Supremacista arrepentido abandona partido neonazi para salir del armario como gay y judío
Kevin Wilshaw es un supremacista, militante activo del National Front, el partido británico de extrema derecha, que reniega ahora de su pasado violento para salir del armario como judío y homosexual.
Kevin Wilshaw es un supremacista, militante activo del National Front, el partido británico de extrema derecha, que reniega ahora de su pasado violento para salir del armario como judío y homosexual.
En los años setenta, Kevin Wilshaw se une al National Front, el partido político británico de extrema derecha, con el objetivo de encontrar la camaradería, llegando a convertirse con 20 años en organizador regional del partido. Después de cuarenta años siendo neonazi, no sólo abandona públicamente el partido a través de una entrevista en Channel 4, emitida este martes, 17 de octubre, sino que lo hace saliendo del armario como judío y homosexual, por primera vez, y confesando su pasado violento.
«Ella tenía parte judía, el nombre de soltera era Benjamin, tenemos sangre judía por ese lado», explica el supremacista blanco refiriéndose a su madre, revelando de esta manera sus ancestros judíos a los que afirma odiar en el formulario de solicitud para unirse al Frente Nacional. «Ese término, ‘los judíos’, es la masa global de personas sin rostro que no puedes personalizar, no son individuos. Esa es la generalización que lleva a que 6 millones de personas sean asesinadas deliberadamente (…). No tenía muchos amigos en la escuela, quería ser miembro de un grupo de personas que tuvieran un objetivo, y pensé que involucrarme en ese tipo de cosas sería camaradería (…). A pesar de que termina siendo un grupo de personas que por sus propios puntos de vista extremos están separados de la sociedad, tienes un sentido de camaradería porque eres miembro de un grupo que está siendo atacado por otras personas» explica Wilshaw, revelando los motivos que le llevaron a hacerse neonazi.
«En una o dos ocasiones en el pasado reciente, he sido el receptor del odio hacia las personas a las que quiero pertenecer (…). Ser gay está aceptado en la sociedad, pero para este grupo de personas no es aceptable, y me encontré en una o dos ocasiones, cuando se sospechaba que era gay, siendo sometido a abusos», declara, admitiendo la contradicción de ser nazi y gay, teniendo además antecedentes familiares judíos. «Es una cosa terriblemente egoísta de decir, pero es cierto, vi a personas abusadas, a las que gritaban y escupían en la calle. No es hasta que te va dirigido a ti que de repente te das cuenta de que lo que estás haciendo está mal», confiesa Wilshaw, recordando también el caso de Nicky Crane, otro neonazi que también habría revelado su orientación sexual antes de fallecer por una enfermedad relacionada con el sida a finales de 1993.
Ailshaw reconoce haber agredido a personas, «pero no sin provocación, en defensa. En una elección parcial, en Leeds, rompí una silla sobre la cabeza de alguien», negando haberse aproximado a minorías ni atacarlas. «Nunca haría eso, pero he visto incidentes donde las personas fueron señaladas porque eran negras por un grupo de personas. Me revolvió el estómago, rechacé eso, lo empujé al fondo de mi mente», sostiene Wilshaw que, sin embargo, habría sido arrestado por un altercado vandálico a una mezquita de Aylesbury, a principios de los 90, así como a principios de este mismo año sería arrestado por ofensas de odio online. Tras formar parte del Frente Nacional también se une al British National Party, coqueteando con grupos marginales como Racial Volunteer Force.
«Me siento terriblemente culpable, realmente me siento culpable, no es solo eso, sino que también es una barrera que me impide tener una relación con mi propia familia, y quiero deshacerme de ella, es demasiado peso. También quiero hacer un poco de daño, no a la gente normal, sino a la gente que está propagando este tipo de basura. Quiero hacerles daño, mostrar cómo es para aquellos que están viviendo una mentira y estar al otro lado, el de los que reciben este tipo de propaganda, quiero hacerles daño», confiesa Wilshaw, siendo consciente de que él mismo puede ser objeto de algún tipo de venganza por parte de sus anteriores compañeros neonazis, que interpretarán su actitud «como una traición (…) Va a ser difícil, garantizado, llenar un vacío que ha ocupado mi vida desde la infancia».
Si bien dentro de la cultura skinhead también hay sitio para un movimiento gay, en estos días ya no parece tan raro pertenecer a una organización de extrema derecha y ser abiertamente homosexual, tal y como sucede con Alice Weidel, la mujer abiertametne lesbiana que ha conseguido que un partido xenófobo y euroescéptico vuelva al Parlamento alemán desde la caída de Adolf Hitler en la Segunda Guerra Mundial.
Fuente Universogay
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