California aprueba una ley que protegerá a las personas LGTB en centros y residencias de mayores
“¿Dónde están los mayores LGTB?”, por Jesús Generelo. Presidente de la FELGTB, Federación Estatal de Lesbianas, Gais, Transexuales y Bisexuales
El estado de California ha aprobado un proyecto de ley que por primera vez protege de forma expresa los derechos de las personas mayores LGTB en las residencias y centros de mayores. El proyecto, que cuenta con una fuerte oposición de los grupos conservadores, prohíbe cualquier forma de discriminación basada en la orientación sexual, la identidad de género, la expresión de género o el estatus serológico en relación al VIH. Obliga además al personal de los centros a ser respetuosos con sus residentes LGTB y dirigirse en todo momento a ellos con el pronombre deseado por estos.
La SB 219 (Senate Bill 219) fue introducida en el Senado de California por Scott Wiener, senador demócrata abiertamente gay, con el apoyo de Equality California, la organización de defensa de los derechos de las personas LGTB más importante del estado. Tras sufrir diversas enmiendas a lo largo de su tramitación parlamentaria, las dos cámaras de la legislatura de California, ambas de mayoría demócrata, han dado esta pasada semana su visto bueno al texto final por 55 votos a favor y 19 en contra (en la Asamblea, donde unos pocos republicanos se sumaron a los demócratas y también votaron a favor) y 27 a favor y 12 en contra (en el Senado, donde solo los demócratas la apoyaron). La ley queda ya solo pendiente que el gobernador Jerry Brown la rubrique. Y aunque no se ha pronunciado de forma expresa, sería muy sorprendente que Brown, un político demócrata que siempre se ha mostrado en favor de los derechos LGTB, ejerciese su derecho a veto.
El texto de la ley, que debe ser respetado por todas las residencias y centros de mayores autorizados por el estado de California con independencia de su titularidad, no otorga ningún privilegio a los residentes LGTB, en contra de lo que los grupos conservadores aducen. Su objetivo no es otro que de asegurar que estas personas son respetadas en su dignidad tanto por el personal de los centros como por el resto de residentes, de cuyo acoso los centros deberán proteger a los residentes LGTB, y de que este respeto a sus dignidad se produzca en todos los ámbitos de la atención residencial, tanto en la asistencia a las actividades básicas y sanitaria como en las actividades de ocio o en la asignación de habitaciones compartidas. En definitiva, que después de toda una vida ejerciendo su libertad, las personas LGTB no se vean obligadas de nuevo a “volver al armario” en sus últimos años.
Puedes acceder al texto completo de la ley (en inglés) en este enlace.
Leyes más que necesarias
Estudios llevados a cabo en diferentes países (Estados Unidos, Irlanda, Italia, Nueva Zelanda, Reino Unido o la propia España) muestran desde hace años que las personas mayores LGTB se enfrentan a situaciones de soledad con mayor frecuencia que sus coetáneos heterosexuales. Muchos ancianos LGTB tienen un menor apoyo de sus familias que las personas mayores en general, ya que pocos tienen hijos que se hagan cargos de ellos, y muchos han roto sus vínculos con sus familias. La ausencia de redes de apoyo familiar hace, además, que los mayores LGTB se vean obligados a recurrir a servicios de apoyo socio-sanitarios que no están bien preparados para atender sus necesidades. De hecho, un motivo de preocupación importante para muchos mayores LGTB es la reacción ante su orientación sexual de los trabajadores de los servicios sociosanitarios de los cuales en muchos casos van a depender. Por no hablar, en los casos de centros de mayores o de residencias, de otros usuarios que arrastran sus prejuicios LGTBfóbicos.
Por eso, y ante la escasez de centros residenciales dirigidos de forma específica a la población LGTB (en los últimos años hemos recogido algunas iniciativas en Reino Unido , Argentina o en Suecia, pero son muy escasas), legislaciones como la ahora promovida en California son tan necesarias. Y ello a pesar de la reacción de odio de los grupos conservadores, que en el caso de California no han dudado en seguir recurriendo a las estratagemas comunicativas tránsfobas (en este caso, la retórica de la “dulce abuelita” siendo obligada a compartir habitación con “un hombre disfrazado”) que por desgracia tan buenos resultados les están dando de un tiempo a esta parte.
Fuente Dosmanzanas
Comentarios recientes