¿Religiosidad o fe cristiana?
Es un poco mi caballo de batalla. Veo que hay bastante religiosidad en los pueblos: devociones, procesiones, santos, ermitas, romerías, novenas, fiestas. Velas, muchas velas y cepillos, muchos cepillos y muchos donativos…
Y me siento casi incapaz de ayudar a que demos el paso desde esa esa religiosidad a una fe cristiana, de seguidores de Jesús.
Veo que en la religiosidad se insiste sobre todo en pedir que Dios nos ayude, normalmente a través de un santo. El caso más llamativo es la recitación de la Salve. Las personas se sienten muy a gusto porque estamos “bajo la protección de la Santísima Virgen”. Cuando yo les explico que Dios está con nosotros, que no necesitamos que nadie nos ayude, no lo comparten. Nos cuesta mucho el ver a María como modelo y testigo del Evangelio.
El caso es que cuando les anuncio que estamos llenos de Dios, que nos habita y en Él vivimos, nos movemos y existimos, cambia un poco el panorama. Es preciso anunciar que Dios ya está en nosotros, que tenemos un ADN divino y una bendición original desde nuestro comienzo de existir, llegamos a ver las cosas un tanto distintas
Y es curioso que ahora que me toca predicar en diversos pueblos, las personas se alegran y sienten una visión distinta. Veo necesario el hacer un nuevo catecismo popular muy sencillo, al estilo de aquellos de Alandar, donde con lenguaje sencillo y claro demos una visión renovada del mensaje cristiano.
Siento la religiosidad popular como una coraza muy difícil de atravesar para descubrir el evangelio. Porque además todos los ritos, oraciones, celebraciones que hay en torno de ellos… afianzan a las personas religiosas en su certeza.
Veo que el papa Francisco va presentando una iglesia nueva, renovada de nuestras costumbres y pecados, pero me gustaría que plantease una teología sencilla renovada. Como ha pasado con el caso de la pena de muerte. Hay muchas personas acérrimas a sus convicciones. Por eso me encanta hablar con no creyentes. No para convencerles, sino para anunciar la visión positiva de la vida. Es una gozada anunciar las Buena Noticia, porque primero me supone a mí una alegría en Jesús Resucitado y me encanta animar y dar esperanza y abrir caminos de Salvación.
Mi primer paso suele ser sacar un folio con una X y preguntar qué ven. Todos me contestan que un aspa. No han visto lo blanco del folio… Pues camino abierto a ver lo bueno de la vida y lo positivo.
Gerardo Villar
Fuente Fe Adulta
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