Denise Ho denuncia que le han negado la entrada en Malasia por defender los derechos del colectivo LGBT
La artista de cantopop de Hong Kong, Denise Ho, tiene un concierto previsto para abril en Kuala Lumpur, pero las autoridades de Malasia le han negado la entrada en el país por defender los derechos del colectivo LGBT.
Destacada por la BBC como una de las 100 mujeres relevantes de 2016, Denise Ho es una cantante de Hong Kong abiertamente homosexual, reconocida igualmente por su activismo a favor de la democracia, que denuncia este jueves, 15 de febrero, que las autoridades de Malasia le han negado el visado que su promotor estaba solicitando para poder actuar en un concierto en Kuala Lumpur, previsto para abril, en la que es una acción más de la creciente intolerancia del gobierno malasio hacia la comunidad LGBT.
«Estoy decepcionada. Podrías pensar que en 2018, donde muchos países presionan por los derechos de los homosexuales y el matrimonio entre personas del mismo sexo, el mundo estaría progresando. Pero de hecho no es así», declara la cantante, una de las estrellas de catopop más famosas de Asia. El catopop es un subgénero en el que se integra la música tradicional china con el jazz, el pop y la música electrónica. Estaba previsto que al menos 2000 personas acudieran a su concierto. «Todos tienen el derecho de ser ellos mismos. Podemos ser abiertamente homosexuales ya que alguien más puede ser cristiano o musulmán», declara Ho.
El sexo entre personas del mismo sexo se considera un delito en Malasia y se castiga con multa, azotes o hasta 20 años de prisión. Mientras las autoridades fomentaban las terapias de conversión desde hace ahora un año, los radicales religiosos se unían a Indonesia en una campaña contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT, mientras el televisión anunció su intención de preparar un formato televisivo para someter a terapias de conversión a personas transexuales, que finalmente ha desechado por la presión, un periódico publica un reportaje sobre «cómo reconocer a una persona homosexual».
«Malasia da la bienvenida a cualquier artista que proyecte un valor total», asegura Salleh Said Keruak, ministro de comunicaciones y multimedia del país sin llegar a especificar las razones que han llevado a las autoridades a rechazar la solicitud de Ho, aunque puntualizando que todas las representaciones artísticas deben realizarse de acuerdo con «las leyes y valores locales». Hace poco más de una década, en 2006, Denise Ho ya actuara en Malasia sin que se desatara ninguna polémica.
Malasia: economía emergente… y LGTBfobia política y social
Malasia, una de las economías emergentes del sudeste asiático, es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes. Las relaciones homosexuales, en cualquier caso, son ilegales y se castigan con penas de hasta 20 años de cárcel. De hecho, allá por 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.
La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado, de hecho, a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. El pasado mes de febrero, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia, se sugería a los homosexuales que “aprender” a ser hetero es igual que iniciarse en la equitación. Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual. Especialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario.
En junio de este año, conocíamos la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco días en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión había consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia. Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como este debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos temíamos que no iba a ser así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que han reaccionado con horror ni siquiera precisan que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica. Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de T. Nhaveen.
Y para corroborarlo, en julio radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelaban contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT… Y hoy, nos enteramos de esto…
Fuente Universogay/Cristianos Gays
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