La Cruz Gloriosa
En la Fiesta de la Exaltación de la Cruz
“¿Estaríamos enajenados hasta el punto de permitirnos el lujo de buscar a Dios, en las horas cómodas del ocio, en templos lujosos, en liturgias pomposas y a menudo vacías, y de no verle, oírle y servirle allí dónde está, y nos espera, y exige nuestra presencia: en la humanidad, en el pobre, en el oprimido, en la víctima de la injusticia de la que somos, muy a menudo, cómplices?”
*
Don Helder Camara,
“Un pensamiento para cada día”, Médiaspaul, 2010
***
Comentarios recientes