El secretario general de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Luis Argüello, ha asegurado que asistir a la clase de Religión es “cosa de héroes” si se imparte a primera hora o última de la tarde del viernes y si además deja de computar para la nota media, tal y como plantea el anteproyecto de reforma de la Ley Educativa, que ya se conoce como ‘Ley Celaá‘.
“Si la clase de Religión no tiene otra clase de respaldo, si además se pone a las 8,00 horas o a las 14,00 horas de un viernes, cuando los chavales están deseando marcharse, y si además no tiene repercusión en el expediente académico, aunque sea evaluable, pues ciertamente apuntarse a clase de Religión es una cosa de héroes”, ha indicado Argüello en una entrevista concedida a Europa Press.
En este sentido, y en relación a la reunión que mantuvo el pasado 3 de diciembre con la ministra de Educación, Isabel Celaá, el portavoz de los obispos ha defendido que la clase de Religión siga siendo “computable” para la nota media. “Nosotros defendemos, porque lo dicen Acuerdos Iglesia-Estado, que Religión sea equiparable a las asignaturas troncales. En ese sentido, si la asignatura deja de ser computable a estos efectos, no nos parecería adecuado”, ha explicado.
Celaá aseguró tras la reunión que la Iglesia “entiende” que la materia deje de ser computable. Si bien, Argüello ha puntualizado que donde hubo acuerdo con la ministra fue en que la asignatura continúe siendo “evaluable” pero no en el asunto de la computabilidad. “Es ahí donde no estábamos de acuerdo”, ha apostillado.
Asimismo, ha señalado que durante la reunión hablaron de la posibilidad de “una distribución de horarios diferente”, de forma que todo el contenido de la asignatura de Religión pueda impartirse en uno solo de los dos cursos de Bachillerato. “Nosotros decíamos, por ejemplo, que si tenemos clase de Religión en 1º y 2º de Bachillerato, pudiéramos aceptar tenerla en un solo curso, pero en vez de tener en un curso solo el horario de primero, sumar el de primero y segundo. Pudiera ser que no hubiera Religión en todos los cursos pero cuando la haya, que se mantenga la carga lectiva”, ha sugerido.
Comunicar los abusos a las autoridades
Por otro lado, Argüello ha subrayado la “prioridad” de que los sacerdotes comuniquen a las autoridades públicas los casos de abusos de los que tengan conocimiento por otra vía distinta a la confesión, frente al “silencio cómplice” que se ha podido dar en casos del pasado porque, tal y como ha reconocido, el ambiente “análogo al familiar” que se da entre los miembros de la Iglesia “pudiera hacer en algunos momentos dudar”.
“Es verdad que muchas veces el cocimiento que pueda darse puede producirse en un ámbito análogo al familiar, en la medida en que dentro de la Iglesia hay estas relaciones de tipo cercano, fraterno y eso pudiera hacer en algunos momentos dudar, pero creo que en este momento en que la sensibilidad de todos es tan grande, y por la gravedad que suponen estos casos, esta diligencia en la comunicación de los hechos es prioritaria”, ha subrayado.
Así, ha asegurado el “deseo” de los obispos de “poner de manifiesto” casos de abusos sexuales en el seno de la Iglesia que hubieran estado “ocultos en el pasado”. Si bien, ha pedido “respeto a las víctimas” si quieren “olvidarse de lo que ocurrió”. “Es verdad que van a querer normalmente cuanto menos ser escuchadas, que su situación sea conocida y vivir un proceso restaurativo pero también puede que otras personas quieran olvidarse del todo lo que ocurrió y no quieran volver a poner su asunto en la palestra”, ha indicado.
En cualquier caso, ha mostrado la disposición de los obispos a asumir cualquier protocolo que implique la “revisión” de los casos de abusos por parte del clero en el pasado si así lo dispone el Papa tras la reunión del próximo mes de febrero con los presidentes de las Conferencias Episcopales sobre este asunto.
Mientras tanto, los obispos españoles ya están trabajando en la actualización de sus protocolos y ha explicado que su “mayor interés” es implementar “medidas preventivas formativas” y generar “una educación de la afectividad y la sexualidad”, según la visión de la Iglesia, “para que sea posible la erradicación de estos abusos como otros tipos de abusos o violencias” que, a su juicio, tienen que ver “con la mala gestión, usando una expresión coloquial, de los impulsos afectivo sexuales”.
Por otra parte, sobre sus declaraciones sobre los sacerdotes “varones heterosexuales“, Argüello ha indicado que las posteriores palabras del Papa Francisco en un libro entrevista vienen a “corroborar” la normativa de la Santa Sede en este sentido; y ha precisado que no bastaría con el celibato si el candidato es homosexual, porque el sacerdote debe “poder expresar plenamente la dimensión esponsal del ministerio -Jesucristo como esposo de la Iglesia-“ y por “el significado antropológico de la diferencia sexual”.
En cuanto al descenso del número de nacimientos en España -179.794 en la primera mitad de 2018, la cifra más baja para un primer semestre desde 1941-, Argüello ha manifestado su “preocupación” y ha achacado esta caída a “las condiciones económicas y laborales, al ritmo de vida, a la exigencia para hombres y mujeres de trabajar para sufragar los gastos y al individualismo”. Tener un hijo, ha indicado, puede verse “como un peso, una carga, una pérdida de independencia”.
Por otro lado, Argüello ha deslizado que los obispos no van a salir a la calle para manifestarse contra leyes como la de eutanasia o sobre la transexualidad sino que invitan a los católicos a “discernir los medios” para “defender aspectos valiosos” que se ven puestos “en juego” con este tipo de legislaciones que, a su parecer, se plantean ante “situaciones de sufrimiento” pero que terminan “generando otro sufrimiento”.
“Una cosa es que se puedan reasignar determinados aspectos de la sexualidad y otra, que se pueda cambiar enteramente una persona, donde cada célula de su cuerpo y los cromosomas tienen una dimensión”, ha precisado, con respecto a las personas transexuales a las que, en todo caso, ha invitado a “acoger”.
Acerca de la visita de obispos catalanes a presos independentistas y la muestra de solidaridad con ellos, Argüello ha afirmado que le “preocupa” que todos los obispos lleven “reconciliación y comunión” y ha deseado que “además de visitar a unos políticos acusados de delitos graves respecto a la infracción de la legalidad del propio Estatuto de Autonomía de Cataluña y de la legalidad constitucional”, estos obispos “también visiten a otros internos” de las cárceles.
En cuanto a la situación de algunos templos y conventos en España que se van quedando vacíos, Argüello se ha mostrado partidario de que, si finalmente tienen que venderse, no se conviertan en “restaurantes” u otros negocios sino que sigan manteniendo la “dimensión artística, cultural e histórica”, en forma de auditorios o salas de exposiciones, aunque se desacralicen.
Finalmente, el portavoz de los obispos ha condenado el ataque terrorista en Estrasburgo, que dejó este martes tres muertos y una docena de heridos, ha mostrado su “solidaridad y oración” por las víctimas y ha hecho una llamada a “buscar todos los medios para prevenir” estos atentados que provocan “el crecimiento del miedo”.
Fuente Religión Digital
General, Homofobia/ Transfobia., Iglesia Católica
Clase de Religión, Conferencia Episcopal Española (CEE), Homofobia/Transfobia, Isabel Celáa, Luis Argüello, Pederastia
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