Venid benditos de mi Padre
Del blog de Tomas Muro La Verdad es libre:
01. FIESTA DE XTO REY.
Terminamos hoy el año litúrgico con la fiesta de Xto rey del Universo.
Es una fiesta relativamente reciente, ya que la instituyó el papa Pío XI en 1925, como queriendo mostrar la dimensión social del cristianismo. (Pío XI fue el papa que fundó la Acción Católica).
No obstante en algunos países, como España, esta fiesta y este título de Cristo rey fue cargado de connotaciones políticas muy poco, nada cristianas, y más bien ultraconservadoras, cuando no violentas.
Sin embargo el simbolismo de Cristo como rey, el Reino de Dios, el Reino de los cielos está presente en el mismo Jesús, en el evangelio. Ante Pilatos Jesús confiesa: YO SOY REY, aunque mi reino no es como el de este mundo, (Jn 18,33-37).
El título que le ponen a Jesús en la cruz es el de que “se hizo pasar” como rey de los judíos, (Jn 19,19: INRI).
Cuando Jesús se muestra como rey o habla del Reino de Dios no está hablando de un régimen político, ni aunque este fuese de cristiandad, sino que está pensando e iniciando un mundo de valores, de criterios que tienden a sembrar una situación de justicia, de libertad, de paz en la historia de la humanidad.
Toda manipulación, toda utilización de este universo simbólico del Reino de Dios con matices de aprovechamiento político, de poder, etc., no es cristiana. Ninguna ideología, ningún partido tiene derecho a apropiarse y aprovecharse del Reino de Dios.
02. XTO SEÑOR DEL UNIVERSO DA SENTIDO A LA VIDA.
Respetando y acogiendo de buen grado la simbología sobre el Reino empleada por Jesús, podemos también entender esta fiesta en el sentido de que JESUCRISTO ES SEÑOR DEL UNIVERSO.
En el principio existía la Palabra, Cristo, y la Palabra era Dios, (Jn 1,1) y al final será Cristo quien dé plenitud a la historia: cuando venga el Hijo del Hombre; Cristo es el final de la historia.
En la liturgia lo celebramos en la noche pascual cuando “inscribimos” en el cirio: Cristo alfa y omega, principio y fin.
El arco del cosmos, del Universo, el recorrido de la historia humana y de nuestra historia personal se encuentra en la longitud de onda de Cristo. Venimos de la Palabra creadora y terminaremos en Él. La vida tiene sentido. Es lo que Teilhard de Chardin, teólogo me mediados del siglo XX, denominaba: CRISTOFINALIZACIÓN: estamos llamados a finalizar en Cristo.
No somos seres erráticos (Nietzsche), que vamos de aquí para allá medio deambulando, somos una flecha. Nuestro pasado nace en Cristo y se dirige hacia un “punto focal y final”, que es el mismo Cristo.
La vida tiene sentido. Vivir la vida con sentido y con la mirada oteando el futuro deseado infunden una profunda paz y serenidad.
03. TRANSCURRIR EN LA HISTORIA CON LOS DEMÁS COMO SACRAMENTOS DE DIOS
Todas las religiones y culturas merecen respeto y tienes valores, pero no todas las religiones son iguales. El cristiano no encuentra a Dios en los ritos religiosos, en un éxtasis, en un nirvana, etc.
Posible, probablemente el yoga, la meditación transcendental, el zen el eneagrama, etc. sean terapias buenísimas, pero no es el eje cristiano. No quiero decir que sean malas, simplemente que no son cristianas. El budismo, el sintoísmo, el hinduismo son religiones excelentes, pero tienen perspectivas diversas al cristianismo.
Es como si nosotros, cristianos, fuésemos a India o Japón y les dijéramos que la Eucaristía es buenísima porque relaja un montón. El asunto es otro.
El cristianismo es otra historia.
¿Cuándo te vimos o no te vimos a ti, Cristo – Dios? Cada vez que lo hicisteis con un pobre, un enfermo, un extranjero, un encarcelado, un necesitado, un refugiado …
Para Jesús el “otro”, especialmente el débil es sacramento, presencia de Dios para nosotros. El cristiano encuentra -ve- a Dios en el ser humano, especialmente en el pobre
El reinado de Jesús se comenzó a realizar no en grandes apariciones, éxtasis, catástrofes cósmicas o en grandes concentraciones y celebraciones religiosas. El Reinado de Jesús comenzó a realizarse en los necesitados y en los pobres: curando dolencias y enfermedades.
04. CONCLUSIÓN.
JesuCristo es señor del Universo.
Él es el sentido de nuestra existencia: es nuestro pasado, nuestra esperanza y nuestro futuro.
Pero su realeza no es como las de este mundo, sino que es una relación de servicio y ayuda al ser humano, los débiles y pobres.
A nuestro Dios le veremos en la misericordia para con los demás.
VENID BENDITOS DE MI PADRE.
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