Y ¿Cómo se vive bien?
Del blog de Tomás Muro, La Verdad es libre:
01. SE TRATA DE VIVIR BIEN: VIDA ETERNA
Aquel hombre que se acerca a Jesús lo hace para preguntarle cómo se hace para vivir bien, para realizarse en la vida, para ser feliz: ¿Qué tengo que hacer para heredar la vida, para vivir bien? ¿Qué he de hacer para vivir feliz?
La vida definitiva, la calidad de vida, vida eterna no comienza después de la muerte, sino que comienza ya en este tramo de vida en el que estamos, en la historia, en el tiempo. Termina “allá”, pero esa vida ha comenzado ya aquí. (La tradición de San Juan habla no tanto de Reino, sino de vida: que tengan vida y la tengan en abundancia).
Ante la pregunta sobre cómo tener vida eterna, Jesús, -no sin alguna ironía-, le recuerda a aquel hombre lo que dicen siempre los sistemas religiosos y los eclesiásticos de turno: ya sabes lo que tienes que hacer: no mates ni robes, vete a Misa, cumple por Pascua, te confiesas de cuando en cuando, y al cielo, etc.
Aquel hombre, a su vez, le dice a Jesús: Todo eso ya lo he cumplido desde niño. Todo lo religioso ya me lo sé, pero ahí no hay vida.
Lo que no dice el texto, pero se supone, es que aquel joven no era feliz, “no vivía”, porque si no, no habría ido donde Jesús. Lo cual significa que el sistema religioso: esos ritos religiosos, dogmas y normas no hacen feliz al ser humano, “eso no es vida”·, solemos decir coloquialmente… (absténganse neuróticos y fanáticos religiosos).
La razón por la que no era feliz no era que fuese una mala persona, sino que era muy rico. Lo mismo que el rico epulón, no es que fuese mala gente, sino que era rico. Lázaro era pobre, (Lc 16,19-31).
¿El dinero hace feliz?
Según Jesús, no se puede ser rico y feliz, ni se puede ser rico y tener vida noble, honesta, honrada, plena.
02. TENER VIDA DEFINITIVA.
Es frecuente escuchar que “hoy vivimos mejor que antes”. Depende lo que se entienda y se quiera decir con esta afirmación, puede que contenga algo de certeza.
En muchos países y sociedades tenemos muchos más medios tecnológicos que hace cincuenta o cien años: alimentación, electrodomésticos, medicina, transporte, informática, etc. Ahora bien, ¿Tenemos vida eterna, vivimos bien, somos felices? ¿Somos más felices, más libres, más honrados, más pacíficos que nuestros mayores o que hace cien años?
Quizás -exagerando un poco- creo que la riqueza, el capitalismo, incluso las ciencias nos han hecho más gordos , pero no mejores ni más felices. Creo que la vida se ha alargado en años, pero no ha mejorado en cuanto a valores.
Por el mero desarrollo económico y científico probablemente no hemos mejorado mucho en valores: paz, libertad, felicidad. Tenemos más medios, pero no somos más honrados, ni mejores que los que pasan en pateras o viven en las recónditas tribus africanas.
¿Somos más felices que nuestros padres o que nuestros mayores? ¿Tenemos más vida que nuestros antepasados? Sí, la medicina, la higiene, etc. nos puede ayudar a cumplir 100 años de vida, pero eso no significa que sea vida definitiva, vida eterna. Tenemos vida más “larga”, pero no por eso una vida mejor.
03. MISERIA Y RIQUEZA
La miseria no es deseable, ni mucho menos, pero la riqueza tampoco.
Me imagino que estas cosas no nos las creemos, por eso somos religiosos, pero no probablemente no somos cristianos.
Es evidente que hay que luchar contra la miseria, contra la injusticia y el hambre, contra las enfermedades, etc. Pero el ideal de vida, no está en el dinero, en el capital, al menos la vida como realización humana, como vida eterna.
La pobreza no es miseria, sino que la pobreza es una experiencia, vivencia amable de desprendimiento, bondad, solidaridad, honradez, honestidad.
04. POBREZA Y LIBERTAD / CONFIANZA Y SEGURIDAD.
Supuestamente la riqueza, como el poder confieren seguridad de vida. Por eso pensamos que, siendo ricos, añadiendo un poco prestigio, de clase social, poder y cargos, estamos ya seguros.
¿Seguros de qué?: Insensato, esta noche te pedirán la vida, lo que has amontonado ¿para quién será?, (Lc 12,20). (No olvidemos que la mortaja no tiene bolsillos, ni que nunca se ha visto un camión de mudanza detrás de un coche fúnebre, -papa Francisco-).
La riqueza, el rico se siente seguro, por eso no sabe lo que es la confianza, ni la bondad.
La pobreza es fuente de grandes valores. La pobreza crea confianza y libertad, sabiduría, austeridad, solidaridad, generosidad:
o La pobreza, como el evangelio es una CONFIANZA infinita en Dios. El rico busca y cree hallar la seguridad en el dinero. El religioso se siente seguro en el cumplimiento y en la precisión dogmática. Quien es pobre confía en el Señor y así es feliz, así tiene vida eterna. En Ti he puesto mi confianza desde la juventud. (Salmo 71).
o El que es pobre, quien se siente pobre, se siente LIBRE ante las cosas, ante los bienes. Produce mucha cansera existencial soñar obsesivamente con tener, porque jamás el dinero es bastante. Naturalmente que todos necesitamos comer y vestirnos, pero de ahí a la obsesión paranoica por el tener hay mucha distancia. La riqueza crea ansiedad y neurosis. Quien opta por vivir pobremente, es libre ante todo y ante todos, ante el poder y ante el capitalismo, incluso quien es evangélicamente pobre, se siente libre ante los entramados de la religión. (Por eso los sistemas religiosos, políticos, las Iglesias tienen alergia a las personas libres).
o AUSTERIDAD: En la vida nos hace bien vivir austeramente. Una cosa es la celebración, la fiesta y otra la vida cotidiana de trabajo y sencillez. Austeridad en el estilo de vida, en la vestimenta, en la comida, en el consumismo, en el trabajo, etc.
o La pobreza crea SOLIDARIDAD y GENEROSIDAD. Quien es libremente pobre, ese tal es solidario y generoso. Habiendo tanta miseria en el mundo, lo que me sobra -y es mucho- no es mío. Espontáneamente la pobreza tiende a mirar a los demás.
Jesús fue pobre: nació pobre, no tuvo dónde reclinar la cabeza y murió marginado. Jesús fue libremente pobre y en el evangelio habla con frecuencia de la pobreza como fuente de bendición. Felices los pobres. Los sistemas religiosos esclavizan, el evangelio, Jesús libera.
Jesús habló muy poco de cuestiones matrimoniales y de sexualidad, y estas pocas veces con gran misericordia: Yo no te condeno, le dice a la mujer adúltera, (Jn 8,11).
Es exageradamente chocante cómo en la historia de los eclesiásticos, se puede ser rico, pero no se puede ser divorciado.
Aquel hombre fue al encuentro de Jesús para tener vida. Pobre es ser un agradecido (gracia) radical. El cristiano (no el religioso) no se apropia de los bienes materiales, de la riqueza porque se fundamenta en la gratuidad (gracia). Pobre, libre, sabio es quien se ha encontrado con Cristo en la vida: un encuentro de confianza y de gracia.
05. JESÚS LE MIRÓ CON AFECTO. PARA DIOS NO HAY NADA IMPOSIBLE.
Jesús mira siempre al ser humano con bondad. También a los ricos y también los ricos.
Que vamos a vivir bien el cielo es evidente, lo que hace falta es vivir bien, vida eterna desde ahora.
Y esto se solventa no desde nuestros méritos, sino desde la bondad de Dios: para Dios no hay nada imposible
Estas cosas se ventilan en la profundidad de la vida. Es difícil hablar de la pobreza y casi imposible tratar de convencer a nadie de que “Bienaventurados los pobres” es verdad; son experiencias que se tienen en el fondo de la vida. Solamente en Dios descansa mi vida, (Salmo 61).
Sin embargo es verdad que se es feliz y bienaventurado siendo pobre.
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