Un periódico de Malasia desata la indignación con un artículo sobre «cómo reconocer a un gay»
Un periódico de Malasia desata la indignación entre activistas y miembros del colectivo LGBT tras publicar un artículo en el que enumeran una serie de rasgos y características sobre «cómo reconocer a un gay».
El periódico Sinar Haria es reconocido en Malasia como un medio de comunicación que no acostumbra a ofrecer reportajes de manera sesgada, sino teniendo en cuenta todos los puntos de vista. Sin embargo, esta semana sorprende a sus lectores al publicar una lista de rasgos y características para reconocer a una persona homosexual a simple vista, «cómo reconocer a un gay», que ha causado gran controversia e indignación entre activistas y miembros del colectivo LGBT al considerar que constituye una actitud derogatoria hacia las personas homosexuales en un medio de comunicación con la que llegan incluso a poner en riesgo la vida de las personas.
Según el listado los hombres homosexuales pueden identificarse a través de una barba o su amor por los gimnasios, a lo que no van a hacer ejercicio, sino para encontrarse y conocer a otros hombres. Si a los gays les gusta usar ropa de marca y camisetas ajustadas para mostrar lo que denominan «sus seis paquetes», las lesbianas tienden a abrazarse y cogerse de las manos, menospreciando a las personas del sexo opuesto.
«Hay cuestiones mucho más importantes en este país que deben abordarse (…). Si realmente quieren educar a la sociedad, entonces explíquenles los rasgos de un pedófilo, un abusador, un asesino, un secuestrador, personas que realmente ponen en peligro la vida de otros. ¿Cómo demonios una persona gay pone en peligro tu vida?», proclama Arwind Kumar, un popular influencer malasio, burlándose de la afirmación de que el vello facial sea exclusivo de las personas homosexuales y tildando el artículo de «estúpido» en un vídeo que supera las 120.000 visitas en sus diferentes redes sociales.
La homosexualidad es ilegal en Malasia y conlleva una pena de 20 años de prisión en función de una ley de sodomía vigente desde la época colonial, surgiendo este artículo después de que se hayan producido violentas agresiones a miembros del colectivo LGBT en el último año, demonizado incluso desde el gobierno al fomentar las terapias de conversión que incluso piensan explotar en un formato televisivo. T Nhaveen, un estudiante de 18 años de edad, víctima de una violenta agresión por parte de sus propios compañeros de clase que le increpan por ser homosexual y le golpean y queman, dejándolo en coma para fallecer 5 días después. Meses después, Sameera Krishnan, una mujer transgénero de 27 años de edad, era atacada con un cuchillo y recibía tres disparos de arma de fuego en un ataque en su propia floristería. Malasia se unía también a Indonesia en su boicot a Starbucks por sus reiteradas campañas de apoyo a la comunidad LGBT.
Malasia: economía emergente… y LGTBfobia política y social
Malasia, una de las economías emergentes del sudeste asiático, es un país de variada composición étnico-religiosa, aunque de mayoría musulmana, en el que conviven leyes civiles, de obligado cumplimiento para todos, y leyes islámicas, de aplicación a los ciudadanos musulmanes. Las relaciones homosexuales, en cualquier caso, son ilegales y se castigan con penas de hasta 20 años de cárcel. De hecho, allá por 2011 nos hacíamos eco de las intenciones de varios líderes musulmanes malasios de endurecer las medidas contra la homosexualidad y en 2015 el primer ministro, Najib Razak, comparaba a las personas LGTB con el Estado Islámico, alegando que carecen de derechos humanos.
La LGTBfobia social y política imperante en Malasia ha llevado, de hecho, a situaciones que rozan el absurdo, y que hemos recogido en esta misma página. El pasado mes de febrero, en un vídeo promovido por el Departamento de Desarrollo Islámico de Malasia, se sugería a los homosexuales que “aprender” a ser hetero es igual que iniciarse en la equitación. Otros ejemplos son el anuncio de censura de programas con personajes homosexuales; la censura de una escena de La Bella y la Bestia y de una canción de Lady Gaga o la cancelación de un Festival que se celebraba desde 2008 para promover el respeto a la diversidad sexual. Especialmente preocupante fue lo sucedido en 2012, cuando un joven gay musulmán recibió amenazas de muerte por difundir un vídeo en el que animaba a otros homosexuales a salir del armario.
En junio de este año, conocíamos la muerte de un adolescente, T. Nhaveen, después de cinco días en coma y sufrir una dura agresión de carácter homofóbica que le había dejado con varias heridas y quemaduras en la espalda, además de ser sodomizado con una barra. T. Nhaveen, de dieciocho años de edad, había quedado con su mejor amigo, T. Previin, de 19 años de edad, el sábado, 10 de junio, alrededor de las 11 de la mañana en una hamburguesería de Gelugor, un zona residencial de George Town, en Penang, para celebrar que iba a comenzar su vida como estudiante de música en Kuala Lumpur, pero falleció el jueves, 15 de junio, tras ser víctima de una dura agresión homofóbica que le deja en coma durante cinco días. Un episodio más de bullying homofóbico que en esta ocasión había consternado a la sociedad de Malasia por su dureza y violencia. Ante este escenario, podría pensarse que un suceso tan terrible como este debería servir de acicate para que el respeto a la diversidad gane posiciones en Malasia. Mucho nos temíamos que no iba a ser así, a la vista del hecho de que los mismos medios locales y autoridades que han reaccionado con horror ni siquiera precisan que el acoso que el joven sufría era de naturaleza homofóbica. Esperemos, al menos, que se haga justicia con los asesinos de T. Nhaveen.
Y para corroborarlo, en julio radicales religiosos de Malasia e Indonesia se rebelaban contra Starbucks por su apoyo al colectivo LGBT… Y hoy, nos enteramos de esto…
Fuente Universogay/Cristianos Gays
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