Otra conversión.
Del blog de Amigos de Thomas Merton:
En esta entrada en su Diario, Merton deja constancia de un nuevo enfoque para su vida, como una nueva conversión. Adelanta, ensancha miras, profundiza. Se está comprometiendo con los problemas más acuciantes de su realidad; guerra, injusticia social, van a ser ahora temas a los que se refiere en sus escritos con creciente frecuencia. Es otro comienzo más para él.
Empezando un nuevo año, hemos escogido este texto para compartirlo con ustedes.
“¿Cuál es mi nuevo desierto? Su nombre es compasión.
No existe yermo tan terrible, tan bello, tan árido y tan fructífero como el yermo de la compasión. Es el único desierto que verdaderamente florecerá como el lirio. Se convertirá en un estanque. Echará brotes y florecerá y saltará de gozo.
En el desierto de la compasión, la tierra sedienta ve brotar fuentes de agua, el pobre posee todas las cosas. No existen fronteras que controlen a los moradores de esta soledad, en la cual yo vivo solo, tan aislado como la Hostia sobre el altar que, siendo alimento de todos los hombres, pertenece a todos y no pertenece a nadie, porque Dios está conmigo y se asienta en las ruinas de mi corazón, predicando el evangelio a los pobres.”
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Thomas Merton.
Diarios, 29 de noviembre de 1951
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Contemplar, saborear y actuar. Es el amor puro contemplado y descubierto como causa primera y determinante de nuestro existir el que nos impulsa hacia lo que Francisco de Sales llamaba éxtasis de la acción. ¿Cuál es el paso que me es posible dar hoy? En este sentido, hoy recordamos a San Francisco de Sales en su fiesta:
Piensa en el amor con el que Jesucristo, nuestro Señor, tanto sufrió en este mundo, de modo particular en el huerto de los Olivos y en el monte Calvario: ¡ese amor te miraba a ti! ¡Dios mío, con qué profundidad deberíamos imprimir en nosotros todo esto! ¿Acaso es posible que yo haya sido amado con tanta dulzura por el Salvador, hasta el punto de que él haya pensado en mí personalmente, incluso en todas las pequeñas circunstancias a través de las cuales me ha atraído a él? Es verdaderamente maravilloso: el corazón repleto de amor de mi Dios pensaba en mí, me amaba y me procuraba mil medios de salvación, como si no hubiera tenido otra persona en el mundo en la que pensar. Pero ¿cuándo empezó a amarte? Desde que empezó a ser Dios, es decir, desde siempre…
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Francisco de Sales,
Filotea V, 13ss
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