África se desangra y nadie parece hacer nada
Jesús Ruiz Molina, obispo auxiliar de Baangasso
La República de Centroáfrica no ha conocido prácticamente la paz desde los 60
“Somos conscientes de que estamos en el ojo del huracán”
“5 sacerdotes asesinados, han quemado muchos presbiterios, iglesias y bienes de la Iglesia, que es la única que permanece cuando todos se van”.
(Vicente Luis García).- Algún día la madre naturaleza y la Historia pasarán la factura por el abuso que llevamos haciendo desde hace siglos con África y con América y sus respectivos habitantes y dueños de esas tierras que siguen siendo esquilmadas y regadas con sangre inocente.
Hoy me acerco a la Rep. De Centroáfrica, un país que desde su independencia en la década de los 60 no ha conocido prácticamente la paz, su historia está plagada de golpes de Estado y de cientos de enfrentamientos fratricidas.
El año 2013 puede ser la referencia más aceptada para poner un comienzo al conflicto que hoy sigue sumiendo a este país en el corazón de África en la más absoluta de las pobrezas y donde la vida no vale nada.
Como siempre la Iglesia católica permanece al lado de los que más sufren, sufriendo con ellos. Entre las congregaciones que destacan por su trabajo en este país están los Combonianos. Y de la mano de uno de ellos, Jesús Ruiz Molina, obispo auxiliar de Bangassou, vamos a acercarnos a la situación actual de este país, que como muchos otros del continente negro, se desangra y parece que a nadie le importa.
El segundo fin de semana de enero fueron días intensos para los obispos de Centroáfrica. Lo comenzaron con la Asamblea Plenaria de su Conferencia Episcopal, de la que salió un documento en el que se lamentan de la ineficacia de la ONU, de las consecuencias del embargo de armas y, por otro lado, el creciente tráfico de armas y llegada de mercenarios que han sumergido a la nación en una “anarquía”.
Tras la reunión de los obispos pudieron encontrarse con representantes de la MINUSCA, respecto de los cuales señalan en el documento citado: “Rendimos homenaje a los contingentes de la MINUSCA que con profesionalidad garantizan la protección de los civiles.
Alejada de focos, sin titulares ni hastags, la República Centroafricana se desangra. En 5 días, 45 muertos, 180 heridos y 27000 desplazados.
— Xavier Aldekoa (@xavieraldekoa) 30 de septiembre de 2015
Sin embargo, deploramos la duplicidad de algunos contingentes, que permiten que la situación se deteriore ante sus propios ojos como si se beneficiaran de ello, en particular los marroquíes en el este, los pakistaníes en Batangafo y los mauritanos en Alindao.
Ese comportamiento no hace más que exacerbar la situación, ya de por sí crítica, en el país”. Y por último los obispos se reunieron con el presidente del país Faustin-Archange Touadéra al que presentaron el documento de siete páginas.
El presidente les recibió con buenas palabras pero con pocas esperanzas de futuro. El presidente dijo que los Selekas eran como un monstruo “que tenían atado y controlado, y ahora está suelto destrozando y devorándolo todo.”
El pasado año la comunidad cristiana en Centroáfrica perdió por ataques armados a cientos de miembros de su feligresía. De los 5 sacerdotes asesinados, dos eran Vicarios Generales de sus respectivas diócesis, pero además han quemado muchos presbiterios, iglesias… y los bienes de la Iglesia, que es la única que permanece cuando todos se van. “Somos conscientes que estamos en el ojo del huracán”, reconoce monseñor Jesús Ruiz Molina.
En los próximos días conoceremos de primera mano más detalles de esa Asamblea de los obispos y de sus encuentros con la MINUSCA y el Gobierno.
Non solum sed etiam
Hace pocos días, una religiosa que ha vivido muchos años en África, Teo Corral, me invitaba a recoger la voz de los africanos.
De momento, aunque sea la voz de un europeo, sus más de 30 años en África (llegó al Chad en 1987), sin cambiarle la piel creo que lo hacen uno de ellos, me refiero a D. Jesús Ruiz Molina, con quien he contactado, con las dificultades que la tecnología tiene en “su querida África”, y de quien recibiré información de la situación en aquel país.
Emprendo un nuevo “viaje a África” desde la comodidad de mi computadora, sí, pero sabedor de que me pierdo los sonidos, olores, sabores y texturas de una tierra que engancha a todo el que la pisa.
Fuente Religión Digital
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