El Todo Misericordioso nos llama a una vocación común.
Del blog de la Communion Béthanie:
Cristianos y musulmanes, tenemos una necesidad urgente de entrar en la misericordia mutua. Una palabra común que nos viene de Dios nos invita. Es la riqueza de su misericordia que se manifiesta cuando entramos modestamente en la necesidad de lo que la fe del otro nos lo dice, y mejor todavía, lo que vive.
Este éxodo hacia el otro no sabría desviarnos de la Tierra prometida, si es verdad que nuestros caminos convergen cuando una misma sed nos atrae hacia el mismo pozo. ¿Podemos beber mutuamente? Es el sabor del agua lo que juzga. El agua verdadera y viva es aquella que ninguno puede hacer brotar, ni contener. El mundo estaría menos desierto si pudiéramos reconocernos una vocación común, la de multiplicar al paso las fuentes de misericordia. ¿Y cómo dudar de esta vocación común si dejamos al Todo Misericodioso llamarnos juntos a una mesa única, la de los pecadores? “
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Christian de Chergé,
prior de los monjes de Tibhirine
“Prier 15 jours“
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Cómo no pensar, durante estos días de vacaciones, en las personas que sufren en su alma, en su cuerpo, que sufren en soledad…
A todas y todos deseamos ofrecer la paz y el bien.
Deseamos estar cerca de ti, el reflejo humilde de esta palabra que el hermano Roger de Taizé pone en los labios de Dios:
“Cuando estés en lo más duro de la prueba, te sostengo en tu desesperación… Y estoy también en las profundidades de la esperanza “.
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