«La región salvaje», la homofobia en México según Amat Escalante
Amat Escalante estrena en España «La región salvaje», con la que consigue el León de Plata a la mejor dirección en la Mostra de Venecia, hablando sobre la homofobia y la misoginia que desencadena la violencia del heteropatriarcado en el seno de la familia mexicana.
Afincado en Guanajuato, aunque natural de Barcelona, Amat Escalante estrena en España su última película, La región salvaje, un insólito relato sobre la homofobia y la misoginia que desencadena la violencia del heteropatriarcado en el seno de la familia mexicana. Realizada en un tono hiperralista en clave fantástica y terrorífica, consigue llevarse el León de Plata a la mejor dirección en Venecia y tras su paso por la sección Horizontes Latinos del Festival de San Sebastián, Sitges, Morelia y el D’A de Barcelona, se estrenó este viernes, 15 de septiembre, en las salas españolas.
P rotagonizada por un reparto formado por actores y actrices debutantes, La región salvaje se centra en la historia de Alejandra, una joven madre y ama de casa que cría a sus hijos junto a su marido, Ángel, en una pequeña ciudad de México. Su hermano Fabián es enfermero en un hospital local. Sus vidas provincianas son alteradas con la llegada de la misteriosa Verónica. El sexo y el amor son frágiles en ciertas regiones donde existen los valores familiares y la hipocresía, la homofobia, y el machismo son fuertes. Verónica les convence de que en el bosque cercano, en una cabaña aislada, existe algo que no es de este mundo pero que es la respuesta a todos sus problemas. Es algo a cuya fuerza no se pueden resistir y con lo que deben hacer paz o sufrir su ira.
Si bien la influencia principal de Escalante para su criatura procede de una película de Andrzej Zulawski, La posesión (Possession, 1981, Francia & Alemania occidental) —en la que según el cineasta mexicano era la primera aparición cinematográfica de la criatura de su película—, el relato parte de una noticia publicada en un diario mexicano en el que se ilustra un crimen homofóbico con la imagen del cadáver desnudo de la víctima, sin ningún pudor ni compasión. «Ahogan a jotito», destacaba el titular de la noticia utilizando un término despectivo para referirse a una persona homosexual. Para su sorpresa, el cineasta reproduce esa portada y la difunde por Guanajuato, para descubrir que nadie se sorprende ni escandaliza por un uso tan desagradable y sensacionalista de la imagen de la víctima de un crimen.
«Al principio no estaba en la película. Surgió de la idea de querer tener algo que no se pudiera explicar literalmente, y que simbolizara el peso con el que cargan los personajes», explica Escalante sobre cómo se integra la criatura en la película, en lo que termina siendo un homenaje a Andrzej Zulawski en particular y al cine de terror en general. «Nunca pienso en las polémicas, no aspiro a ellas. Más bien querría que mis filmes le gustaran a todo el mundo. Pero sí espero impresionar, que la película se quede en la memoria y trato de ser honesto conmigo mismo», asegura Escalante al paso de su película por Venecia, el año pasado, donde causa el desconcierto entre la prensa especializada cuya reacción ante la película se divide entre los que la odian por su crudeza y los que la adoran por su originalidad. «La originalidad tiene que ver con la importancia del arte para la sociedad. No sería positivo que las expresiones creativas de los seres humanos empezaran a ser recicladas (…). Siempre ha habido un rechazo a nuestro cuerpo, a nuestros instintos básicos. Aunque la humanidad se está liberando cada vez más», explica el cineasta, consciente de que no es una obra fácil de digerir.
«Existe, en La región salvaje, un núcleo familiar marcado por la violencia machista y la homofobia. La homosexualidad como algo que debe disimularse y esconderse, tras una coartada que aleje de toda sospecha, como puede ser un matrimonio tradicional. El machismo, instaurado y normalizado, es un estigma, un castigo infamante del que es necesario huir. La sexualidad se representa como un tabú, que puede ser placentero pero a la vez letal. Un secreto velado. Escalante incorpora, a este crudo costumbrismo hiperrealista, una vía de escape que se encuentra en una cabaña del bosque, donde habita un ser tentacular que posee la capacidad de dar placer y mucho más. Una puerta que se abre cuando la mujer empieza a mirar hacia su interior», según la opinión de África Sandonis, publicada en El espectador imaginario.
Fuente Universogay
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