de procesamientos o arrestos en los últimos años. «Sin embargo, la decisión no tuvo debida cuenta de la humillación familiar y social extrema, las amenazas y la violencia que impera en la Argelia rural y urbana respecto de las orientaciones sexuales diversas, tanto en hombres como en mujeres», deja claro la organización LGTB.
Es más, ILGA recuerda que Argelia ha rechazado las recomendaciones para despenalizar las relaciones sexuales consensuales entre personas adultas del mismo sexo en el seno del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas y que por ejemplo el entramado legal sobre entidades sin ánimo de lucro, información y derecho de reunión, junto con el hecho de que los actos sexuales consensuales entre personas adultas del mismo sexo están criminalizadas, «produce un ambiente en el que es no es posible registrar una organización que trabaje temas relacionados con la orientación sexual».
Fuente HazteQueer
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