Según la Audiencia de Murcia, decir que “el matrimonio homosexual es una aberración a los ojos de Dios” no es un desprecio al colectivo homosexual
Hace ahora casi dos años recogíamos unas declaraciones del presidente de la Universidad Católica San Antonio de Murcia (UCAM), José Luis Mendoza, que aseguraba durante el acto oficial de apertura del curso que “el mal llamado matrimonio homosexual es una abominación a los ojos de Dios”. Dos años después, la Audiencia Provincial de Murcia ha archivado definitivamente la querella del colectivo No Te Prives por aquellas palabras. Es más, en su auto la Audiencia asegura que dicha afirmación no supone desprecio al colectivo homosexual.
José Luis Mendoza pronunciaba sus palabras ante numerosas personalidades de la región, incluyendo al que entonces era su presidente, el popular Pedro Antonio Sánchez (ahora dimitido por su imputación en varios casos de corrupción) y al obispo de Cartagena, José Manuel Lorca. También estaba presente otro conocido homófobo, el cardenal y arzobispo de Valencia Antonio Cañizares. Además estaban presentes la rectora de la UCAM, la consejera de Educación, la presidenta de la Asamblea Regional y la secretaria de Estado de Justicia, entre otras personalidades políticas y religiosas. La UCAM, como ya denunciamos en 2009 (sin que la situación haya cambiado) es un centro de ideario católico al servicio del cual el Gobierno de Murcia no ha dudado en poner recursos públicos en detrimento de su propia universidad. Por aquel entonces esta universidad católica saltaba a las páginas de los periódicos gracias a las palabras de una de sus profesoras de Bioética, que calificó la homosexualidad de“perversión” y “enfermedad”, si bien luego el centro emitió un comunicado en el que expresaba su “respeto a las personas de condición homosexual”.
Tras las afirmaciones de Mendoza, recordemos, hubo numerosas reacciones políticas y de colectivos LGTB, entre ellas de los colectivos No Te Prives y Galactyco. La UCAM aseguró que las palabras de su presidente habían sido “sacadas de contexto” y que se pronunciaron “de forma completamente respetuosa, al referirse al ideario católico de la Universidad, reivindicando legítimamente los valores del humanismo cristiano, y, en particular, la defensa de la vida y el matrimonio cristiano”. “En ningún caso, las mencionadas palabras deben interpretarse como ofensivas a persona o colectivo social alguno, todos los cuales merecen el máximo respeto y consideración a esta Universidad y a todas sus autoridades académicas”, añadía también la UCAM. En aquella entrada añadíamos, a título de opinión propia, que dicha institución nos debía considerar imbéciles.
Pues bien, parece que también la Audiencia Provincial de Murcia nos considera estúpidos, al asegurar que la frase “el mal llamado matrimonio homosexual es una abominación a los ojos de Dios” no supone desprecio hacia el colectivo homosexual ni incita a la discriminación ni a la acción violenta. Según recoge el diario La Verdad, para la Audiencia murciana la frase, aunque “un tanto desafortunada”, expone la oposición al matrimonio entre personas del mismo sexo desde el punto de vista “puramente ideológico o teológico”.
El auto, que archiva la querella que en su momento presentó No Te Prives, se muestra además comprensivo hacia la postura de Mendoza, al asegurar que debe tenerse en cuenta “la reacción del sector tradicional de la Iglesia cuando comenzó a reconocerse la posibilidad de contraer matrimonio entre personas del mismo sexo, las críticas y la oposición mostrada al chocar con la idea arraigada de la unión entre un hombre y una mujer que siempre ha tenido del sacramento del matrimonio”.
La noticia nos llega solo un mes después de que la justicia española avalara la terrible campaña sobre los menores transexuales de HazteOír. Cada vez queda más claro que la existencia de buenas leyes no sirve de nada cuando no hay voluntad de aplicarlas, una divergencia que en España cada vez resulta más clara en el caso de las acciones discriminatorias y de odio contra las personas LGTBI que no implican directamente agresiones físicas (e incluso en este caso hay jueces que se niegan a reconocer el delito de odio). Un escenario altamente preocupante.
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