Dom 01.10.17. Publicanos y prostitutas os preceden en el Reino
Domingo 26. Mt 21, 28-32. Evangelio escandaloso, consolador. exigente:
— Jesús no dice “os precederán” (en el cielo futuro), sino que os están precediendo ya (en este mundo), en el camino concreto de Jerusalén, para instaurar el Reino, abriendo con Jesús el camino de la nueva humanidad (libertad, justicia), desde su sufrimiento y opresión, no los grandes “gurús” (sacerdotes) y los diputados (presidentes de reinos o repúblicas)
— Jesús no dice esta palabra a la gente de la calle en general , que bastante tienen con vivir, sino a los “sumos sacerdotes y ancianos/senadores”(Mt 21, 23), que son las autoridades religiosas y civiles. A diferencia de esos sacerdotes/senadores, enrocados en su verdad parcial (y en el fondo falsa), “ellas y ellos”, en pareja de hecho, prostitutas y publicanos, pueden toman y toman el camino de la nueva humanidad liberada, porque sufren y “creen”, y pueden convertirse al amor.
— Jesús viene de “discutir” con sacerdotes y políticos (senadores), y ha visto que no cambian, no pueden cambiar, de manera que (al menos por ahora) les ve irrecuperables, en Roma y Samarcanda,en Madrid y Barcelona, para iniciar con ellos el camino de la nueva humanidad. Han tomado “sus puestos de mando” y no los dejan. Navegan sin vacilación hacia el desastre. Por eso inicia el camino con publicanos y prostitutas, que tienen al menos un resquicio de amor, una bocanada de esperanza.
— En este momento (1.10.17) muchos “sacerdotes/senadores” de Madrid y Barcelona hablan de justicia, legalidad y futuro…pero nuestro Jesús de publicanos y prostitutas, tras haber discutido mucho con ellos, descubre que no pueden cambiar, están enrocados en su pequeña verdad falsa, no quieren que haya una para todos. Quizá se puedan salvar para el cielo futuro, pero en ese mundo no tienen ya nada que hacer, bien lo han demostrado.
Ciertamente, hay otros poderes importantes, civiles y/o religiosos, empresarios y gente del “teatro”, jueces y soldados del imperio que hace lo que saben y pueden en su campo. Pues bien, tampoco en ellos confía Jesús para cambiar la humanidad y crear el Reino… Al contrario, él escoge como primeras en el camino, como compañeras y colaboradoras a las prostitutas (con los publicanos).
Texto para temblar, texto para saltar de alegría. Si no estuviera en el evangelio habría que inventarlo, pues nos habla de los verdaderos constructores del “reino”, es decir, de la nueva humanidad, ya aquí, en ese mundo.
Hombres como M. Foucault (Historia de la sexualidad), han comprendido esta palabra de Jesús mejor que miles de eclesiásticos. Miles de prostitutas (prostituidas, víctimas sexuales, utilizadas y expulsadas de la buena sociedad…) han sido y son el punto de partida y centro del camino de Reino de Jesús. No sé si lograré decir algo de lo que quiso afirmar Jesús, que sabía bien.
Como en días anteriores, tomo la base del texto de mi Comentario al Evangelio de Mateo. Buen día a todos, día alegre, porque si nos preceden puede haber también lugar para nosotros.
TEXTO
En aquel tiempo, dijo Jesús a los sumos sacerdotes y a los ancianos del pueblo: “¿Qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Se acerco al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña.” Él le contestó: “No quiero.” Pero después recapacitó y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor.” Pero no fue. ¿Quién de los dos hizo lo que quería el padre?” Contestaron: “El primero.” Jesús les dijo: “Os aseguro que los publicanos y las prostitutas os llevan la delantera en el camino del reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia, y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no recapacitasteis ni le creísteis. (Mt 21, 28-32)
INTRODUCCIÓN
De los publicanos (tema de dinero) he hablado con más frecuencia en este blog, por eso insisto hoy más en el casode las prostitutas, para ocuparme después, sencillamente, del texto de Jesús, dejándolo ante los lectores, para que ellos vean, entiendan, comenten.
Prostitutas
La prostitución aparece en la Biblia desde los tiempos más antiguos tanto en la tierra de Israel como en los países del entorno (Gen 28, 15), como en los países del entorno (Jc 16, 1; Prov 2, 16; 29, 3). Podemos citar dos casos que tratan de ella: (a) un sacerdote, y sobre todo el Sumo Sacerdote, no puede casarse con una prostituta, pues ello implicaría un riesgo para su santidad y, sobre todo, para la limpieza genealógica de sus hijos (cf. Lev 21, 7.14); (b) un padre no puede prostituir a su hija para lograr así ganancias económica (cf. Lev 19, 29).
En estos casos, la prostitución se utiliza en su sentido literal. Pero, como suele suceder en otros pueblos, las palabras vinculadas con la prostitución han tomado pronto un carácter simbólico, de tipo casi siempre religioso y negativo.
En este contexto debemos poner de relieve el hecho de que, por contaminación patriarcalista, el Antiguo Testamento presenta como prostitutas a mujeres que no lo son en sentido alguno, sino que poseen y ejercen una independencia social que las hace autónomas ante la sociedad o ante su misma familia. Los casos más famosos son los de Rajab, la «hospedera» de Jericó, que recibe a los espías de Israel (Jos 2, 1-3; 6, 17-25), y la «concubina» del Levita de Jc 19, 1-3. Ellas no son prostitutas en el sentido normal del término, sino mujeres que gozan de una libertad especial, sea en contexto social, sea en contexto matrimonial.
(1) Casos especiales. Evocamos algunos casos en los que el simbolismo de la prostitución tiene un papel importante para la Biblia.
(a) Prostitutos sagrados. Han sido especialmente condenados en Israel los prostitutos y prostitutas agrados (llamados «santos» y «santas»: de la raíz qds), vinculados al culto de algunos tempos cananeos o de otras ciudades del entorno. En este contexto se sitúa la famosa ley del Deuteronomio: «No traerás la paga de una prostituta ni el precio de un perro [=prostituto sagrado] a la casa de Yahvé tu Dios por ningún voto; porque abominación es a Yahvé tu Dios tanto lo uno como lo otro» (Dt 23, 18); en este contexto parece suponerse que en algún momento ha existido dentro del mismo templo de Yahvé algún tipo de prostitución sagrada.
El caso más significativo de prostitución sagrada, de tipo perverso, es la que está vinculada con el culto a los ídolos que, al menos desde Oseas, aparecen como amantes falsos (vinculados a veces con prácticas sexuales que la religión de Yahvé condena como inmorales). Entendida así la prostitución es el pecado nacional de Israel, como supone Os 2, 1; Is 1, 21; Jer 13 27. Especialmente significativo es, en ese contexto, el largo capítulo de Ez 16, dedicado a las prostituciones de las dos doncellas de Dios, Israel y Judá.
(c) Las prostitutas os precederán en el Reino de los cielos.
El Nuevo Testamento conserva los diversos sentidos de la palabra. Así, dentro de la retórica moral del tiempo, hallamos algunas condenas generales de la prostitución, como la que aparece la crítica del hermano mayor de Lc 15, 30 o de 1 Cor 6, 15-16. Pero la novedad mayor del evangelio aparece allí donde Jesús viene presentarse como el Mesías o cristo de las prostitutas, a las que se acerca sin condenarlas (cf. Mt 21, 32; cf. Lc 7, 34), diciendo que ellas, con los publicanos, son los que “preceden” a los otros en el (camino del) Reino de Dios. Ellas son las primeras, las adelantadas de la gracia de Dios, son constructoras del Reino, es decir, de la nueva humanidad, ya aquí, en un sentido “social”, personal.
¿Por qué dice Jesús que las prostitutas os precederán…?
PORQUE DIOS ES DIOS, Y ELLAS (Y ELLOS) SON SUS HIJOS
Está el hijo mayor que dice cumplir, pero no cumple; que dice que va, pero no va. Es como el hijo mayor de la parábola del hijo pródigo… ¡Qué pena de Dios Padre con estos hijos!
Pero Dios tiene otros hijos… que dicen que no van… pero en el fondo van. Éstos son como el hijo pródigo: son los capaces de escuchar al Padre… Son los que pueden hacer camino de Reino, porque dejan que el Padre les alumbre con su amor.
PORQUE FUERON CON JESÚS DONDE JUAN BAUTISTA
Jesús no habla de oídas… Él conoce bien a los publicanos y prostituías, porque ha compartido con ellos la escuela de Juan Bautista. Ciertamente, no todos los publicanos y prostitutas fueron… pero fueron algunas, las suficientes para descubrir que Dios abre con ellas un camino de salvación. Ellas formaron parte de “la escuela” de Jesús, es decir, de la escuela donde Jesús escuchó la voz de Dios, con pecadores y prostitutas.
Jesús no vino a aprender a un “seminario de santos” (para que le dieran un buen Master de Buen Reino) sino a una escuela donde se juntaban publicanos y prostitutas, para dejarse cambiar por la gracia de Dios, por el Reino.
PUBLICANOS Y PROSTITUTAS LE CREYERON
Creyeron a Juan, creyeron en Dios… Muchos de los “grandes” constructores del Templo Oficial (piedras sublimes de la masonería de Nueva Humanidad) sólo quieren construirse a sí mismos, construir su templo. No creen en Dios, no creen en la gracia, creen en sí mismos… Por el contrario, muchos publicanos y prostitutas “creyeron”, es decir, aceptaron la existencia de un misterio de gracia… No buscaban “su” salvación, se dejaron encontrar por “la salvación de Dios” (como dirá San Pablo, en el centro de todo su mensaje).
Evidentemente, Jesús no dice que “todos/todos los publicanos y prostitutas” se dejaron amar por el Dios del Reino… pero asegura que algunos lo hicieron. Su mismo “oficio” fue para ellas y para ellos “seminario” de gracia, noviciado de amor, del amor más alto, el de Dios, no el de ellas mismas… Es evidente que al “creer” ellas han empezada a cambiar, aunque el texto no dice cómo. ¿Han seguido siendo prostitutas pero creyentes? No se dice. Sólo se dice que “han creído” y que la fe es para ellas un cambio de vida radical. Ellas, las prostitutas que creen, pueden ser y son pioneras de un mundo nuevo, ministros/as de una nueva forma de vida, de una salvación en fe-amor.
OS LLEVAN LA DELANTERA (=OS PRECEDEN) EN EL REINO DE DIOS
La palabra griega aquí empleada (proagousin) alude casi siempre a Jesús que precede a los suyos, que les abre camino, como un “pionero”, como un explorador del Reino, como un adelantado de la Nueva Humanidad (del Hijo del Hombre).
Pues bien, oficialmente los que debían preceder a los demás con Jesús son los Doce, según todo el evangelio… y en algún sentido lo hacen…
Pero estrictamente hablando, los verdaderos pioneros del Reino son las prostitutas y lo spublicanos… Ellos son los primeros… en el camino del Reino. Por eso, porque ellos inician el camino… los otros pueden seguir. Ellas no hacen un camino para ellas solas, lo hacen para todos… Donde ellas vayan, donde ellas entren podrán entrar todos: no cierran la puerta, no hacen un “sistema sagrado de buenas prostitutas”, sólo para ellas.
EN EL REINO DE LOS CIELOS, ES DECIR, EN LA IGLESIA (EN LA SOCIEDAD…)
El pasaje no habla de la salvación eterna (de lo que pasará después de la muerte), aunque en el fondo lo que se dice de “aquí” se aplica al cielo… El pasaje habla directamente de lo que ha pasado en el camino de Jesús, un camino que él hace con publicanos y prostitutas… El pasaje habla de lo que está sucediendo en este mundo: En la historia del Reino de Dios los primeros no son jerarcas y jefes, sino publicanos y prostitutas. Ellos, en especial las prostitutas, son los auténticos representantes de nuestra sociedad. Ellas (más que el rey don Felipe, el ministro Rajo y el “onorevole” de algún otro lugar son las verdaderas protagonistas de este 1.10 (en Barcelona y en el mundo).
PROSTITUTAS Y SOCIEDAD, PROSTITUTAS E IGLESIA
El texto, como digo, es fuerte.Sólo podía ser de Jesús, que entiende mucho de esto, por eso dejaré que el texto diga lo que dice: ¿Qué significa que los publicanos y prostitutas preceden al conjunto de la iglesia (y de la sociedad), como los “pro-agontes”, es decir, como la verdadera “autoridad”?.
1. Significa que, según Jesús y según todo el evangelio, la Iglesia se funda en ellos y ellas.
Las prostitutas no reciben la caridad de la gran iglesia que las ama, sino que son ellas las que inician el camino de la Gran Iglesia, que es para todos… No están ahí para recibir lecciones de los sabios y grandes, sino que ofrecen su lección, lección de fe. Vino Juan, vino Jesús… y los primeros en creer han sido publicanos y prostitutas. Ellos abren un camino de fe, ellos y ellas son los “dirigentes/pastores” de la iglesia (los pre-ceptores, los adelantados)
2. Las prostitutas han creído… El texto nodice que se han “convertido” en sentido penitencial, sino solamente que han “creído” (la iglesia es espacio de fe en el don de la vida, en el perdón y en la gracia…).
Pues bien, en esa línea, el texto dice que los otros (los hermanos mayores) no han “re-capacitado” para creer. Lo diré con el griego: “oude metemelêthête hysteron tou pisteusai”: ni “habéis cambiado de sentimiento para al fin creer”…
Lo que busca Jesús (desde Juan Baautsta) es un cambio de sentimientos. Metemelêthête viene del griego “meta-meleomai”, cambiar de “sentimientos”, más que pensamientos (más en la línea de meta-noeô). Es como si los grandes no tuvieran sentimientos… y sólo prostitutas y publicanos pudieran tenerlos de verdad y creer de verdad, trasformando los sentimientos desde la llamada de gracia, en la gracia.
3. ¿Quién convierte a quién?
La tradición cristianaha sentido casi siempre dificultades ante este pasaje. A las prostitutas en general se las ha seguido utilizando o, en el mejor de los casos, se las ha metido en casas de arrepentimiento y conversión. En muchos lugares de Castilla se recuerdan las “casas de arrecogías” para convertir a prostitutas… Pues bien, parece que Jesús no quiere convertirlas de esa forma, sino descubrir “su fe” (con la fe de los publicanos), para iniciar desde ahí (con ellas) su camino.
No son los buenos “hijos mayores” los que tienen que convertir a las prostitutas, para “meterlas de nuevo en su sistema”. Son los hijos mayores los que deben descubrir la fe que hay en muchas prostituías y publicanos, para dejarse cambiar desde ellos y por ellos (desde ellas y por ellas). No es el buen sistema el que debe convertir (encerrar) a las prostitutas, sino que debe dejarse iluminar por ellas.
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