Nueva Delhi celebra su décima marcha del Orgullo LGTB para reclamar que el gobierno y la sociedad de la India sigan dando pasos hacia al respeto y la inclusión del colectivo.
La gran demanda es la derogación de la Sección 377, la ley anti-LGTB que ha sido desafiada varias veces en el Tribunal Supremo.
La situación del colectivo LGTB en la India es bastante delicada. Aunque el Tribunal Supremo y algunos sectores políticos a veces parecen moverse hacia el progreso y el respeto a la diversidad, lo cierto es que el país sigue siendo profundamente LGTBfóbico y hay varias leyes discriminatorias (como la infame Sección 377) que persiguen al colectivo.
En mitad de ese clima de inestabilidad y represión el pasado domingo 12 de noviembre se celebró en Nueva Delhi un Orgullo LGTB+ muy especial, tanto por lo que reclamaban los manifestantes como por el hecho de que el orgullo cumple su décimo aniversario. También porque, a diferencia de otros Prides en el país, nadie pidió a los asistentes que vistieran “ropa decente”.
Cientos de activistas y defensores de los derechos de los homosexuales se unieron a la décima Marcha del Orgullo Gay, pese a que en el país es ilegal declararse abiertamente como miembro de la comunidad de lesbianas, gay, bisexual, transgénero (LGBT). Vistiendo coloridos trajes y sosteniendo globos de colores y las clásicas banderas con los colores del arcoiris, los participantes tomaron las calles de Delhi en la décima marcha anual del orgullo gay.
(Foto: Karnika Kohli / The Wire)
Además de las imágenes típicas de una manifestación del Orgullo LGTB+ hubo una clara intención de protesta y reivindicación, con miembros de varias ONG del país portando pancartas y adhiriéndose a un manifiesto en el que se exigía, entre otras cosas, la derogación de la Sección 377 del código penal del país. “Marchamos contra los ataques opresivos y las diversas formas de discriminación como hijras, kothis, transwomen, transmen, lesbianas, gays, intersexuales y sexualmente inconformistas, bisexuales, multisexuales, pansexual, asexuales y nuestros aliados en espacios públicos y privados”, destacaron los organizadores de la marcha.
Desafiando los altos niveles de contaminación que azotan desde hace varios días la capital india y a las autoridades, que proscriben todo acto homosexual, los participantes recorrieron calles y avenidas, celebrando su vida como LGBT.
En medio de cantos, bailes, gritos de júbilo y el ritmo de los tambores, activistas se unieron a la marcha abogando por sus derechos y porque pronto cambien las leyes en el país, según un reporte del sitio Pink News. “No entiendo por qué criminalizaron el amor”, dijo uno de los participantes en el desfile, quien llevaba una peluca que, según dijo, estaba inspirada en el personaje de Disney Channel, Hannah Montana, tras expresar su frustración con las autoridades, ya que el sexo gay es castigado hasta con 10 años de cárcel.
Otra de las exigencias del colectivo es que se implementen las últimas consideraciones realizadas por el Tribunal Supremo de la India respecto al derecho a la privacidad, que se cree una legislación que luche contra los crímenes de odio y otra que combata la discriminación en base a género, orientación sexual, clase, casta, religión, capacidad, raza, tribu o etnia. Además los organizadores piden al gobierno que revise la legislación respectiva a los derechos trans para añadir las sugerencias realizadas por la propia comunidad y que se elimine la excepción marital en los casos de violación.
Pero la gran demanda de la manifestación era promover un cambio en la percepción que la sociedad hindú tiene del colectivo LGTB. “El Tribunal Supremo ha hecho algo de ruido a nuestro favor. Tenemos muchos motivos para ser optimistas” explica el economista y activista Pulapre Balakrishnan que aún así cree que el gran problema es que la actitud de la clase media hacia el colectivo no ha cambiado desde que él salió del armario hace 35 años.
Durante la última década, los homosexuales han ganado cierto grado de aceptación en la India, especialmente en las grandes ciudades, donde van en aumento los bares para hombres gais, y porque el tema ha sido tratado en algunas películas de Bollywood, aunque declararse homosexual todavía se considera vergonzoso en la mayor parte del país.
Manak Matiyani, uno de los organizadores de la marcha tras denunciar que la ley a menudo es utilizada por la Policía y los miembros de la sociedad para amenazar a las personas gay y extorsionarlas, condenó que las leyes en India no permitan a la comunidad LGTB expresarse de manera abierta y recordó que para él salir del armario y vivir abiertamente como hombre gay no fue demasiado complicado por la buena situación económica de su familia y la educación que recibió, pero es consciente de que ese privilegio es una excepción y hay otros que sufren muchísimo más: “Estamos luchando por el derecho de cada ciudadano de este país a vivir en igualdad, lo que significa que todo el mundo debería poder vivir su vida de la forma en que quiera hacerlo.”
La nota más divertida la puso Alaska Thunderfuck, que se pasó por el club Kitty Su de la ciudad para saludar al estilo Alaska:
Habrá que esperar para ver si las decisiones del Tribunal Supremo respecto al derecho a la privacidad y la derogación de la 377 o los pequeños movimientos de la clase política en materia de protección y promoción de la igualdad de las personas LGTB+ del país sirven para conseguir que la sociedad hindú se muestre más abierta y respetuosa.
LGTBfobia de Estado en La India
El artículo 377 del Código Penal de la India castiga las relaciones sexuales “contra natura” con hasta 10 años de prisión. A finales de 2013, la Corte Suprema decidió recriminalizar la homosexualidad, dejando sin efecto la histórica sentencia sancionada por el Alto Tribunal de Delhi en 2009 (en la que declaraba “inconstitucional” la prohibición de las relaciones entre personas del mismo sexo). En los últimos años,mos hemos hecho eco del aumento exponencial de la violencia contra personas LGTB en la India, a raíz de la ilegalización de las relaciones homosexuales.
Las informaciones que nos llegan positivas en clave LGTB de la India son muy escasas. A principios de este mismo año nos hacíamos eco de la apertura del primer colegio para alumnos transexuales en riesgo de exclusión social. Solo unos días después, sin embargo, recogíamos la historia de un joven de 20 años cuyos padres trataron de organizarle una “violación correctiva” después de salir del armario como gay. Los progenitores llegaron a contratar a unos matones para que le agredieran al saber que mantenía una relación con otro chico con el que convivía.
Por otra parte, hace unos meses publicábamos que las autoridades de la India impedían la entrada al país a Victoria Kolakowski, la primera jueza trans de los Estados Unidos. Semanas atrás, prohibían una película por “glorificar” las relaciones homosexuales. La Junta Central de Certificación Cinematográfica de la India (CBFC) se negaba a certificar ‘Ka Bodyscapes’ para su proyección por incluir “escenas gais sensibles”.
Como ocurre en muchos otros países en los que existe homofobia de Estado, los grupos homófobos en la India (incluidos los policiales) se creen en el derecho de realizar impunemente cualquier acción contra las personas sexualmente diversas. No es necesario que las víctimas sean realmente homosexuales (lo que en ningún caso les eximiría de su responsabilidad criminal), con que ‘lo parezcan’ es suficiente.
En 2014, un año después de la recriminalización de la homosexualidad en la India, el activismo LGTB denunciaba un repunte de la violencia homófoba. Y a principios del año pasado recogíamos que ese mismo año 2014 se realizaron un mínimo de 600 detenciones a personas que habían sido acusadas de practicar la homosexualidad. Una cifra que en 2015 se elevaba a más de 1.300 personas, incluyendo 207 adolescentes. Una cifra, no obstante, que parece poco realista si tenemos en cuenta que desconocemos el alcance de la corrupción policial y la cantidad de afectados por extorsiones económicas a cambio de evitar el arresto o el procesamiento judicial.
En octubre de 2015 dábamos cuenta de más casos de extorsión por ser o “parecer” homosexual por parte de miembros de la policía, quienes, según constatan los activistas LGTB “con frecuencia visitan los puntos donde los gais se encuentran y les extorsionan pidiéndoles dinero”. Por otra parte, la estigmatización y los prejuicios provocan todo tipo de injusticias. A principios de 2016 nos hacíamos eco del intento de suicidio de un adolescente de quince años, quemándose vivo, tras ser acosado por ser gay.
Fuente | The Wire, vía estoyBailando/Cristianos Gays
General, Historia LGTBI
India, Nueva Delhi, Orgullo LGTB, Sección 377
Comentarios recientes