Las personas LGBT que van rumbo a EEUU en la “Caravana Migrante”, doblemente discriminadas.
Personas trans han denunciado que han sido víctimas de abusos sexuales y discriminadas al momento de solicitar comida y/o agua.
Unas 7.000 personas de países centroamericanos como Honduras, El Salvador, Nicaragua, Belice y México se dirigen a los Estados Unidos con la intención de entrar a este país y tener la oportunidad de poder mejorar su calidad de vida. En su mayoría huyen de la pobreza y de la violencia que ha convertido a la región una zona de riesgo.
Dentro de este conglomerado también viajan personas pertenecientes al colectivo LGBT, quienes también aspiran solicitar asilo en la nación norteamericana. En sus relatos a medios que han seguido de cerca el curso de la “caravana de migrantes” han afirmado que además de la violencia y la pobreza, también escapan de la intolerancia y la discriminación que sufren en sus naciones de origen.
Día a día caminan cientos y cientos de kilómetros desde que partió el pasado 12 de octubre de la población de San Pedro Sula, en Honduras. Sin embargo, las personas lesbianas, gays y trans han tenido que lidiar con situaciones adicionales. Además del cansancio, la fatiga, el calor en unos momentos, el frío en otros, y el hambre, está el hecho de que “compañeros” de viaje les han discriminado por su orientación sexual y/o identidad de género, al punto de haber sufrido ataques físicos y abusos sexuales.
“Nosotros no tenemos leyes que avalen nuestros derechos como integrantes de la comunidad LGBTTTI. Que se nos trate de una manera digna y justa, porque merecemos un tratado digno, que se hagan ver nuestros derechos (…) Ha sido muy difícil, somos los más vulnerables de la caravana, sufrimos una crisis humanitaria y necesitamos de su apoyo. Hermanos centroamericanos que pertenecen a nuestra comunidad, unámonos todos”, ha explicado a la prensa Eduardo, un joven gay de 25 años originaron de Santa Ana, El Salvador.
Daphe Washigton, una mujer transgénero originaria de Cuba, cuenta que la primera noche tras pasar la frontera con México fue abusada sexualmente por un hombre mientras intentaba dormir en la calle.
Sasha, otra mujer trans, explica que en los puntos de ayuda a los migrantes o refugios les es casi imposible obtener una ración de agua o alimento, ya que cuando se forman a la espera de la ayuda son objeto de burlas, hostigamiento y bromas pesadas.
“Venimos pidiendo ayuda para que nos respalden, no más humillaciones ni más desprecios, lo que hace la gente es gritarnos e insultarnos, todo es discriminación. Queremos regresar, pero no podemos porque venimos de ser discriminadas y queremos ayuda porque somos muchas”, señala Teresa, otra mujer trans de 20 años de edad.
Además agregó: “Espero que nos escuchen y nos apoyen. Huimos de la pobreza, pero más por la violencia, porque nos atacan como animales por ser de la comunidad gay o trans”.
Experiencias positivas
Está el caso de César Mejía, quien relató a la agencia EFE que ha podido andar con su bandera arcoíris durante toda la travesía y nadie le ha dicho nada. Su aspiración es llegar a Estados Unidos y poder empezar una nueva vida en esa nación. Viene caminando desde Honduras, pero asegura que para allá no quiere volver, siente miedo de ser asesinado por las pandillas debido a su orientación sexual.
“Yo aquí he andado con mi bandera, he andado cualquier cantidad de horas, de días, y nadie me dice nada”, afirmó sonriendo César.
“Estoy escapando de la pobreza, de la delincuencia, la discriminación y de todo. No hay trabajo, no hay nada. No hay comida. Yo creo que he comido más en este camino que en mi casa”, explicó a la prensa.
Fuente Universogay
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