“En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos”. Domingo 20 de enero de 2020. 2º domingo del Tiemp
Isaías 62, 1-5:La alegría que encuentra el esposo con su esposa.
Salmo responsorial: 95. Contad las maravillas del Señor a todas las naciones.
1Corintios 12, 4-11: El mismo y único Espíritu reparte a cada uno como a él le parece.
Juan 2, 1-11: En Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos.
La vida de Jesús se desarrolló dentro de la normalidad propia del ambiente cultural y la religiosidad de un judío del primer siglo de nuestra era. Los discípulos descubren a Jesús como un hombre normal, en un ambiente normal y sin ningún tipo de manifestaciones espectaculares o extraordinarias. Esta realidad de una vida normal en Jesús, hace que entre los discípulos y él no haya ningún tipo de distanciamiento, antes por el contrario, una vida verdaderamente humana como la de Jesús, hace que su experiencia del Dios sea más creíble y mucho más accesible a la conciencia y a la vida de los que le escuchan y le siguen. La actitud de Jesús, sin ningún tipo de pretensión, va revelando una nueva imagen y un nuevo concepto de Dios. Dios ha dejado de ser ese ser extraño y lejano, que atemoriza al ser humano, y toma la característica del Dios original de Israel, el Dios que camina con su pueblo.
Para la lógica del Evangelio de Juan, el Banquete es un tema fundamental en la teología del evangelio de Juan. La teología del banquete se abre con la misión de Jesús en Caná de Galilea, y se cierra con la última Cena, fundamento de la Eucaristía. El Banquete es por tanto un signo mesiánico, donde se anuncia la llegada del Reino y se presenta a Jesús, Soberano del Reino. Es un símbolo fundamental que explica en la cotidianidad la presencia del Reino en medio de la historia.
Las bodas de Caná están en el imaginario de los primeros cristianos y de todo la Iglesia a lo largo de la historia, por ese hecho inolvidable: en lo mejor de la boda, el vino se acaba. ¿Cómo es posible que no se haya previsto esta parte en la fiesta? La acción de Jesús de Nazaret frente a la falta de vino, hará que este relato de las bodas de Caná, quede inmortalizado en la simbología cristiana.
El milagro de las bodas en Caná de Galilea, no es simplemente por la falta de vino. El asunto es otro: el relato tiene que ser entendido en perspectiva de Reino, en dinámica de tiempo mesiánico. El texto indica, que había allí en un lugar de la casa, unas tinajas de piedra vacías, seis en total. El texto hace énfasis en que están vacías. Son tinajas destinadas para contener el agua de la purificación ritual de los creyentes judíos. Pero están secas. Este símbolo, indica la sequedad en que se encuentra el modelo religioso judío. En la visión de los cristianos primeros, que acabaron separándose del judaísmo, la ley judía, antes que ayudar, terminó dificultando la relación de Dios con su pueblo. Les resultaba una ley vacía, sin sentido, que sólo generaba cargas y no posibilitaba la libertad y la alegría. Las tinajas, destinadas a la purificación, eran un símbolo que dominaba la ley antigua. Ese modelo de ley creaba con Dios una relación difícil y frágil, mediatizada por ritos fríos y carentes de sentidos.
No se dice sin embargo que las tinajas estuvieran con agua. Son llenadas cuando Jesús lo ordena. Al estar llenas, las tinajas que no prestaban ya ningún servicio, más bien estorbaban en la vida normal de la gente, permiten una nueva manifestación del proyecto de Jesús: el agua está convertida en vino. ¿Qué nos indica ese signo? La ritualidad, el legalismo, la norma fría y vacía, es trasformada en vino, símbolo de la alegría, del gozo mesiánico, de la fiesta de la llegada del tiempo nuevo del Reino de Dios. Tenemos que acabar en nuestra vida y en la vida comunitaria, con los sistemas religiosos deshumanizantes, para lograr entrar en la dinámica liberadora, incluyente y festiva que Jesús inauguró.
¿Complicada esta interpretación? Efectivamente, es complicada, con la complicación que brota de un texto sofisticado, muy elaborado, con toda una trastienda de alusiones veladas y crípticos mensajes. Leer, proclamar, comentar el evangelio de Juan como si se tratara de una simple y llana historieta de unas bodas, en las que además Jesús funda el sacramento del matrimonio, sin más complicaciones… resultaría una lectura fácil y cómoda, pero sería profundamente carente de veracidad. Aunque sea más laborioso y menos grato, es mejor tratar a nuestros oyentes como adultos, y no ahorrarles la complejidad de unos textos que interpretados directamente a la letra nos llevarían solamente por caminos de fundamentalismo.
Les ofrecemos para concluir el soneto de Pedro Casaldáliga sobre las bodas de Caná:
“No tienen vino”
La verdad es que no tenemos vino.
Nos sobran las tinajas, y la fiesta
se enturbia para todos, porque el sino
es común y la sola sala es ésta.Nos falta la alegría compartida.
Rotas las alas, sueltos los chacales,
hemos cegado el curso de la vida
entre los varios pueblos comensales.¡Sangre nuestra y de Dios, vino completo,
embriáganos de Ti para ese reto
de ser iguales en la alteridad.Uva pisada en nuestra dura historia,
vino final bebido a plena gloria
en la bodega de la Trinidad!
El evangelio de hoy es dramatizado en el capítulo 17 de la serie «Un tal Jesús», de los hnos. LÓPEZ VIGIL. El audio, el guión y su comentario pueden ser tomados de aquí: http://radialistas.net/category/un-tal-jesus
Para la revisión de vida
El evangelio de Juan presenta la vida de Jesús como una progresiva sucesión de «señales» que él va entregando. Su vida es donación de sí mismo como “señal”. ¿Es así mi vida? ¿Soy señal para los demás? ¿Sé, como Jesús, ser señal en medio de las realidades sencillas y diarias, “profanas”… o sólo lo encuentro en el recinto de lo separado, de lo sagrado? ¿Qué debo hacer para parecerme más a Jesús?
Para la reunión de grupo
– ¿Cuáles pueden ser las “señales” de Dios para nosotros hoy? ¿En qué lugares «se convierte el agua en vino» hoy?
– ¿Dónde sigue Jesús dando “señales” hoy? ¿Dónde Jesús sigue presente, haciendo “señales”, por medio de sus discípulos?
– María y Jesús están en la fiesta de la boda, y tienen que ver con el tema del vino de la fiesta… ¿Por qué se ha imaginado tanto a Jesús y a María como alejados de la fiesta y de las alegrías humanas? ¿Por qué la moral cristiana ha sido percibida como enemiga de la alegría?
– ¿Cuál fue la actitud de María en la boda de Caná? San Juan de Ávila hacía notar que este relato de la boda de Caná contiene el “sermoncito de María”, la única «homilía» o consejo que María pronunció, y que es bien breve: “hagan lo que él les diga”. ¿Qué rasgos mariológicos podríamos descubrirle a este “sermoncito”?
– Nota: Estamos comenzando el primer bloque de “tiempo ordinario” en el año litúrgico, un paréntesis entre la navidad y la cuaresma, ya próxima. El «Consejo pastoral» de la comunidad cristiana debería plantearse ya, con tiempo, la preparación del “tiempo fuerte” que es la Cuaresma, las iniciativas de formación y de evangelización intensiva que va a poner a disposición de la comunidad… En la página de «Uso pastoral de Koinonía» (http://servicioskoinonia.org/pastoral) ofrecemos ideas, iniciativas y sugerencia de recursos.
Para la oración de los fieles
– Para que estemos abiertos a percibir las “señales” dispersas que nos remiten más allá de nosotros mismos y de nuestras limitaciones, hacia una Presencia mayor, misteriosa pero real, roguemos al Señor.
– Por los jóvenes, para que descubra cada uno su “hora”, el llamado de Dios a hacer de su vida una aventura personal de amor y de entrega al proyecto de convertir el agua de la tristeza en vino de alegría para toda la humanidad…
– Para que sepamos relacionarnos con las cosas sencillas de la vida diaria, sencilla, “profana”… como con “señales” que nos hablan en un lenguaje diferente que nos lleva al encuentro con nosotros mismos, con los hermanos, y con Dios, en nuestra profundidad…
– Por todos los matrimonios, para que vivan con alegría la donación generosa en el amor, que cada día ha de inventar creativamente formas nuevas de decir su amor…
Oración comunitaria
– Oh Dios de todos los pueblos, que de muchas maneras te has comunicado desde siempre con la Humanidad. Para nosotros, ha sido Jesús la gran “señal” que nos ha permitido acceder a ti. Te pedimos que abras nuestros ojos, ilumines nuestra mente, e inflames nuestro corazón, para que también nosotros seamos para los demás señal de amor y de alegría, de esperanza y de agradecimiento. Hasta que un día nos reunamos todos los Pueblos en tu presencia, nuestro hogar definitivo, contigo, Tú que vives y haces vivir por los siglos de los siglos. Amén
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