Osoro rechaza las agresiones al colectivo LGTB
¿Nos puede explicar el sr. Cardenal cómo pretende pedir respeto hacia las personas LGTBI sin cambiar ni una coma de la doctrina oficial de la Iglesia católica que en su Catecismo considera la homosexualidad “una inclinación, objetivamente desordenada…”?
No queremos misericordia, exigimos RESPETO.
“Hay que respetar la dignidad”
“Eso no signfica que uno haga suyas todas las pretensiones de estas personas”
El cardenal arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, ha defendido el respeto a la dignidad y acogida de cualquier persona independientemente de su tendencia sexual, al ser preguntado por los ataques homófobos denunciados últimamente por asociaciones del colectivo LGTB y tras la celebración del WorldPride en la capital.
En una entrevista con Europa Press, ha indicado que para estos casos lo mejor es recordar “lo que dice el catecismo y lo que el santo padre recogiendo la opinión de todos los obispos reunidos en el sínodo de donde salió el documento ‘Amoris laetitia’, dice: ‘la Iglesia siempre tiene que hacer suyo el comportamiento de nuestro señor Jesucristo que en un amor ilimitado se ofrece a todas las personas sin excepción”.
“Ante todo tengo que reiterar que toda persona independientemente de la tendencia sexual ha de ser respetada en su dignidad y acogida con respeto procurando evitar todo signo de discriminación injusta”, ha indicado el cardenal Osoro, preguntado al respecto.
Osoro ha añadido que “ese mismo respeto” se pide a “todas las personas que puedan vivir una situación así, por lo tanto no cabe caso de discriminación”. A continuación, ha añadido que “eso no significa que uno haga suyas todas las pretensiones de estas personas”.
Sobre qué opina de que el polémico autobús de Hazte Oír vuelva a salir a la calle después de que la Audiencia de Madrid haya levantado la inmovilización del vehículo al entender que no está cometiendo ninguna ilegalidad, Osoro no ha querido entrar a valorar el asunto.
Lo que sí ha hecho ha sido recordar lo que dijo en su día cuando surgió el tema. Entonces, se hacía una pregunta: “Qué nos pasa para no saber lo que nos pasa?”. “Eso nos introduce a saber leer nuestra vida desde una luz que no es la propia sino la que nos viene de una central mucho mas grande que la que podamos tener cada uno, que es Dios mismo”, ha concluido.
Catecismo de la Iglesia católica y Homosexualidad:
La homosexualidad designa las relaciones entre hombres o mujeres que experimentan una atracción sexual, exclusiva o predominante, hacia personas del mismo sexo. Reviste formas muy variadas a través de los siglos y las culturas. Su origen psíquico permanece en gran medida inexplicado. Apoyándose en la Sagrada Escritura, que los presenta como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que «los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados». Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida. No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso. Un número apreciable de hombres y mujeres presenta tendencias homosexuales profundamente arraigadas.
Esta inclinación, objetivamente desordenada, constituye para la mayoría de ellos una auténtica prueba. Deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta. Estas personas están llamadas a realizar la voluntad de Dios en su vida, y, si son cristianas, a unir al sacrificio de la cruz del Señor las dificultades que puedan encontrar a causa de su condición. Las personas homosexuales están llamadas a la castidad. Mediante virtudes de dominio de sí mismo que eduquen la libertad interior, y a veces mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana.
Catecismo de la Iglesia católica (nn. 2357-2359)
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