La Sociedad Psiquiátrica India (IPS), la mayor asociación de psiquiatras del país, ha anunciado que deja de considerar la homosexualidad como una enfermedad. Se trata de la primera vez que la organización se expresa sobre el asunto y lo hace para frenar las prácticas encaminadas a intentar modificar la orientación sexual, las también conocidas como «terapias» reparadoras o de conversión. El pronunciamiento puede tener efectos positivos en la próxima sentencia sobre la constitucionalidad de la ley que criminaliza las relaciones homosexuales en la India. La Sociedad India de Psiquiatría, que agrupa a 5.000 profesionales, aclara que la homosexualidad no es una enfermedad y no debe tratarse como tal. Se espera que esto sirva tanto para prohibir las “terapias de conversión” como para presionar al Supremo y que despenalice la homosexualidad en el país.
Hace ya unos cuantos años que la sociedad psiquiátrica en general dejó de considerar la homosexualidad como una enfermedad. De vez en cuando aparece iluminados como Aquilino Polaino diciendo barbaridades, pero peor es que el Partido Popular le invite al senado a decirlas en voz alta. Recordemos también a la “terapeuta” Elena Lorenzo o las charlas de Jokin de Irala o de Richard Cohen. Mientras, el año pasado sufrimos un seminario sobre “ayudar a cambiar sentimientos homosexuales”. En todos casos, nuestros amigos de HazteOir estuvieron ahí apoyando a los homófobos…
A pesar de que toda la comunidad científica está de acuerdo en que la homosexualidad no es un desorden mental, los psiquiatras de la India aún no habían aclarado su posición sobre el tema pero acaban de despatologizarla. Como ha explicado el presidente de la Sociedad India de Psiquiatría (que tiene unos 5000 miembros), el doctor Ajit Bhide: “Algunas personas no están hechas para ser heterosexuales y no necesitamos castigarlas, no necesitamos penalizarlas, ni discriminarlas“.
Es la primera vez que la SIP se pronuncia de forma oficial sobre la homosexualidad y lo hacen después de muchas presiones sociales para que dejaran de considerarla una enfermedad y en pleno mes del Orgullo LGTB+. En 2016 la SIP organizó un grupo de trabajo para analizar los problemas a los que se enfrentan las personas LGTB+ y ahora por fin han llegado a la conclusión evidente.
La dirección de la asociación psiquiátrica, que cuenta con unos 5.000 miembros, lleva deliberando sobre el asunto desde 2016. Pretende, con este pronunciamiento, concienciar tanto a los ciudadanos como a los profesionales sobre la inutilidad y el daño de las conocidas como «terapias» reparadoras o de conversión. Miembros de la IPS han relatado casos de padres que piden a los psiquiatras que les suministren terapia hormonal o electrochoques a sus hijos parar «curarlos» de su homosexualidad.
El equipo encargado de difundir la decisión de la IPS protagonizará una evento en Nueva Delhi el próximo 1 de julio para informar a psiquiatras, médicos y público en general sobre el tema. El líder del equipo, Kersi Chavda, reconoce que la presente situación de discriminación y estigma puede empujar a muchas personas LGTB a sufrir episodios de ansiedad o depresión y quiere reorientar la ayuda psiquiátrica a estos trastornos, proscribiendo las «terapias reparadoras».
Puede parecer un gesto sin mucha importancia, pero en realidad es todo lo contrario. Primero porque algunos psiquiatras de la India siguen realizando “terapias de conversión”, que ahora pierden todo el nulo sentido que tenían porque si no hay enfermedad no hay cura. Y segundo porque el Tribunal Supremo del país está en pleno proceso de valorar si la Sección-377 (la parte del código penal que criminaliza la homosexualidad) es constitucional o no.
Como ha explicado el Dr. Bhide: “Es un paso en la dirección correcta y está respaldado por evidencias científicas. Algunas personas no están hechas para ser heterosexuales y no necesitamos castigarlas, no necesitamos penalizarlas, ni discriminarlas. Los profesionales de la salud mental están ampliamente orientados hacia la aceptación de que esto es una variación en lugar de una aberración de la naturaleza. Sea cual sea tu orientación sexual, sea cual sea tu preferenci asexual, mientras ninguna parte resulte herida, se debe permitir que un individuo practique lo que quiera“.
“Es la primera vez que la SIP ha aclarado públicamente su posición sobre la homosexualidad: no es una enfermedad y no debe tratarse como tal“, ha declarado el portavoz de la Sociedad India de Psiquiatría, el Dr. Kersi Chavda.
“Ahora se ha de informar a todos los miembros de la SIP de que dejen de practicar terapias de conversión que incluyen prácticas como el lavado de cerebro, tratamientos hormonales, terapias de electroshock y muchísima adoctrinación religiosa y psicológica“, explica el Dr. Bhooshan Shukla, un psiquiatra basado en la ciudad de Pune que junto a otros 11 colegas ha presionado -y sigue haciéndolo- para conseguir que el país deje de considerar la diversidad afectivo sexual como un crimen.
Precisamente en marzo de 2016 tenía lugar un histórico pronunciamiento de la Asociación Mundial de Psiquiatría en contra de las “terapias” reparadoras, intervenciones que no solo se han mostrado ineficaces para cambiar la orientación sexual de una persona, sino que resultan muy peligrosas. Prácticas contra las que ya antes se habían pronunciado numerosas organizaciones profesionales. La Asociación Americana de Psicología, por ejemplo, hizo ya en 2009 un llamamiento a los psicólogos para que las abandonasen definitivamente tras revisar la evidencia científica disponible y concluir que ya no resulta posible sostener que un paciente puede cambiar su orientación sexual a través de terapia, mientras que los daños potenciales de tales intervenciones pueden ser graves, incluyendo depresión y tendencias suicidas. Otras organizaciones que han alertado contra los riesgos de estas intervenciones son la Asociación Médica Británica, las más importantes organizaciones de psicoterapeutas del Reino Unido o, en España, el Colegio de Psicólogos de Madrid. Y el Consejo General de la Psicología, órgano coordinador y representativo de los Colegios Oficiales de Psicólogos de todo el país, emitía hace un año un comunicado en el que recordaba que las intervenciones que prometen “curar” la homosexualidad carecen de fundamento. Los testimonios de algunas de las personas atrapadas por las redes que promueven este tipo de prácticas (“ex-gais”) y que años después han conseguido liberarse son un buen ejemplo del daño que pueden llegar a sufrir.
LGTBfobia de Estado en La India
El artículo 377 del Código Penal de la India castiga las relaciones sexuales “contra natura” con hasta 10 años de prisión. A finales de 2013, la Corte Suprema decidió recriminalizar la homosexualidad, dejando sin efecto la histórica sentencia sancionada por el Alto Tribunal de Delhi en 2009 (en la que declaraba “inconstitucional” la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo). En los últimos años,mos hemos hecho eco del aumento exponencial de la violencia contra personas LGTB en la India, a raíz de la ilegalización de las relaciones homosexuales.
Las informaciones que nos llegan positivas en clave LGTB de la India son muy escasas. A principios de este mismo año nos hacíamos eco de la apertura del primer colegio para alumnos transexuales en riesgo de exclusión social. Solo unos días después, sin embargo, recogíamos la historia de un joven de 20 años cuyos padres trataron de organizarle una “violación correctiva”después de salir del armario como gay. Los progenitores llegaron a contratar a unos matones para que le agredieran al saber que mantenía una relación con otro chico con el que convivía.
Por otra parte, hace unos meses publicábamos que las autoridades de la India impedían la entrada al país a Victoria Kolakowski, la primera jueza trans de los Estados Unidos. Semanas atrás, prohibían una película por “glorificar” las relaciones homosexuales. La Junta Central de Certificación Cinematográfica de la India (CBFC) se negaba a certificar ‘Ka Bodyscapes’ para su proyección por incluir “escenas gais sensibles”.
Como ocurre en muchos otros países en los que existe homofobia de Estado, los grupos homófobos en la India (incluidos los policiales) se creen en el derecho de realizar impunemente cualquier acción contra las personas sexualmente diversas. No es necesario que las víctimas sean realmente homosexuales (lo que en ningún caso les eximiría de su responsabilidad criminal), con que ‘lo parezcan’ es suficiente.
En 2014, un año después de la recriminalización de la homosexualidad en la India, el activismo LGTB denunciaba un repunte de la violencia homófoba. Y a principios del año pasado recogíamos que ese mismo año 2014 se realizaron un mínimo de 600 detenciones a personas que habían sido acusadas de practicar la homosexualidad. Una cifra que en 2015 se elevaba a más de 1.300 personas, incluyendo 207 adolescentes. Una cifra, no obstante, que parece poco realista si tenemos en cuenta que desconocemos el alcance de la corrupción policial y la cantidad de afectados por extorsiones económicas a cambio de evitar el arresto o el procesamiento judicial.
En octubre de 2015 dábamos cuenta de más casos de extorsión por ser o “parecer” homosexual por parte de miembros de la policía, quienes, según constatan los activistas LGTB “con frecuencia visitan los puntos donde los gais se encuentran y les extorsionan pidiéndoles dinero”. Por otra parte, la estigmatización y los prejuicios provocan todo tipo de injusticias. A principios de 2016 nos hacíamos eco del intento de suicidio de un adolescente de quince años, quemándose vivo, tras ser acosado por ser gay.
Fuente | Hindustan Times, vía EstoyBailando/Cristianos Gays/Dosmanzanas
General, Historia LGTBI
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