El 70% de personas trans ha sufrido depresión en 2018, según un estudio
Una encuesta recientemente realizada por Stonewall Scotland nos devuelve un dato demoledor: 7 de cada 10 personas trans han sufrido depresión durante el último año, llegando incluso a valorar el suicidio. Una cifra alarmante que no baja mucho si lo extendemos al colectivo LTGBI, donde el 52% han pasado por lo mismo.
En ella se revela que 2 de cada 5 personas trans han evitado acudir al servicio de salud porque se han sentido discriminados al ser atendidos: actitudes, preguntas inadecuadas, prejuicios, misgendering… En el caso del colectivo al completo, el porcentaje baja hasta un 24%, un dato que aunque es inferior no deja de ser excesivamente alto, sobre todo teniendo en cuenta que es un servicio público orientado a cuidar al ciudadano.
A título personal, como mujer lesbiana he de decir que sí que he sufrido a un par de ginecólogos que asumían que por mi condición estaba exenta de padecer enfermedades de transmisión sexual, pasando por alto cualquier indicación desde el momento en el que lo especifiqué, ¿habéis sufrido experiencias similares?
En esta encuesta realizada en Escocia han participado 1.261 personas del colectivo LTGBI, si bien no deja de arrojar conclusiones que deben hacernos reflexionar. No obstante, el pasado mes de septiembre la Universidad de Arizona realizó un proyecto similar en Estados Unidos, concluyendo que el 51% de hombres trans adolescentes y el 30% de mujeres trans adolescentes han pensado en quitarse la vida. Otro estudio de 2016 llegó a unas cifras similares.
En ambos casos, países desarrollados capaces de proporcionar bienestar al ciudadano pero que parecen fracasar como sociedad en la integración de las personas trans (y, aunque en cifras inferiores, al resto del colectivo), no solo a nivel laboral, sino en aspectos más básicos y fundamentales como la sanidad.
Aunque muchos nos ven una relación directa y creen que “ya no sufrimos discriminación” o que existe “adoctrinamiento”, es obvio que un apoyo institucional reduce drásticamente estos porcentajes, algo que ya vimos cuando se demostró que la legalización del matrimonio gay reducía los suicidios adolescentes.
Lo que parece claro es que queda mucho por hacer en cuanto a educación a todos los niveles para lograr una sociedad más abierta, inclusiva y tolerante.
Fuente Pinknews, vía AmbienteG
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