¿De rodillas?
Calendarios. Los hay de todo estilo. Y con portadas de lo más variadas. Y no digamos nada en el terreno religioso. Cada parroquia, congregación, colegio… hace el suyo.
Ha caído en mis manos uno que dice así referido a María: “No te merezco, Madre, pero te necesito”.
Es algo que me choca mucho en nuestro mundo religioso. Nuestra indignidad. Es cierto que somos débiles. Pero yo me siento digno, no porque sea fuerte sino porque es Dios quien habita en mí y me ha hecho persona, y me ha dado su dignidad de Hijo suyo. Si me creo la encarnación, todas las personas henos quedado transformadas como la luz enciende todas las lámparas.
Me cuesta, y lo cambio cuando puedo, eso de “Señor, no soy digno de que entres en mi casa…” Ya lo creo que soy digno. Un hijo entra en la casa familiar porque tiene unos derechos y una sangre que le conceden entrar con plena confianza y con pleno derecho.
Suelo decir “sí, soy digno, porque tú me has hecho así y tu palabra me ha hecho Hijo tuyo”.
Son contradicciones como cuando decimos en la eucaristía “tomad y comed todos…” y luego seguimos “que se entrega por muchos” ¿En qué quedamos? ¿Se puede entender una eucaristía sin participar en la comunión? El Sacramento del perdón es otra cosa y lo celebraremos como don del perdón que siempre nos da Dios.
La teología del gusano no me sirve ni me ayuda. Fallo y tengo mil debilidades pero la Luz es más fuerte que la oscuridad y el gusano se convierte en mariposa. Yo me siento libre porque Dios me ha hecho así y me sigue haciendo en cada momento.
Y rezamos el Señor mío Jesucristo donde mezclamos al Padre Creador con Jesucristo.
Por eso, no me gusta la postura de rodillas. No me he puesto nunca así ante mis padres y mis amigos. Solamente recuerdo cuando de niño me castigaban mis maestros a estar de rodillas con los brazos en cruz. Difiero de lo que en otra hora dijo el poeta “nunca es más grande el hombre que de rodillas”. Pues, sí, creo que de pie. Y eso no significa soberbia, ni altivez. Significa, para mí, disposición, escucha, caminar con Jesús de Nazaret por los caminos del mundo.
En la historia hemos puesto y seguimos poniendo a muchas personas de rodillas. Esas personas que piden en la calle con su cartel expresando sus necesidades. Prefiero que levantados vayamos a su encuentro y podamos dialogar de tú a tú. Nadie es más alto que nadie porque Dios levantó del polvo a los caídos y elevó a los pobres.
Gerardo Villar
Fuente Fe Adulta
Comentarios recientes