Juan Zapatero Ballesteros
Sant Feliú de Llobregat (Barcelona).
ECLESALIA, 02/04/18.- La Pascua es tan importante para mí que cada año me empuja a desear a toda persona con quien tengo algún tipo de relación que le sea lo más feliz posible; así, pues: ¡Feliz Pascua! Porque Pascua es para mí primavera, es luz, es florecer de la vegetación, es agua limpia que hace brotar la vida en los campos, es la misma vida que empuja a vivir de otra manera, nueva, apasionante, ilusionada, preñada de esperanza. La Pascua me recuerda que se hace necesario caminar hacia adelante, dar un paso decidido hacia el futuro, procurando vivir el presente con la máxima intensidad posible. Pascua significa dejar de lado o atrás el pasado con todo lo bueno que nos haya podido aportar y también con los sinsabores que en algún momento hayan podido llegar a nuestras vidas. Por ello, quiero desearos de corazón y desde el corazón, con todo el cariño y amor de que soy capaz una ¡Feliz Pascua! Pero no solamente a vosotras y vosotros, mi familia, mis conocidas/os, mis amigas/os, mis compañeras/os, sino a toda persona, porque me siento, o al menos hago todo lo posible, por ser o sentirme hermana y hermano de toda criatura, aunque a veces las circunstancias de la misma vida no me lo ponen fácil.
La Pascua es como una voz interior, quizás mi conciencia, que me dice que la muerte no terminará en fracaso, sino que la Vida acabará venciéndola, mientras ya la va venciendo a través de tantas realidades, situaciones y personas que hacen todo lo que pueden y más para que todo el mundo viva con la máxima dignidad posible y consigan que la vida, la humana, sí, no hay que poner más apelativos ni nada que se lo parezca, sea el don más preciado que tenga toda criatura que vive en la tierra. Por eso, quiero felicitar la Pascua a toda persona que, de manera individual, colectiva o comunitaria, se entrega para hacer de la vida el don y el misterio más sagrado de la humanidad.
Quiero felicitar la Pascua a todas y todos los que, desde la ciencia y la investigación, a pesar de que muchas veces no cuenten prácticamente con medios, se afanan todo lo que pueden para conseguir avances que curen enfermedades o hagan más ligero el dolor o el sufrimiento de tantas personas. Quienes desde esta misma ciencia investigan cómo conseguir elementos que ayuden a evitar que nuestro planeta siga subiendo por esta escalada loca que no tiene otro final que la degradación y la destrucción.
También felicitó la Pascua a todas y todos los que desempeñan cargos importantes dentro del mundo de la economía y se esfuerzan por trabajar de manera honesta, intentando dejar de lado las fortísimas presiones que seguramente reciben, con el fin de poner, aunque no sea más que un pequeño grano de arena, de cara a que los países más pobres salgan de la miseria que los sacude, poniendo medidas para evitar que los más ricos dejen de explotarlos y darles las ayudas que en justicia les corresponde.
También Feliz Pascua para las personas del mundo de la política: especialmente a aquellos y aquellas que, desde la sinceridad que los mueve a dedicarse a ello, buscan el bien de los que menos tienen y de los que, por las circunstancias que sean, viven en situación precaria, en vez de dedicarse a vivir lo mejor que puedan, al tiempo que se procuran sólo su bienestar de manera egoísta y totalmente insolidaria. Y, como no podía ser de otra manera, ¡Feliz Pascua!, para quienes hacen de la palabra y el diálogo el instrumento más adecuado para solucionar cualquier tipo de enfrentamiento o conflicto.
Feliz Pascua a todos los trabajadores y obreros de todo tipo, porque con su trabajo, más o menos duro, más o menos precario, están contribuyendo a que nuestro mundo pueda funcionar, aunque lo haga en ciertos momentos de manera escasa y muy limitada.
Feliz Pascua, con un cariño y preocupación especial, a los jóvenes y padres de familia, que están en paro o no tienen trabajo; su situación nos recuerda que celebrar la Pascua no debe ser una fiesta que nos introduzca en las nubes de nuestros bienestares personales, sino una exigencia a reclamar y exigir a quien tiene las competencias que les den lo antes posible este derecho tan fundamental como es el de un trabajo justo y digno.
Feliz Pascua a quienes están comprometidos con el mundo sindical: no escatiméis nunca ningún tipo de esfuerzos de cara a exigir a quienes ostentan todo tipo de poder para conseguir que la indignidad, la explotación y el abuso desaparezcan de todo tipo de trabajo.
Feliz Pascua, a vosotras mujeres, que habéis decidido dar un paso adelante para reclamar y exigir vuestros derechos que no son otros sino los mismos que los de los varones, ya que es una aberración que cuestiones fisiológicas y biológicas pasen por delante de la mente y del corazón, las dos fuentes de donde sale lo más maravilloso que es lo que distingue a toda persona, que es lo que vosotras y los varones somos por igual.
Feliz Pascua a todas y todos los que están en el frente de todas las religiones o tienen responsabilidades importantes en las mismas. Creo que es de justicia empezar por felicitar la Pascua al Papa Francisco por todos los esfuerzos que hace para introducir algunas, o muchas para ser más exactos, dosis de aire fresco y de buen olor en una Iglesia oxidada por todos los lados y gastada casi del todo, incapaz de infundir un poco de ilusión a tantos hombres y mujeres que se esfuerzan por vivir la fe dentro de ella, pero que terminan muchas veces abatidos y llenos de desencanto y desesperanza. Mi felicitación pascual a Francisco va unida al deseo de que el Jesús Vivo continúe insuflándole la fuerza y el coraje que tanto necesita para continuar diciéndonos y enseñándonos que el Evangelio es la mejor de las noticias.
Feliz Pascua, también, a los responsables del resto de Iglesias y confesiones, porque, al fin y al cabo, quienes somos creyentes, todas y todos creemos en el mismo Dios con nombres diferentes. Feliz Pascua a todas y todos los que os llamáis u os consideráis ateos, agnósticos o que no creéis en nada, porque con vosotros compartimos lo más maravilloso que tenemos los seres humanos, como es la humanidad y la vida, el gran don por excelencia y el primero y más importante de los sacramentos.
Feliz Pascua, a todas las personas que os indignáis por el hecho de ver cómo nuestro mundo crece en desigualdades con toda la gran dosis que ello conlleva a nivel de degradación para una gran parte de la humanidad: falta de trabajo, de vivienda, de escuelas, de hospitales, etc.; niños hurgando por las montañas de basura para poder comer algo o llevar algo a casa; niñas y niños también de edad cortísima siendo objeto de abusos sexuales, de explotaciones mineras, de trabajos indignos, malviviendo en la calle y sin nadie que los mime o les dé un beso lleno de calor humano.
Sí, Feliz Pascua, porque, a pesar de que en muchos casos podáis hacer poco, porque no depende de vosotros ni tenéis instrumentos en vuestras manos para hacerlo, sois plenamente conscientes de que este mundo nuestro está muy lejos de parecerse, aunque fuera solo un poquito, al Reino que Jesús proclamó sanando a quienes estaban enfermos, dando un poco de alegría a los tristes, acogiendo a todos, fueran de la condición que fueran ideológica, religiosa o culturalmente.
Feliz Pascua, pues, con el mejor de los deseos de que las vidas de todas y todos sean cada día un poco más felices, juntando las manos para caminar como familia hacia la utopía de un mundo justo y fraternal.
¡FELIZ PASCUA!
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