Estados Unidos sanciona al presidente de Chechenia por “ejecuciones extrajudiciales” y “graves violaciones de derechos humanos” y el reino Unido se enfrenta a Rusia por la situación en Chechenia
Estados Unidos prohíbe la entrada al país del presidente de Chechenia, Ramzan Kadyrov, por considerar que vulnera sistemáticamente los derechos humanos de su país.
El ministro de exteriores británico, Boris Johnson, visita Rusia por primera vez en cinco años y afea al gobierno de Putin que no defienda al colectivo LGTB en lugares como Chechenia.
No es que la cosa haya cambiado mucho, pero estos días han ocurrido un par de gestos relativamente importantes que vale la pena destacar. Por un lado los Estados Unidos han prohibido la entrada al país a Kadyrov por sus crímenes contra la humanidad y por otro lado el Ministro de Exteriores británico ha afeado a Rusia su actitud respecto al colectivo LGTB.
La Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) de los Estados Unidos, dependiente del Departamento del Tesoro, ha impuesto sanciones contra el presidente de la república semiautónoma rusa de Chechenia, Ramzán Kadýrov, y otras cuatro personas más. En aplicación de la llamada “Ley Magnitsky” de 2012, Estados Unidos puede retener visas y congelar activos financieros a la luz de violaciones de los derechos humanos. En este sentido, la OFAC sanciona a Kadýrov “por ser responsable de ejecuciones extrajudiciales, torturas u otras graves violaciones de los derechos humanos”. Por su parte, el presidente checheno, que sobre los homosexuales dijo no tener “ese tipo de gente aquí”, responde ahora que Estados Unidos “no tiene nada mejor que hacer” que prohibirle la entrada en el país. A través de las redes sociales, Kadýrov ha ironizado sobre la noticia y ha añadido que este país norteamericano tiene en su haber “miles de casos sangrientos”, por lo que “puedo estar orgulloso si no soy adecuado para los servicios especiales de Estados Unidos”.
La persecución a homosexuales en Chechenia, república que forma parte de la Federación Rusa, saltó a los medios internacionales a principios de abril gracias al diario ruso Novaya Gazeta, y pese a las negativas tanto de las autoridades chechenas como de las rusas, así como de los esfuerzos de los defensores de Vladimir Putin por presentarla como una campaña de intoxicación, informes posteriores de organizaciones de derechos humanos la han confirmado. El propio presidente checheno, Ramzán Kadýrov, aunque sin admitir de forma explícita la persecución, ha dedicado frases insultantes a los homosexuales y ha reconocido estar dispuesto a perdonar los asesinatos de estos que sus propias familias cometan para limpiar su honor.
Líderes internacionales, como Angela Merkel y Emmanuel Macron habrían exigido a Vladimir Putin que pusiera fin a estos abusos, lo que llevaba a Rusia a abrir una investigación para esclarecer los hechos, que finalmente determinaría que «no hay víctimas de persecución, amenazas o violencia» en la República de Chechenia. Ante la pantomima que se traduce de esta investigación, Novaya Gazeta publicaba el mes pasado la lista de hasta 27 personas que habrían sido asesinadas a manos de los funcionarios de Kadyrov por el mero hecho de ser gays o bisexuales. Mientras tanto, siguen llegando testimonios de personas que denuncian haber sido sometidos a torturas en campos de concentración clandestinos, para sufrir después el escarnio ante sus propios familiares a los que culpabilizan de deshonor.
Con estos antecedentes, a los que se suman otras graves acusaciones, Estados Unidos ha decidido sancionar a Kadýrov. A través de un comunicado, la OFAC ha acusado al mandatario al mandatario regional de “ser responsable de ejecuciones extrajudiciales, torturas u otras graves violaciones de los derechos humanos, internacionalmente reconocidas, cometidas contra personas que intentan denunciar actividades ilegales llevadas a cabo por funcionarios del Gobierno de la Federación de Rusia, o para obtener, ejercer, defender, o promover los derechos humanos y las libertades, como las de religión, expresión, asociación y reunión; el derecho a un juicio justo y elecciones democráticas en Rusia”.
Además, añaden, “como jefe de la República de Chechenia, Kadýrov supervisa una administración involucrada en desapariciones y asesinatos extrajudiciales. Se cree que uno de los opositores políticos de Kadýrov habría sido asesinado por orden suya, después de presentar denuncias de tortura y malos tratos en Chechenia, incluidas presuntas torturas perpetradas personalmente por el mismo Kadýrov”. En el mencionado comunicado, la administración de Trump, sin embargo, no menciona explícitamente a personas homosexuales como víctimas específicas de la represión en Chechenia.
Aunque desde la GLAAD han aplaudido el movimiento porque creen que es un primer paso para exigir responsabilidades a los que vulneran los derechos humanos, a Kadyrov le ha dado bastante igual. La respuesta de Kadýrov no se ha hecho esperar. El líder checheno ha subido a su cuenta de Instagram una fotografía en la que aparece levantando pesas en un gimnasio, acompañada de un comentario sarcástico. Comienza diciendo que al conocer la noticia “me espera una noche de insomnio”, junto a emoticonos de caras sonrientes. A continuación, se pregunta irónicamente: “¿cómo no me va a afligir si he estado planeando viajar a Estados Unidos durante cuarenta años, hacer negocios allí y abrir cuentas bancarias en Manhattan?”. Kadyrov ha ironizado sobre el sueño que le va a quitar no poder entrar a EE.UU., país al que no tiene pensado ir nunca porque “los EE.UU. no pueden perdonarme que dedique toda mi vida a la lucha contra los terroristas extranjeros, entre los cuales hay bastardos de los servicios secretos americanos.”
Con respecto a las denuncias de violaciones de derechos humanos, Ramzán Kadýrov ha negado a Estados Unidos la autoridad moral suficiente para acusarle: “¿por qué buscar esta lista de personas en el otro lado del mundo, si están en la Casa Blanca y el Pentágono?”. El homófobo presidente checheno se ha referido a “los indios asesinados, millones de esclavos africanos, las víctimas de Hiroshima y Nagasaki, millones de vietnamitas, la aldea de Songmi, Afganistán, Iraq, Libia, Belgrado… Mi lista contiene miles de casos sangrientos en los Estados Unidos”.
Al final de su exposición, Kadýrov agrega que “he dedicado mi vida a luchar contra terroristas extranjeros”. Incluso ha asegurado que “famosos en todo el mundo, grandes estadounidenses, vienen sistemáticamente a visitarme, y algunos planean establecerse en Chechenia”. No ha nombrado a ninguno, pero nos gustaría saber quiénes son, si es que existen en realidad.
Por otro lado el Ministro de Exteriores británico, Boris Johnson, ha estado estos días de visita oficial en Rusia. Es la primera vez que un Ministro de Exteriores británico visita Rusia en los últimos cinco años y en una reunión con Sergey Lavrov, el ministro de exteriores ruso, ha dejado claro que ambos países tienen una relación complicada. Aunque Johnson ha basado su visita en denunciar las injerencias del gobierno ruso en elecciones como las francesas, las americanas o las alemanas también ha dejado claro que uno de los puntos en los que menos se parecen ambos gobiernos es que Reino Unido “habla en nombre de la comunidad LGTB en Chechenia y en cualquier otro sitio, como cabría esperar.“
Frank talks w/ Russian foreign minister Lavrov in Moscow. We recognised many significant differences but agreed shared interests & global duties require dialogue. Talks covered UN security council priorities inc Iran/Syria/DPRK & bilateral relations pic.twitter.com/LkVRBwiaBa
— Boris Johnson (@BorisJohnson) 22 de diciembre de 2017
Desde el Kremlin, han dicho que es TODO MENTIRA. Que ni hay hackers rusos metiendo mano en elecciones ni hay persecución LGTB en su país ni en Chechenia. Y ambos ministros han acabado reconociendo que los dos países continuarán trabajando juntos porque, a pesar de todo, hay algunas cosas en las que sí están de acuerdo.
Fuente | Gay Star News, vía Dosmanzanas/EstoyBailando
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