Nueva Zelanda concede asilo humanitario a una mujer trans británica
Un tribunal de Auckland, Nueva Zelanda, concede a una mujer trans británica de 57 años asilo en el país para protegerla del abuso tránsfobo que sufría cuando vivía en Reino Unido.
Ya son más de 40 personas a las que Nueva Zelanda concede refugio por la discriminación y persecución que sufrían por su orientación sexual o identidad de género.
El tribunal de inmigración y protección de Auckland, Nueva Zelanda, acaba de conceder asilo a una mujer trans británica de 57 años que solicitó protección humanitaria después de sufrir durante años la transfobia de su entorno en Reino Unido.
La mujer, que se mudó en 2009 a Auckland para estar cerca de sus padres y su hermana, explicó al tribunal que a pesar de haberse identificado como mujer desde los 7 años no decidió someterse a la cirugía de reasignación de sexo hasta los 42 años, cuando pensó que la única solución para escapar del abuso tránsfobo era operarse o suicidarse. Durante su infancia la mujer sufrió una enorme serie de abusos y episodios violentos en el colegio para chicos al que acudía, lo que le llevó a ocultar su verdadera identidad a familiares y amigos. Más tarde, trabajando en el departamento informático de una gran multinacional, el acoso y los insultos no solo no cesaron si no que empeoraron tras la cirugía.
La mujer explicó al tribunal cómo sus compañeros de trabajo se referían a ella como “freak“ y cómo la empresa empezó a discriminarla asignándole trabajos y responsabilidades muy por debajo de su formación. “Tras quejarse al departamento de recursos humanos por un caso concreto de bullying” recoge la sentencia “el asaltante se enfrentó a ella y la amenazó con que si alguna vez volvía a quejarse le ‘arrancaría la cabeza’. Ese ambiente de trabajo era claramente homófobo y hostial hacia las ‘tranny freaks’“.
Durante muchos años la mujer sufrió depresión clínica, ataques de pánico, estrés post-traumático y trastorno obsesivo compulsivo debido a la discriminación que sufría tanto en su entorno laboral como personal. A pesar de llevar una vida muy recluida, fue víctima de insultos y abusos físicos por parte de desconocidos; lo que le llevó a, por ejemplo, hacer la compra en mitad de la noche para evitar el contacto con extraños.
Una vez se mudó a Nueva Zelanda en 2009 para escapar de la situación y estar cerca de su familia su situación mejoró sustancialmente. No sólo no ha sufrido más agresiones tránsfobas sino que ha dejado atrás la depresión y la ansiedad. La abogada de la mujer, Kar-yen Partington, presentó ante el tribunal varios informes que describían el alza de crímenes de odio tránsfobo en Reino Unido en los últimos años. Además acreditaron que la mujer está “segura, feliz, instalada y aceptada” en su nueva comunidad, colaborando en varios proyectos comunitarios y de empleo y manteniendo una vida social activa.
Eso es lo que ha llevado al tribunal a reconocer que devolverla a Reino Unido sería excesivamente duro y le ha concedido la residencia en el país. Con este caso ya son más de 40 las personas a las que se les ha concedido refugio en el país en base a su orientación sexual u orientación de género.
Fuente | The Guardian, vía EstoyBailando
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