Hace algunos años, no tantos, los gays en España eramos delincuentes. Gente a la que perseguir y encerrar a causa de su orientación sexual gracias a la estricta moral de la dictadura franquista plasmada en la ley de peligrosidad social.

Por fortuna, esos tiempos oscuros en los que ser homosexual te convertía en un marginado social, llegaron a su fin. Concretamente, hace 40 años, los mismos que tiene nuestra Constitución, esta retrógrada ley fue reformada eliminando (al fin) el delito de la homosexualidad en España.

Un 26 de diciembre de 1978 que sin duda marcó un antes y un después en la historia del colectivo LGTBI de nuestro país al permitirnos salir de la clandestinidad, librándonos de la cárcel y de los centros de rehabilitación.

Un cambio vital, conseguido por un grupo de valientes que no se cansaron de pelear por nuestro colectivo (la primera manifestación LTBI de España se celebró en 1971 en Barcelona pidiendo la derogación de esta ley), y que fue el comienzo de una andadura en la que todavía seguimos, pese a todos los avances que hemos conseguido en los últimos años, entre los que se incluye la legalización del matrimonio entre personas del mismo sexo en el 2005, o la visibilidad LGBTI.

Porque todavía recuerdo, de niño y adolescente, la falta de referentes públicos que había de personas LGTBI. En la propia televisión nunca se hablaba de gays, más allá de los típicos y rancios chistes de mariquitas, tan extendidos en la televisión de aquellas épocas.

Cierto es que ha llovido mucho desde aquellos oscuros años en los que los gays eramos detenidos por maricones. Y cierto es que hemos avanzado mucho, ya que podemos vivir de una forma con la que hace no tantos años no habíamos ni soñado. Pero estos avances, y la celebración (que por cierto, ha pasado un poco desapercibida en esta sociedad tan dada a celebrar cualquier cosa), no deben cegarnos en todo el camino que queda por recorrer y en los obstáculos que todavía tenemos que superar, con partidos claramente homófobos (léase VOX) que aprovecharán cualquier ocasión para recortar derechos que tanto esfuerzo nos ha conseguido obtener.

Porque aunque podemos casarnos, o convivir con quien queramos, porque aunque nuestras parejas entren en casa de la familia para celebrar la Navidad, o en el trabajo muchos no tengamos que esconder nuestra orientación sexual, no es menos cierto que la normalidad en muchos aspectos todavía no ha llegado. Porque pese a que tenemos libertades y derechos, aún nos falta mucho por hacer para lograr la plena igualdad.

Y si no, que se lo digan a todas esas personas que son agredidas en nuestras calles por ser gays. O a esos homosexuales a los que les da miedo ir de la mano con su pareja cuando van de paseo por su pueblo o a darse un pico en un restaurante por el miedo a las miradas o a los comentarios. Por no hablar de todas esas personas que no se atreven a salir del armario en su entorno por el miedo al que dirán. Todavía queda mucho camino por recorrer, en nuestro día a día, y en ámbitos como por ejemplo el mundo del fútbol, para que podamos decir que por fin, somos un ciudadano más.

Pero la historia se compone de pequeños pasos que hacen que mejoremos como sociedad. Y hoy precisamente hace 40 años que en España dimos un gran paso hacia el camino de la igualdad de todos sus ciudadanos. Así que felicidades a todos los que luchasteis para conseguirlo y por allanarnos el camino a todos los que hemos venido detrás. Este post, va por todos vosotr@s.

Fuente AmbienteG

Mudejarillo General, Historia LGTBI España