Bolsonaro elimina a la población LGBT de las políticas de DDHH
Este martes, poco después de tomar juramento como presidente de Brasil, Jair Bolsonaro firmó una medida provisoria con la que se retira a la población LGBT de las políticas destinadas a la promoción, defensa y garantía de los Derechos Humanos en el país.
La medida, que es una disposición del presidente con fuerza inmediata de ley sin la participación del Poder Legislativo, borra todas la referencias a la población LGBT en el organigrama ministerial y de las directrices de protección de Derechos Humanos del gobierno federal.
El documento señala los cambios en la estructura del Ministerio de la Mujer, Ministerio de la Familia y Ministerio de los Derechos Humanos.
Las políticas y directrices destinadas a la promoción de los Derechos Humanos incluyen a las mujeres, niños, adolescentes, jóvenes, ancianos, personas con discapacidad, población negra, minorías étnicas y sociales y personas indígenas. Mientras que las personas LGBT, las cuales eran incluidas en la estructura de la Secretaría Nacional de Promoción y Defensa de los Derechos de la Persona Anciana, fueron excluidas.
Bolsonaro: un político antiLGBT
Jair Bolsonaro asumió como presidente de Brasil este martes luego de resultar vencedor en las urnas del país gracias a una campaña electoral en la que se armó de una retórica fascista y en la que creó objetivos comunes en contra, como la denominada “ideología de género”, término utilizado por los conservadores para denominar de manera despectiva la defensa de los derechos de las mujeres y de las personas LGBT.
Su postura conservadora ha sido constante en sus 30 años como político, en 1993 dijo estar a favor de la dictadura, calificó de irresponsable a la democracia brasileña y defendió el régimen militar.
En una ocasión declaró que una diputada “no merecía ser violada porque era fea”, lo cual despertó un movimiento feminista en Brasil conocido como “Él no”, el cual evidenciaba las posturas misóginas de Bolsonaro rumbo a la búsqueda de la presidencia.
En 2017 dijo que si llegaba a la presidencia acabaría con las reservas indígenas y las quilombolas; además, aseguró que los afrodescendientes que habitan estos lugares “no sirven ni para procrear”.
En sus discursos también ha arremetido contra las personas homosexuales. En una entrevista que otorgó para la revista Playboy en 2011 aseguró que “sería incapaz de amar a un hijo homosexual”. “El hijo empieza a mostrarse amanerado, gay, cambia su comportamiento, ¿verdad ? Ya oí de algunos aquí… menos mal que me dieron unos chirlos de chico, mi padre me enseñó a ser hombre”, declaró al hablar sobre la homosexualidad.
Un discurso preocupante
Durante la ceremonia de asunción como presidente de Brasil, Bolsonaro emitió un discurso que resultó bastante congruente con las posiciones que había planteado durante la campaña electoral. Sus argumentos se centraron en cuatro ejes: la familia, la religión, la autodefensa y el combate del socialismo.
Como era de esperarse, en su discurso aludió a la familia para posicionarse en contra de movimientos que según él la vulneran y atentan contra los valores, tal es el caso de lo que él llama “ideología de género”. “Vamos a unir al pueblo, valorizar la familia, respetar las religiones y nuestra tradición judeo-cristiana, combatir la ideología de género, conservando nuestros valores”, dijo en su discurso.
Además agregó: “No podemos dejar que ideologías nefastas destruyan valores y familias. Tenemos el desafío de enfrentar los efectos de la crisis económica, del desempleo récord, de la ideologización de nuestros niños, de la desvirtualización de los derechos humanos, de la deconstrucción de la familia”.
Las palabras del ahora presidente fueron interpretadas por defensores de los derechos humanos y personas LGBT como alentadoras al odio y la discriminación hacia las personas de la diversidad sexual y de género. Asimismo, indicaron que las posiciones del presidente son una alerta para los derechos de las minorías en el país.
“El discurso acaba siendo permisivo, la gente teme el aumento de la intolerancia”, dijo Thiago Barros, un joven activista LGBT que acudió a escuchar el discurso de toma de protesta en compañía de su amigo Alexandre Ferreira. Ambos portaban una bandera con los colores del arcoíris, según reportó el sitio Folha.
Por su parte Ferreira dijo sentirse preocupado de que la próxima titular del Ministerio de Derechos Humanos sea ocupado por una pastora evangélica (Damares Alves), religión que ha tenido un papel importante en la lucha contra los derechos LGBT y de las mujeres en Brasil.
En una Medida Provisional publicada el 1 de enero (el primer día de trabajo del nuevo gobierno), Bolsonaro ha reorganizado los estamentos públicos y ha rebautizado algunos ministerios. Así ha dejado claras cuáles serán las líneas ideológicas de su mandato: cargar contra los indígenas y contra el colectivo LGTB+.
En ese ministerio se encuentra el Consejo Nacional de Lucha contra la Discriminación y la Promoción de los derechos de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Travestis y Transgénero. O más bien, se encontraba, porque a partir de ahora se llama Consejo Nacional de Lucha contra la Discriminación. Lo que implica, básicamente, que el ministerio brasileño que vigila que se cumplan los derechos humanos no tendrá en cuenta a las personas LGTB+.
El gobierno de Bolsonaro ha explicado, eso sí, que la defensa de los derechos humanos LGTB+ estará incluida dentro de otra cartera. En un comunicado el Ministerio de Damares Alves ha explicado que “el actual Consejo por la Promoción de los derechos de Lesbianas, Gais, Bisexuales, Travestis y Transexuales, que antiguamente formaba parte de la Secretaría Nacional de Ciudadanía, se mantendrá, con la misma estructura, en el Secretaría Nacional de Protección Global.” En ese comunicado, además, se nombra a Sergio Augusto de Queiroz (otro pastor evangélico) como nuevo Secreatrio Nacional de Protección Global. No hace mucho, cuando se criticó a Alves por sus posiciones conservadores, antiaborto y anti LGTB+, Queiroz la defendió en un tweet que decía: “Las críticas a las experiencias religiosas de la futura ministra Damares muestran que la expresión ‘derechos humanos’, para muchos de esos críticos, no es nada más que una manipulación retórica para que les den ‘sus propios derechos’. La discriminación es un arma que apunta a muchos colectivos.“
Fuente Associated Press/ Desastre MX, vía SentidoG
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