Ver significa creer.
Del blog de Tomás Muro La Verdad es Libre:
01. VER SIGNIFICA CREER.
La curación del ciego de Jericó es un relato simbólico, lo cual no significa que no sea un hecho real, si bien no se trata de un “parte médico”.
Ver significa creer, y creer (fe) significa ser salvados.
02. UN HOMBRE CIEGO: CEGUERAS EN LA VIDA.
La situación del ciego Bartimeo era
o de ceguera (tinieblas), sin ver por dónde caminar, ni hacia dónde ir, sin intuir el sentido de la vida.
o Por tanto al borde del camino: fuera de la comunidad (eclesial) y del pueblo.
o Y en condición de mendigo: de mendicidad. Mendigaba compasión y luz.
CIEGOS SOMOS NOSOTROS
Todos, más o menos, vivimos situaciones de ceguera, de duda, de no saber por done “tirar” en la vida. A veces pasamos por valles de tinieblas, que dice el salmo 22.
Crisis personales, problemas a los que no les vemos la solución. A veces nos sobreviene la noche: ¿por qué suceden estas cosas? No vemos por qué Dios permite el hambre, la guerra, algunas situaciones políticas, eclesiásticas.
Son situaciones de ceguera.
Estos días en la Sociedad Fotográfica de Guipúzcoa podemos ver una exposición de fotografía sobre la depresión. Allí se muestra gráficamente lo que la noche, la ceguera de la depresión
AL BORDE DEL CAMINO.
En algunos momentos de la vida también nosotros atravesamos situaciones de ceguera en las que nos quedamos al borde del camino, vivimos fuera de los demás, distanciados de la familia, de la comunidad, de la Iglesia. A veces nos auto-marginamos, en ocasiones somos marginados. Hasta cierto punto somos “borderline”: nuestra psicología vive al margen, fuera del camino de la vida.
Es difícil vivir “afuera”, a descampado, bloqueado fuera de la convivencia.
03. HIJO DE DAVID: TEN COMPASIÓN DE MÍ.
Bartimeo intuye que en el Hijo de David, en el mesías puede encontrar COMPASIÓN. Aquel hombre ciego y bloqueado siente su propia debilidad y busca en el Mesías compasión y ayuda para ver y reemprender el camino.
Posiblemente la compasión sea la actitud más humana y cristiana.
Sentir y tener compasión por los demás es una actitud muy noble, muy humana.
Muchas veces sentimos y vivimos en rencor, con sed de venganza. La compasión, (misericordia, bondad) es un talante de gran valor humanista. La compasión hace salir lo mejor de nosotros mismos. El odio saca lo peor de nuestro espíritu.
La compasión no es debilidad sino grandeza de alma en el plano personal.
Poco o nada se emplea la compasión en el ámbito político, incluso apenas se echa mano de la compasión en ciertos ámbitos jerárquicos eclesiásticos. Sin embargo la compasión y la misericordia hacen bien a todos.
Dios tiene compasión de nosotros.
04. QUE VEA, QUE PUEDA VER.
No se trata de una cuestión física, de oftalmología, sino que aquel ciego quería ver en la vida.
A veces no sentimos a oscuras, en la noche de la depresión, en una encrucijada familiar, comunitaria.
Señor, que vea en esta noche cultural, familiar, eclesiástica.
05. TU FE TE HA CURADO.
El acercamiento confiado (fe) a Cristo, que es la luz: Yo soy la luz, nos permite ver en la vida, ilumina nuestra caminar y nuestro futuro.
La fe es el acto más central en la vida de una persona.
La luz más importante que ilumina nuestra vida es aquello en lo que creemos. Hay quien vive desde la luz del dinero, de la patria, y ese dinero o patria o placer son los que iluminan su vida. Pensemos en ideologías y esquemas de vida.
El encuentro con Cristo cura. La fe que sana es la confianza en Cristo. La confianza en Cristo nos ha curado.
06. RECOBRÓ LA VISTA Y LE SEGUÍA POR EL CAMINO.
Desde la compasión y confianza que despierta el Evangelio de Jesús, vemos.
Desde la luz de Cristo, ¿quién podrá apartarnos del amor de Dios: la enfermedad, la espada, las malas artes de las instituciones, la muerte? (Rom 8).
Aquel hombre se “reincorpora” al camino, a la comunidad, a la familia, a la Iglesia y seguía caminando en Éxodo (libertad) y Emaús (fraternidad).
SEÑOR, TEN COMPASIÓN DE MÍ:
QUE VEA
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